¡No, no me da la gana volver a ver una mujer cruelmente asesinada, sí, si me da la gana ser una mujer libre y soberana!, es una de las consignas que expresan públicamente esas mujeres que llevan el dolor y el luto en la vestimenta y en el corazón. Otro de los significados de su vestimenta negra es la ausencia de color, el no pertenecer a un partido político en específico; dentro de la organización hay mujeres con diferentes filiaciones partidistas y también hay quienes no están integradas a algún partido.
Las Mujeres de Negro de Chihuahua y la asociación Justicia para nuestras hijas, acompañada de integrantes de las organizaciones civiles locales e integrantes del comité de equidad de género del Partido de la Revolución Democrática marcharon desde la calle Ignacio Zaragoza hasta la plaza principal, donde se encontraron con el rechazo de los policías municipales para que subieran a la exedra la camioneta y el remolque con una campana.
Ante esta negativa, la respuesta de las mujeres respetuosa pero
consistente se volvió de pronto una sólo voz que protestaba ¡Ni una
más! y ante la consigna, las autoridades dieron paso a las marchantes
que accedieron hasta su lugar de destino. Jesús Tinoco, representante
del Movimiento de Acción Lésbica en Aguascalientes (MAL) atestiguó la
solidaridad de las mujeres y los hombres aguascalentenses que en el
camino mostraron con el silencio, con una mano en la espalda o con un
abrazo a una mujer desconocida y con dolor.
El asesinato o la desaparición de una hija provoca en el cuerpo y el
alma de las madres una sensación que según Norma Ledezma, fundadora de
la asociación Justicia para nuestras hijas, ni siquiera el mejor
escritor o poeta ha podido nombrarlo, porque no es sólo dolor o
impotencia es un remolino que tienes adentro, una tormenta que llega y
al mismo tiempo no, que quiere pasar y no pasa y pasan los años y no se
va.
“En el caminar y en los años, ese es el caminar, el dejar la
historia en cada lugar, decirles nosotros aquí estamos las madres para
decirles sabes que yo no lo leí, yo no lo vi en una película que te
conmueve, mi historia sin mucha elocuencia yo la viví”.
Entre los logros más importantes de Justicia para nuestras hijas,
está haber sido representada en la asamblea de la ONU en la Comisión
Interamericana de los Derechos Humanos, gestionaron para que viniera un
grupo de antropólogas forenses de Argentina para hacer identificaciones
y fiscalía, y además también un grupo expertos para realizar
dictámenes, además de acompañar a las madres para que aporten las
respectivas investigaciones de sus casos.
Esa sensación inexplicable se traduce finalmente en lucha, agallas,
en un grito que no será ahogado por ningún motivo, el clamor de Ni una
más que estuvo en Aguascalientes como parte de un recorrido que
iniciaron cuando las Mujeres de negro, en el Distrito Federal, juntaron
llaves para hacer una campana que posteriormente decidieron llevar a
través de diferentes estados, antes de dejarla en Ciudad Juárez.
Lucha Castro comentó acerca del recorrido que iniciaron en Morelos
donde encontraron a un procurador negado a recibir a las organizaciones
no gubernamentales que reclaman el esclarecimiento de las muertes de
mujeres que están todavía sin explicación, ni culpables; de ahí se
fueron a visitar el Estado de México, donde no fueron recibidas debido
al control férreo ejercido por el gobernador Enrique Peña Nieto, sin
embargo, decidieron hacer una marcha y una manifestación pública con
los diputados.
De ahí se fueron a Querétaro donde las recibieron jóvenes
universitarias y fueron a la Comisión de Derechos Humanos para exigir
el esclarecimiento de un caso en específico de una joven desaparecida,
en este estado la experiencia fue para ellas muy impresionante por el
silencio absoluto de respeto que hubo cuando llegaron a la plaza; en
Guanajuato fueron recibidas por Amnistía Internacional y clausuraron el
Congreso estatal por machista, como una manifestación en contra de las
actitudes conservadoras y lacerantes de los legisladores en este
estado.
Los estados después de Aguascalientes, son San Luis Potosí,
Zacatecas, Coahuila, Durango y luego Chihuahua donde se realizará el
primer encuentro estatal feminista durante tres días y finalmente las
mujeres realizarán la entrega de la campana en Ciudad Juárez.
La experiencia de la violencia de las mujeres en Chihuahua es
singular, señaló Norma Ledezma, porque ellas no vieron una película o
leyeron una historia, a ellas les arrancaron a sus hijas, en un
ambiente de impunidad, ineficiencia de los sistemas judiciales en el
país, ante el fenómeno de desaparición y asesinato de jóvenes sin
ningún motivo.
“Las que se desaparecieron en algún momento y nos las entregaron
quince días, un mes después, o tres años después, un cráneo o restos
que encontraron, de esa experiencia sólo podemos decir que la justicia
no está hecha para todos”.
Paloma era hija de Norma Ledezma, tenía 16 años, un sábado, a las
3:15 de la tarde, después de trabajar en la maquiladora salió a sus
clases de un diplomado en computación, debió haber regresado a las ocho
de la noche, pero ya no lo hizo, pasaron 27 días en los que su familia
la buscó día y noche, vieron jefes de policía, subprocurador,
procurador y hasta el gobernador.
