Anciano y analfabeta, don Antonio espera su pago como ex bracero - LJA Aguascalientes
20/11/2024

  • Se rige por su inteligencia y los consejos de los líderes de Braceroproa
  • Por falta de dinero, no ha podido viajar para arreglar la pensión que debe recibir como ciudadano americano
Momentos después de que el líder nacional de la organización Braceroproa denunciara que en enero del año pasado el personal encargado de las mesas de registro para el padrón de beneficiarios del fideicomiso de ex trabajadores migratorios entregó hojas de pago y de registro con las mismas características y sin explicar a los ancianos de qué documentación se trataba, entre la muchedumbre apareció don Antonio. 
Don Antonio Ruiz de Loera nació en 1931, es viudo desde hace 19 años y sus 13 hijos se fueron de casa, un rancho ubicado en San Tadeo, en el municipio da Calvillo, donde vive solo y mientras escuchaba al desenvuelto líder, el ex bracero de casi 80 años platicó que no sabe leer, pero que gracias a la “cabeza buena que me dio mi padre Dios” ha podido salir adelante. 
Cuando se enteró de que su nombre estaba publicado en la última lista del año pasado, siguió el consejo de Cesárea Pérez, la lideresa estatal y se esperó a cobrarlos hasta este mes. También por consejo de ella, conserva íntegra esa única suma que ha recibido del fideicomiso, para poder reclamar el pago de los 34 mil que le faltan y con los cuales planea viajar a Estados Unidos, país donde pasó 18 meses en los años 50, junto con otros 900 braceros, “trabajando día y noche para darle de comer a mi familia”. 
Gracias a que siete de sus hijos viven legalmente en ese país, cuenta con la “suidadanía” americana, por eso en 2005 pudo inscribirse en el seguro de San Antonio, Texas “y el del seguro Texas dijo que, cuando cumpliera cinco años de suidadano, tenía un cheque de 550 dólares. Pero no he podido ir a arreglar, a firmar, porque no he tenido para ir”. 
Y es que cada mes, el gobierno le entrega mensualmente dos mil pesos “de la tercera edad”, que usa para vivir y a los que “de vez en cuando” se suman unos 300 dólares que le mandan sus hijos de la Unión Americana. 
Él pelea que le paguen sus 38 mil pesos completos para completar el viaje y finalizar los trámites del seguro americanos, además de para subsistir, pues dice con orgullo que “nunca he comprado un vino, una cerveza, un billar, una cantina”. Su único vicio, sonríe, es fumar cigarros Faros. 
Aunque no lo pareciera, mientras don Antonio hablaba, siguió atento a las palabras que acudió a escuchar de su líder: “¿escuchó que está diciendo que no van a ser en abonos? Si me los llego a agarrar (los 34 mil pesos que le falta por recibir), me transporto a con mis hijos, a verlos y a arreglar la pensión para vivir los días que me dé dios de vida”, dijo, para luego regresar a la casa que construyó cuando tuvo con él a su familia. 
De acuerdo a lo informado por don Antonio y algunos de los ex braceros que presenciaron la entrevista, primero en julio de 2009 Secretaría de Gobernación les dijo que se les pagarían 4 mil pesos al mes, por lo que esperaban que en 10 meses les quedara cubierta su cuota de ahorro, que si bien no corresponde al 10 por ciento que mandaban en sus años de trabajo –cifra que los líderes ya consideran incalculable-, es mejor que recibir nada. 
Pero después, coincidieron con el líder nacional de Braceroproa, Ventura Gutiérrez, les dijeron que cada año y “en el rancho eso significa que julio de 2009 era un año y enero de 2010 ya era otro año”. Sin embargo, el pago siguiente lo recibirán hasta julio de 2010, para cuando temen que ya no haya dinero por la reducción de recursos del fideicomiso destinado a este fin. 
 

 


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