Fueron promotoras y hasta mecenas sin reconocimiento - LJA Aguascalientes
15/11/2024

  •  Norteamericanas tenían visión global de la cultura

Las mujeres norteamericanas que vivieron la época de la posrevolución tuvieron una visión muy amplia de la cultura, el arte en formación y hubo quienes incluso como Alma Reed tuvieron la posibilidad de ser “mecenas”,  en el caso exclusivo de la obra de José Clemente Orozco para dar a conocer su obra en el vecino país del norte, de acuerdo a los hallazgos que hasta ahora ha podido localizar el investigador Michael Schuessler.

La investigación que él inició giraba en torno a la figura de Alma Reed que fue quien llevó la obra de Orozco a Nueva York donde incluso abrió una galería denominada Estudios Délficos donde generalmente exponían obra de este artista mexicano, además de que ella le consiguió al pintor varios espacios en instituciones educativas, de Estados Unidos para que hiciera murales. Ella de alguna manera lo “adoptó”, lo ayudó no directamente con su dinero sino más bien con sus contactos.

Cada una de ellas llegaron al país por razones diversas de estudios o investigaciones y en cuanto estuvieron acá se dieron cuenta de la riqueza del México prehispánico que tuvo mucha importancia en la consolidación de la expresión artística que se estaba gestando en esos momentos, ellas dieron cuenta que la tradición no estaba perdida sino que formaba parte del arte que se produjo después de la época de la revolución.

Schuessler reparó en el detalle de cómo en su proceso de búsqueda para localizar mayor cantidad de datos sobre Alma Reed se topó en su camino con Frances Toor, Ione Robinson y Margaret Shedd; recuerda que fue a visitar a Rosa- Lie Johanssen antes de su muerte, ella le mostró un caja dentro de la chimenea que él había visto ya en alguna ocasión anterior, le dijo que podía hurgar en ella durante una hora y llevarse todas las fotos que quisiera.

Ahí encontró varias fotografías de Alma Reed acompañada de otras mujeres que él no conocía, empezó por saber sus nombres, luego se dedicó a investigar sobre ellas y dio cuenta de la importancia de cada una de estas mujeres alrededor de la cultura en México en esos días.

Las norteamericanas en muchos casos apreciaban en un nivel más global la importancia del arte mexicano, este es un rasgo que incluso se puede apreciar también en artistas como en el caso de Henry Moore que se inspiró en creaciones prehispánicas para su propia escultura. En el caso de estas mujeres norteamericanas, ellas tuvieron la ventaja de vivir en centros urbanos como Nueva York, San Francisco o Chicago donde pudieron llegar a grandes masas de ciudadanos estadounidenses para hablarles sobre el valor de la producción artística mexicana.

En cierto sentido ellas han sido olvidadas de la historia posrevolucionaria por ser mujeres, sin embargo este es un buen momento para prestarles atención, sin embargo ellas no fueron las únicas que quedaron fuera de la narración de estos días, sino también artistas como Juan Soriano, Manuel Rodríguez Lozano y Rufino Tamayo que quedaron un tanto olvidados porque fueron los muralistas quienes acapararon la atención.

Para Schuessler trabajar historias de vida o biografías de mujeres ha sido un proceso de aprendizaje constante y un ejercicio de asombro constante por los logros continuos que ellas tuvieron y que en ningún momento se quejaron por no recibir el reconocimiento que les era merecido. Ellas eran capaces de ver más allá, no sólo distinguían un árbol sino todo el bosque, además de tener una visión muy noble de México.



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