El Instituto Aguascalentense de las Mujeres (IAM) presentó dos de las ediciones que se publicaron en este año, en compañía de los investigadores que participaron para que fueran posibles estos estudios, uno de ellos sobre el empoderamiento de las mujeres a través del trabajo no asalariado y otra sobre la influencia de la violencia de género como causa de delito entre las mujeres.
Para hacer los comentarios de ambas ediciones estuvieron los investigadores, Octavio Maza Díaz Cortés y Fernando Plascencia Martínez que coadyuvaron a la realización de ambos trabajos de investigación que trajeron beneficios para los académicos, las entrevistadas y se espera que también tenga una repercusión en el ámbito público a través del diseño de mecanismos y políticas públicas para erradicar la violencia y la falta de oportunidades por cuestiones de género.
En torno al estudio de las mujeres que trabajan principalmente en
los sistemas de multinivel, los investigadores pudieron determinar que
el empleo les sirve a las mujeres como un ingreso, pero también como
una medida para lograr la autoafirmación y la autonomía. Con esta
posibilidad de trabajar en el espacio exterior reducen la violencia y
esto repercute de manera positiva en la dinámica de sus hogares.
Aunque pareciera no tener mayor trascendencia para ellas, es muy
importante que su trabajo sea fuera de su casa porque generalmente los
trabajos al interior del hogar se prestan para la subordinación de
parte de los hombres, ya sean hermanos, pareja, esposos o compañeros,
por el contrario quedó comprobado a través del acercamiento con las
mujeres entrevistadas que el contacto con el exterior les da la
posibilidad de generar un ambiente más democrático y de reasignación de
roles al interior de la familia.
El aspecto económico es un rubro donde se manifiesta el poder de una
persona sobre otra y entonces los hombres utilizan el dinero como un
objeto para manipular; en muchos de los casos las víctimas no conciben
sus experiencias como violentas porque ven al hombre como el principal
proveedor y ellas sólo ayudan con el gasto al hombre.
En cuanto al acercamiento con las mujeres reclusas, por principio de
cuentas se evidenció a un segmento de mujeres que con facilidad son
olvidadas, víctimas de la violencia y de vidas muy desdichadas que sin
quererlo les han marcado caminos escabrosos. Ellas mismas dentro de las
entrevistas llegaron a expresar que tenían mejor vida desde que estaban
recluidas que al estar en el medio que siempre se habían desarrollado.
Ese primer acercamiento les sirvió a los investigadores para darse
cuenta que hay personas más cercanas de lo que la gente se imagina que
viven violencia. A través de la investigación se dieron cuenta que el
trato desde el momento del juicio para las mujeres que cometieron un
ilícito no es la más adecuada y obviamente lo mismo sucede ya en el
momento de la reclusión, donde por poner un ejemplo, los investigadores
mencionan la carencia de medicamentos y la falta de agua caliente en
las regaderas.
Ellos escucharon historias adictivas tempranas que finalmente
termina por vincular a las mujeres con lo delictivo, en el libro
lograron conjuntarse los aspectos analizados por los investigadores a
la luz de la teoría, pero también cinco historias desgarradoras y con
el alma en vivo de las mujeres que desde niñas experimentaron la
violencia y el desamparo desde muchas formas y es ahora cuando a través
del encierro han podido retomarse como mujeres para salir y ver a los
suyos.