Recientemente tuve la oportunidad de leer el libro Las industrias culturales y el desarrollo de México de Néstor García Canclini y Ernesto Piedras Feria. El texto en cuestión resulta interesante desde diferentes ópticas ya que nos plantea una relación que, en los análisis suele pasarse por alto: la relación entre la actividad económica y los fenómenos de la cultura. Sobre el particular me surgieron de inmediato algunas reflexiones que me gustaría compartir con usted.
Es innegable que el sitio que ocupan las manifestaciones artísticas y culturales en las economías sólidas es de mucha mayor relevancia de la que podrían ocupar en las llamadas economías emergentes. Sin pretender afirmar que de la actividad artística dependa el desarrollo económico si podemos decir que, en el desarrollo de la actividad cultural encontramos un signo de solidez económica. Europa, los Estados Unidos y Japón sobresalen como importantes espacios para el arte. Los principales museos se encuentran justamente en estos puntos geográficos. El libro de García y Piedras nos informa de manera puntual sobre las cantidades que los países desarrollados invierten en educación y cultura y hace la fatal comparación con nuestras circunstancias. De aquí, amigo lector se pueden desprender serias preguntas. ¿Cómo encontramos el actual estado de la educación la cultura y el arte? No se necesita ser un experto para comprobar lo que se muestra de manera evidente.
El diagnóstico es francamente desalentador. Un país cuya educación se encuentra secuestrada por un sindicato lidereado por uno de los personajes más sombríos de la política nacional; pésimos resultados en lecto-escritura y matemáticas, industrias editoriales y fílmicas en franco proceso de desaparición. Una televisión “abierta” secuestrada por un duopolio que privilegia el más banal de los entretenimientos y constantes recortes presupuestales a las universidades públicas son, entre otros, los elementos constitutivos de este diagnóstico.
Sin duda, que para el discurso oficial el hablar de apoyos para la educación y la cultura aporta importantes puntos. Sin embargo, sobra decirlo, en el campo concreto de la realidad los hechos hablan por sí mismos.
Sin embargo, en contraparte cabe resaltar que los esfuerzos que se hagan en estos campos estarán siempre revestidos de un valor agregado pues las condiciones en que se produce, se promueve o se gestiona el arte y la cultura no son siempre las más favorables. Existen casos que valdría la pena recordar, como lo es el esfuerzo que la Universidad Autónoma de Aguascalientes viene haciendo en esta materia, no sólo por los espacios de exhibición de diferentes manifestaciones artísticas sino por que a través del Centro de Ciencias del Diseño y de la Construcción creó la carrera de Ciencias del Arte y gestión Cultural así como un posgrado en esta misma área con orientación en investigación y docencia. Con esto nos encontramos con una Universidad y un centro académico preocupados por profesionalizar las actividades que tienen como fin el fomento de éstas llamadas industrias culturales. El que nuestra máxima casa de estudios, piense en la cultura y en al arte como posibilidades para la generación de proyectos económicamente sustentables habla de la búsqueda de posibilidades para enfrentar de manera imaginativa y creativa los avatares de estas crisis económicas.
Obviamente, el esfuerzo no rendirá frutos de la noche a la mañana, las semillas están comenzando a sembrarse, pero el que tengamos ya esta licenciatura y este posgrado nos habla de que la gestión de la cultura y el arte son asumidos como asuntos que no se puede dejar a las reglas del azar, sino que por el contrario implican una racionalización intencionada de los procesos de enseñanza en este campo. Finalmente, hay que señalar que lo que pasa en el campo de la cultura y el arte puede ser pensado como paradigma de lo ocurre en todo lo demás. Es decir, las crisis económicas nos han afectado por una falta de políticas públicas adecuadas y por no contar con una eficiente planta productiva que responda con imaginación a las embestidas de las recesiones.
Pensar ahora en arte y cultura como posibilidad para el desarrollo del país nos habla de una manera de pensar distinta. Una manera de pensar que apuesta por la imaginación. La cosa no es fácil, desde luego, pero todo inicio debe ser bienvenido. La otra es quedarnos igual como hasta ahora ¿O usted cómo la ve?