Paquete fiscal 2010: el voto de los legisladores y sus consecuencias - LJA Aguascalientes
15/11/2024

El Congreso de la Unión terminó el trabajo legislativo para el paquete fiscal 2010; el resultado está siendo estudiado y analizado en la opinión pública a través de los medios de comunicación, en donde todos estamos participando de diferentes formas para manifestarnos conformes o inconformes, realistas o idealistas, útiles o inútiles.

La forma como votan los legisladores ha mostrado consecuencias importantes: en los tableros electrónicos de las cámaras hemos conocido el sentido del voto de los legisladores, quienes votaron a favor y quienes votaron en contra. La información de los tableros electrónicos ha propiciado diversos efectos en los medios de comunicación y en la sociedad.

Las expresiones han sido diversas abarcando desde las alabanzas
hasta los vituperios, según sea la posición de quien emite su opinión,
ya sea a favor del legislador o partido que votó en contra, o en contra
del legislador o partido que votó a favor. No obstante, el sentir común
ha sido de insatisfacción por el aumento de impuestos.

Conocimos también los votos diferenciados emitidos por legisladores
que votaron distinto a como votó el resto de su grupo parlamentario,
después de haber “razonado” su voto en tribuna; todo ello realizado con
el llamado “voto nominal”.

Es importante preguntarnos la diferencia que se da entre el voto
nominal y el voto secreto: el primero es emitido en el sistema de
cómputo de la cámara en el que aparece en los tableros electrónicos el
nombre del legislador y los colores del voto, rojo para el voto en
contra, verde en el voto a favor y amarillo en la abstención.

El voto secreto es la emisión del sufragio en cédula sin nombre, una
hoja donde el legislador cruza el sentido de su voto y la deposita en
una urna para realizar posteriormente el cómputo y conocer el resultado
de la votación. El paquete fiscal 2010 se votó con la forma nominal y
el presidente de la CNDH se eligió con la forma secreta.

Las dos formas tienen motivos diferentes y consecuencias distintas,
y la explicación es sencilla: en unos casos los legisladores quieren
que los ciudadanos conozcamos el sentido de su voto y en otros optan
porque no se conozca, aunque después alguno lo dé a conocer.

La forma de la emisión del voto, sin embargo, es un tema de debate:
para unos ciudadanos es importante y de responsabilidad política
conocer cómo están votando sus representantes; para otros ciudadanos lo
importante es el resultado de las votaciones, si favorecen la
resolución de los problemas y facilitan el avance de la sociedad.

Para el politólogo Robert Dahal (La democracia y sus críticos,
capítulo 17, evaluación de la poliarquía, página 282) la elección libre
e imparcial del legislador es fundamental para el avance de la
democracia: el voto público o nominal es un obstáculo para el
desarrollo del “demos”, ya que impide que los legisladores puedan
emitir su voto, en conciencia y convicción, para atender asuntos que en
ocasiones son impopulares –por ejemplo para empresarios o
trabajadores-. El desarrollo de la democracia en muchos países ha
comenzado con el voto público, conociendo cuándo levanta la mano el
legislador, y tiempo después han cambiado al voto secreto.


Efectivamente, el voto nominal lleva al legislador a la disyuntiva
de si le va a gustar o no a su electorado, o a los conductores de
noticias, o a los líderes de opinión o sociales, o a su próxima
aspiración política; el otro lado de la disyuntiva es si le va a ayudar
al país a salir adelante, o si va a ayudar a los gobiernos de todos los
partidos a realizar bien su función social, etc., aunque no sea de
satisfacción para todos.

El voto secreto aparentemente tiene la desventaja de que no
conocemos cómo votaron los legisladores y, por lo tanto, no permite a
los ciudadanos ser exigentes con ellos; sin embargo, como las
discusiones son públicas, es ahí donde nos damos cuenta de cómo
consideran determinada iniciativa de ley, lo que también permite
analizar los pro y los contra de aprobar o no tal iniciativa,
información que resolvería el inconveniente de esta forma de voto. El
resultado así es del Congreso como tal, y no de uno u otro partido.

El voto nominal divide a los legisladores y los enfrenta entre sí,
permitiendo que los partidos políticos se integren o se descarten de
las decisiones del Congreso, carguen o no con el llamado costo político
(el PRD ha iniciado una andanada contra el PRI y el PAN con motivo del
paquete fiscal 2010, andanada que finalmente ¿contribuye a la necesaria
unidad política del país tan lastimada hoy en día y a la conciencia de
las soluciones?).

Las democracias consociativas, explicadas por Dahl en su libro,
presentan un nivel de desarrollo superior: los países que se gobiernan
con la poliarquía (gobierno de “polis”: ni monarquía ni oligarquía)
tienen el sistema de votación en el que determinadas iniciativas de ley
avanzan sólo y hasta que todas las fuerzas políticas presentes en el
parlamento se han puesto de acuerdo.

La constitución de la Unión Europea no fue aprobada de manera
definitiva por algunos países y la iniciativa cambió al Tratado de
Lisboa, el cual será aplicado una vez que terminaron de aprobarla en
votaciones nacionales todos los países.

Discutamos y debatamos cómo hacer una mejor democracia en nuestro
país que nos lleve a la unidad plural y al avance conjunto de todas las
fuerzas de la nación.


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