“El 29 de marzo me hablaron para decirme que habían encontrado el
cuerpo de una joven, de una mujer joven con las características que
desafortunadamente sí era mi hija Paloma, entonces hace siete años ocho
meses y hasta ahorita no sabemos quién es el culpable”.
“Hay mucho dolor en el camino, es muy fatigado, se nos acaban las
fuerzas, sin embargo la postura nuestra como madres es hasta que la
vida se me acabe, yo voy a luchar por encontrar al asesino de mi hija.
Hay partes en la vida de cada una que está borrada o bloqueada porque
es un capítulo de la vida que no queremos y no podemos recordarla”,
señaló.
Esta muerte la llevó a conformar la asociación Justicia para
nuestras hijas, que desde hace dos años, la última semana de cada mes
se reúnen para revisar los expedientes en conjunto con las autoridades
para darles un seguimiento y analizar los avances. Actualmente tienen
30 casos en análisis, hay cinco consignaciones; sin embargo eso no
sucede en todas partes pues aunque en Ciudad Juárez existe también una
fiscalía especializada en feminicidios, sólo es de nombre, pero no
funciona. “Esa situación es patética porque aunque en Ciudad Juárez fue
donde se metió el recurso, se dieron las capacitaciones, Guadalupe
Morfín hizo el programa de los 40 puntos”.
Lucha es abogada de las madres, las acompaña desde que este
movimiento inició, ella se prometió a sí misma un día gastarse la vida
en defender los derechos de las mujeres a como diera lugar, sin saber
cómo, ni tener mayor herramienta que la intención en el corazón.
Silvia era una muchacha muy activa, trabajaba mucho por ella misma,
un día le tocó la de malas que cuando salió a cobrar ya no regresó, se
la llevaron con el “mallate” con todo y todo y hasta la fecha después
de casi 12 años cumplidos no ha regresado, desde entonces para doña Eva
que es una de las madres de mayor edad en el grupo, ha sido una lucha
constante que no piensa abandonar. Cuando ella desapareció, Arturo
Chávez Chávez era procurador general de Justicia del estado, luego
delegado de la PGR, nunca hizo nada y hoy es el procurador de la
nación.
Doña Eva junto con otras madres está investigando dónde se
encuentran los asesinos y los secuestradores de su hija y de todas las
demás mujeres desaparecidas y muertas, porque tampoco quieren que se
agarren chivos expiatorios y los hostiguen haciéndolos culpables de lo
que no son.
“Seguimos en esta lucha hasta ver dónde aguantamos, primeramente
dios que nos dé fuerzas para seguir adelante, pero estamos puestas para
ayudar a todas las madres y apoyar a todas las de los estados que
venimos visitando, que no se detengan”.
A pesar de los momentos de desesperanza que llenan los ojos de
lágrimas de estas mujeres dolidas, asoma un viso de esperanza en sus
palabras, “primeramente dios yo tengo la fe de que un día de tantos
pueda ella aparecer, sea como sea la recibiremos si es que yo vivo
todavía”. Y es que Doña Eva fue ya amenazada y hostigada por el mismo
gobierno pero ni eso ha mellado su afán de seguir en pie de lucha.
“Yo me doy el valor suficiente para seguir adelante y enfrentar a
las personas que me hostigan. Ella mi hija, es mi ánimo, ella es la que
me anima a seguir adelante por ella y por las demás porque es duro no
saber donde quedó”.
Después de la recepción que las organizaciones dieron a las Mujeres
de Negro donde pudieron desayunar y compartir tiempo con las activistas
locales, todas las mujeres se reunieron en la exedra, enfrente las
cruces de madera rosas y comenzó el mitin con un relato que la misma
Lucha Castro hizo del recorrido que ha hecho hasta ahora y el camino
que les falta por recorrer.
Luego una de las integrantes de las Mujeres de Negro leyó el
manifiesto donde hablan de la situación de violencia, discriminación y
riesgo que son objeto las mujeres, pero sobre todo hicieron un exhorto
para que a pesar del miedo y el horror no se queden en silencio.
En el manifiesto expresan diez exigencias, que el estado haga valer
los instrumentos internacionales y regionales de defensa de las
mujeres, erradicar la violencia de género en todas sus manifestaciones,
establecer un mecanismo eficaz para atender a las mujeres que son
violentadas, buscar a las mujeres desaparecidas y esclarecer los
asesinatos, desmilitarizar a los estados y garantizar la justicia para
las víctimas de delitos cometidos por militares, además de garantizar
la seguridad sexual, integridad física y emocional.
También garantizar la igualdad a las mujeres, implementar políticas
y presupuestos públicos encaminados para programas y acciones de
perspectiva de género y garantizar la efectividad de las leyes que
regular el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.
Enseguida de ellas, fueron las anfitrionas las que leyeron también
su propio manifiesto en contra de la violencia que han vivido las
mismas mujeres de Aguascalientes; al final de cada intervención la
campana sonaba y finalmente la manifestación terminó con el canto del
himno de Ni una más.
La llamada, dijeron las Mujeres de Negro es no sólo para denunciar,
sino para organizarse que los familiares de las muertas y desaparecidas
pidan apoyo a las organizaciones sociales que estén bien organizadas
para brindar el apoyo necesario para esclarecer estos casos.