■ Independientemente de las diferencias de opiniones el objetivo es proteger
■ Tendrá que hacerse un estudio técnico justificativo y es indispensable socializar el proyecto
Alrededor del proyecto del Arroyo de Cobos hay un ambiente de conciliación a pesar las diferencias que pudieran existir entre los miembros de la sociedad civil o con las mismas autoridades, este lugar vivo que respira por sí mismo clama protección, quienes están en disposición para defenderlo quieren negociar siempre y cuando se asegure la preservación del espacio.
En torno de la protección de Cobos surgieron ya una serie de propuestas que más que mermar el proyecto lo vienen a enriquecer, ya que independientemente de las iniciativas es uno sólo el objetivo proteger el área, en eso coincidieron Luis Miguel Vázquez, Carlos Flores, Rubén Guzmán y Ricardo Herrera, los dos primeros miembros de esta agrupación, presidente y secretario respectivamente.
Tanto Rubén Guzmán como Ricardo Herrera propusieron que inicialmente debiera estructurarse un proyecto que derivara inicialmente en un estudio técnico justificativo donde especialistas en las diferentes áreas dieran “fe” de la riqueza del lugar, en biodiversidad y de riqueza paleontológica, aún cuando en Cobos no existe una construcción que constate que en el lugar habitaba alguna población prehispánica.
Propusieron también desarrollar a la par del proyecto habitacional, si es que no existiera otra opción de terreno para construcción, estructurar una iniciativa de socialización que incluiría una intensa campaña de información para la población con la intención de sensibilizarlos a tal nivel que se apropien del proyecto y sean los primeros en conservar un patrimonio que les pertenece a todos los aguascalentenses.
“Si nos sentáramos e hiciéramos un planteamiento formal en el cual se hiciera un proyecto con tiempos, con las diferentes cosas que cada quien tenemos que hacer, igual con el municipio, yo creo que es algo que nos está faltando, en lugar de estar que si dijiste o no dijiste”, insistió.
La propuesta de formar a los “vecinos” con una conciencia del lugar comenzaría desde las nuevas generaciones, es decir con los niños a través del sistema escolarizado, la conformación de comités de colonos y enseñarlos a que siendo un área protegida sean corresponsables. “Es una labor bastante titánica, porque sabemos que generalmente los adultos no entienden la importancia de esta riqueza, los niños sí la entienden pero no son ellos los tomadores de decisiones”.
Esta iniciativa de protección y educación podría ser tan utópica como la declaración de área natural protegida de la totalidad del área forestal donde se encuentra Cobos, sin embargo para fundamentar que un proyecto como este tenga éxito debe trabajarse desde un inicio a la par de que se comenzara con el fraccionamiento con un acercamiento directo con quienes lleguen como pobladores.
Luis Miguel Vázquez coincidió con que la idea central es tener un espacio que de viabilidad a los organismos que viven en esta zona, tanto de flora como fauna y conservar que esta sea un área de recarga, sustentable, viable lo cual no significa que no se pueda hacer el fraccionamiento, pero que tenga como base principal la protección del área natural.
“Nuestra postura es conciliadora, negociadora incluso (…) con claridad se tiene que poner el elemento para que en este espacio se genere la viabilidad de la conservación del área natural”.
Consideró también que el estudio técnico es indispensable y es lo primero que tiene que hacerse para iniciar un proceso formal de protección del área. Y para involucrar a los vecinos como parte de los “cuidadores” de esta área deben tener un alto sentido de protección, además de plantear que fuera un fraccionamiento no tan grande que era incluso una iniciativa que había comentado ya Carmen Lucía Franco, delegada de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).