También para los poetas hay sueños reservados en espera de hacerse realidad y para la entrañable Dolores Castro llegó con la edición de Rio Memorioso, obra reunida; editada por la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), un caudal de agua fresca para su espíritu, a manera de broma la autora de una obra muy extensa comentó ahora sí ya me puedo morir, aunque no quiero.
En la ocasión más reciente que Dolores Castro visitó su tierra natal, el rector de la UAA, Rafael Urzúa Macías, se comprometió a hacer una edición para reunir la obra de la escritora, hoy a cuatro meses, aquella promesa se materializa ante la incredulidad y la actitud humilde de agradecimiento de su autora y para el deleite de los presentes en el recinto, porque de sólo escucharla se enchina la piel y a muchos sin querer les afloran las lágrimas porque sus palabras tocan la piel del alma.
Para la presentación de la obra reunida, estuvieron presentes Ana
Luisa Topete, Felipe San José y Enrique Rodríguez Varela como
moderador, quien calificó a la poetisa como un río interminable y
caudaloso que puede bañar a quien se acerque a sus letras. Los
comentarios de ambos presentadores en torno a la edición fue en primera
instancia que es hermosa por su papel, diseño, color, impresión y más
allá de eso por la expresión de Dolores Castro.
Ana Luisa Topete hizo un recorrido por Río Memorioso como quien
describe a un gran amigo que ha recibido algún galardón y debe ser
descrito con el mayor detalle para compartir con los asistentes las
razones por las que es tan maravilloso, no sólo en el ámbito de la
poética, sino también en la parte del ensayo y la novela.
Felipe San José coincidió como ya lo han hecho otros que este
reconocimiento hecho a la poetisa aguascalentense en vida, que es una
forma de hacer justicia por el tiempo en que esta destacada mujer ha
sido olvidada por sus coterráneos; no hay mejor homenaje para un
escritor que editarlo y la UAA ha querido darle este obsequio a la
mujer de cabellos blancos y espíritu jovial.
El maestro leyó en su presentación algunos fragmentos del prólogo
escrito por José María Espinasa que hace una referencia muy especial a
la generación de Dolores Castro que fue una muy prolífera en cuanto a
la publicación de mujeres escritoras, que aún para quienes consideran
que no existe literatura femenina, vale decir que más allá del mote sí
existe una sensibilidad y una mirada implícita que sólo ellas tienen.
Entre aplausos, Dolores Castro dijo que lo primero que diría de
manera indispensable fue su gratitud por haberla escuchado esa primera
ocasión cuando le prometió un libro, “yo pensé, es muy poco el tiempo y
no va a poder suceder eso y vengo y me encuentro este hermosura de
libro que yo bien sé que todo en la vida puede ser transitorio, pero
las palabras pueden quedar”.
“Este libro que va a servir como para que yo me consuele de todo lo
que se va perdiendo en la vida porque uno envejece, sin embargo esa
vejez mía es muy alegre, es muy alegre porque la palabra es capaz de
darle a cada quien la felicidad que dicen que no es de este mundo”.
“Esta realidad del mundo es bellísima, a pesar del dolor, a pesar de
la vejez, a pesar de la muerte, hay algo que puede uno decir como aquel
poeta, escuchadme esta cosa tremenda he vivido, vivir no es cualquier
cosa, claro que la razón nos da la ubicación en este mundo… pero hay
otra forma de entenderla que es la sensibilidad… que va al espíritu
mismo, a lo que el hombre tiene verdaderamente de ser humano”, finalizó
la artista.