- El primer riesgo es la frontera del sureste del país
El primer gran riesgo para los migrantes centroamericanos y de América del Sur es precisamente el sureste de México, Chiapas, Oaxaca donde además de ser víctimas de la extorsión de las autoridades migratorias también están bajo el riesgo de toparse con las pandillas que en muchas ocasiones están coludidas con las autoridades y sólo les traen malos momentos a los viajantes que generalmente traen una “buena” cantidad de dinero porque saben que su viaje es largo.
Desde la experiencia de Xicoténcatl Cardona, un migrante mexicano que estuvo en Estados Unidos y pudo convivir de cerca con centroamericanos que se ven obligados también a dejar su país, un compañero guatemalteco que estaba casado con una salvadoreña le contó que cuando ellos venían de allá para acá había integrantes de pandillas que no se les despegaban en todo el tiempo.
En su viaje les tocó ver cómo las pandillas tiraban a los muchachos que no querían cooperar, desde arriba del tren los aventaban, los bajaban del tren si no pagaban una cuota porque finalmente estas pandillas están también en contubernio con los choferes del tren y entonces se vuelven una “mafia” que estafa a los migrantes desde el momento en que ellos cruzan las fronteras de sus países.
“Cuando llegan a diferentes estados pasa esto, por ejemplo aquí en Aguascalientes también, se bajan antes de llegar a San Francisco de los Romo porque ahí las autoridades municipales, la policía los reporta a migración, cosa que está mal hecho porque no es función de ellos, por eso cada vez que uno pasa las vías por Pabellón, hay centroamericanos pidiendo ayuda o en San Francisco, en Chicalotes”.
Desafortunadamente en Aguascalientes no existe un lugar que sirva como espacio de alojamiento para los centroamericanos que llegan a cruzar por el estado, donde les brinde algo de alimento e incluso si se pudiera una ayuda económica para apoyarlos a que sigan su camino porque finalmente ese es el destino de todos los que van al “norte”, quieren conseguir un dinero que necesitan para construir su casa y un patrimonio en sus ciudades de origen.
“En México no hemos aprendido, nos hace falta más conciencia en el trato a los centroamericanos porque nosotros hemos recibido un trato muy injusto en Estados Unidos por parte de los grupos anti-inmigrantes o las autoridades de ciertas ciudades (…) entonces no queremos hacer lo mismo nosotros aquí con la gente que viene de paso”.
Por otra parte, aunque las autoridades en México parecen haberse manifestado por la protección de los migrantes, la realidad es que quienes en algún momento de su vida han emprendido este viaje hacia Estados Unidos, saben que los riesgos los corren ellos solos y la protección también corre por su cuenta.
La asociación AMOR en Aguascalientes tiene muchos proyectos para el año entrante, sin embargo la escasez de los recursos económicos y la falta de un eco en las autoridades ha frenado la necesidad de abrir una Casa del migrante donde no sólo se dé asilo a los centroamericanos, los mexicanos, sino también para poder desarrollar actividades económicas para quienes han sido deportados.