¿Quiénes se han atrevido a no más formar parte de un ambiente conformista que espera que las decisiones se tomen desde lo alto? ¿Quiénes se dieron cuenta que la formación que están recibiendo no sólo los instruye para observar los fenómenos sociales sino para transformar la realidad a favor de un mejor estado de cosas?
Son, en primer lugar, los estudiantes del noveno semestre de la
licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública y los
conozco desde hace poco más de dos años. Han sido mis alumnos en tres
cursos distintos y desde hace días los papeles se invirtieron. Ellos
son ahora los maestros y quienes los observamos aprendemos de la
luminosidad de su pensamiento y la nobleza de sus motivos para tomar
las calles y protestar frente a la injusticia y sinrazón. Aprendemos
acerca de cómo se organizan y dejan claro que hasta el más mínimo
detalle lo han previsto para que su protesta sea absolutamente pacífica
y nada empañe el claro objetivo que los empuja, el cual no es otro sino
exigir el respeto a lo establecido en la Ley Orgánica de la Universidad
Autónoma de Aguascalientes, que señala que del total del presupuesto
aprobado por el Consejo Universitario en el próximo año le corresponde
un 23% de participación estatal. El poder ejecutivo, en clara violación
a la ley, pretende que este porcentaje sea tan sólo de poco más del
16%. A ello se oponen y por ello convocaron a manifestarse.
Se organizaron en la Unión de Estudiantes Autónomos y durante varios
días, siempre pidiendo el permiso de los profesores (máxima autoridad
en los salones de clase) recorrieron los salones de la UAA para enterar
a sus compañeros de todas las carreras acerca de la posibilidad del
recorte presupuestal. Acudieron con el rector. Rafael Urzúa Macías para
dar cuenta de que no estaba la Universidad sola ante el acoso. Que
ellos se deben a su alma mater, y por lo tanto iban a actuar. Que ellos
reconocen en su rector a una autoridad no sólo legitimada por ley, sino
sobre todo, por la claridad de su actuar al frente de la Institución y
el fortalecimiento que durante sus cinco años de gestión ha hecho
evidente en la UAA. Le hicieron saber que por todo ello iban a salir y
alzar la voz. Y lo cumplieron.
La cita fue el domingo pasado a las nueve de la mañana. Ya no fueron
sólo el grupo inicial. Su convocatoria fue fructífera y ya eran más.
Acompañados de algunos profesores y padres de familia, ahí estaban ya
todos los grupos de Ciencias Políticas. Y aún más. Ahí estaban las
batas blancas del Centro Biomédico. Ahí estaban los futuros ingenieros,
las trabajadoras sociales siempre valientes, ahí estaban estudiantes de
todas las disciplinas. Y cientos marcharon. Tomaron las calles y la
gente en sus autos y desde sus casas les aplaudía y animaba. Los
propios agentes de seguridad pública que acompañaron la marcha con toda
responsabilidad para cuidar la integridad física del contingente los
animaban. Cuando llegaron a la calle Victoria el nudo en la garganta
era inevitable por la emoción. Estaban cumpliendo con un rito de
iniciación. Habían marchado y pese a su juventud, pero gracias a su
madurez y responsabilidad, todo iba en completo orden. Al llegar a la
sede del poder legislativo un hecho fortuito demostró el inesperado
contraste. Un grupo de manifestantes, integrantes de ONG´s sin ningún
vínculo con los estudiantes, inconformes por otra razón, gritaban y
tensaban no sólo a los legisladores, sino a un contingente de militares
que hacían los honores a la bandera al interior del salón de sesiones.
Increíblemente, cuando el pelotón salió al vestíbulo, los cientos de
estudiantes le regresaron la tranquilidad porque los muchachos
entonaron con todo respeto nuestro Himno Nacional y saludaron a la
bandera.
No fue sorpresa para mí. Así son los estudiantes de nuestra
universidad pública. Además, el peso de la razón está de su parte. Sólo
piden respeto a la ley y que las actividades académicas mantengan el
vigor que hoy presenta. Así lo consignaron todos los medios de
información. Los estudiantes de la UAA son orgullo por su calidad
académica en muchos momentos. Hoy son un orgullo por construir
ciudadanía en nuestro estado.
Que nadie se equivoque. Los estudiantes no tienen detrás de ellos a
grupo político alguno. Ya quisieran a estos contingentes los partidos
para un día de fiesta. Ellos llevaron su equipo de sonido. Ellos
tuvieron como únicos recursos la razón y su palabra.
Hoy por hoy, su movimiento apenas empieza. Nunca me había sentido
más orgulloso de ser universitario que el domingo pasado. Gracias a mis
alumnos y a todos los estudiantes por su ejemplo. Nuestra Universidad
es mejor gracias a ellos. Estoy seguro que Aguascalientes está
asegurando su futuro porque ellos son los líderes de nuestro futuro
inmediato.
Ellos han hecho su parte. La decisión respecto al presupuesto está
ahora en manos del poder legislativo. Esperemos que sigan el ejemplo de
madurez y civismo de los jóvenes y reconozcan en la Universidad el
pasado, presente y futuro de nuestra sociedad.