La Revolución Mexicana, ¿ideario social o ? - LJA Aguascalientes
22/11/2024

A un año del Centenario de la Revolución Mexicana no se han podido cumplir los ideales de muchos ideólogos, caudillos y sobre todo el campesinado que formó parte de ella, sin olvidar a los pensadores, y precursores que trataron de consolidar una verdadera revolución social y no una revolución política, que es la que al final de cuentas se dio, pero sin olvidar un gran movimiento de masas que iniciaron los Círculos de Obreros Libres en San Luis Potosí, las luchas del Partido Liberal Mexicano, encabezado por los Hermanos Flores Magón y que dio origen a las huelgas de Cananea y Rio Blanco desencadenando al tiempo la caída de Porfirio Díaz, no son ni Madero, ni Carranza, ni el grupo Sonora los que desencadenaron este movimiento, los verdaderos precursores fueron los mineros de Cananea y los textileros de Río Blanco, los ideólogos como Librado Rivera, Ricardo y Enrique Flores Magón, los periodistas como Filomeno Mata, son los verdaderos precursores que encauzaron  su lucha contra una dictadura como la de Díaz y que al final de cuentas debilitaron, aprovechando la coyuntura las clases medias acomodadas y hacendados como Madero y Carranza los que pasan a la historia como los verdaderos revolucionarios, pero a quienes la historia debe hacerles justicia es a miles de anónimos que dieron su vida por un México mejor.

A estas alturas de la historia del México moderno actual, no hay
nada que celebrar, ni el Centenario, ni el Bicentenario, con un país al
borde del descontento social, por la injusticia social y económica que
vive más de la mitad del pueblo mexicano inmerso en la pobreza y la
falta de oportunidades de reivindicación social, económica, educativa,
por los que el país dista en demasía de ser el México que los
revolucionarios se plantearon instaurar y que los índices de pobreza,
marginación, desigualdad y desempleo, así como la polarización de la
riqueza que se ha acrecentado considerablemente, pero en pocas manos.
Las demandas de la sociedad en materia educativa, social, de salud y
sobre todo de empleo rebasan la capacidad de respuesta de los
gobernantes y la problemática social se ha agudizado por fenómenos como
el narcotráfico, el crimen organizado y la violencia en todas sus
facetas.

Aunadas a esta realidad, las condiciones laborales y de previsión
social que están plasmadas en el artículo 123 de la LFT,  al igual que
la precaria situación agrícola y la inestabilidad económica y social,
han distanciado aún más al México que fue ideado en la fase inicial de
la revolución que dio inicio en 1910, pero que sentó las bases de lucha
social desde finales del siglo XIX con los movimientos de lucha en los
centros laborales de la incipiente industria representada por el
mutualismo de oficios varios como los sastres, los sombrereros, los
fogoneros, etc. Que son los iniciadores del sindicalismo y la lucha de
clases.

Pero ¿porqué se da la Revolución?, sabemos que es ineludible, en
cualquiera de los casos que se digan, el que una nación recurra a su
historia para comprender su acontecer actual y encauzar sus acciones y
políticas hacia un progreso generalizado, mas ésta es una labor que
debe extenderse a todas las esferas sociales, de no hacerlo y como se
señala a cada momento, estaríamos condenados a “repetir” las faltas
cometidas en el pasado.

A la muerte de Carranza, Adolfo de la Huerta lo sucedió en la
presidencia en forma interina, hasta que en  noviembre de 1920 es
elegido presidente Álvaro Obregón, con quien se inicia el término de la
Revolución  con acciones en defensa de los obreros y campesinos,
sentándose las bases de un esquema  político diferente y que en 1924
con Plutarco Elías Calles el esquema político adquirió forma
definitiva, si bien se toma el año de 1920 como el año que finalizó la
Revolución Mexicana, pero no fue sino hasta 1934 con el presidente
Lázaro Cárdenas del Río cuando los enfrentamientos y revueltas cesaron,
determinándose un gobierno de transición pacífica con Ávila Camacho
hasta determinar los gobiernos civilistas basados en las instituciones,
dejando a un lado la época de los caudillos.

Sin duda, uno de los máximos logros de la Revolución Mexicana fue la
Constitución de 1917 quien determina un parteaguas en la historia de
México y sienta las bases de una sociedad democrática y plural donde se
incorporan ideas de los grupos revolucionarios, se retoman las
libertades y derechos de los ciudadanos, así como los ideales
democráticos y federales del constitucionalismo de 1857, asimismo se
reconocen los derechos sociales, como la huelga y la organización de
los trabajadores, el derecho a la educación y también el derecho a
regular la propiedad privada, de todos estos aspectos que se resumen,
por lo que lucharon muchos mexicanos y que murieron por un país mejor,
a la fecha se está dando marcha atrás a estos beneficios que se habían
logrado y lo vemos cotidianamente con un retroceso del Estado Mexicano
a lo que se anhelaba, por estos motivos no tenemos nada que celebrar,
mientras sigan las injusticias y los gobiernos insensibles a la pobreza
cada vez mayor de un país como el nuestro, con gobiernos ricos y
pueblos pobres.

Además del ámbito político y social, la Revolución logró un cúmulo
de experiencias y acontecimientos que fueron plasmados en la
literatura, la música, el cine y las artes en general, la llamada
literatura de la revolución se convirtió en un mecanismo de expresión,
de comprensión y de acopio histórico, además representó una oportunidad
para dar noticia literaria de hechos y de gente con el fin de hacer
creíbles los acontecimientos y actitudes para retratar el lenguaje y el
habla de una caótica mezcla de personas de la más diversa extracción
social, con diferentes ideas, convicciones y credos.

Para caracterizar la Revolución Mexicana de acuerdo a la distinción
clásica de la teoría política moderna entre revolución social y
revolución política podemos definir que: “Una revolución social se
puede distinguir porque los grupos que en ella participan luchan  por
un abierto propósito de abolir la propiedad privada sobre los medios de
producción”, mientras que: “Una revolución política busca cambiar un
régimen de propiedad privada por otro de propiedad libre, pero siempre
privada, sobre los medios de producción”, la Revolución Mexicana parece
encajar  en el modelo de una revolución política, pese a las
características particulares, que en el de una verdadera revolución
social, aún con esto es indudable que la revolución fue esencialmente
obra de las masas populares mexicanas, ellas la prepararon y ofrecieron
los contingentes que la realizaron. n

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