Hace justo un año (es más, pecando de exactitud, pasado mañana se cumple), leíamos las crónicas del cuarto informe de gobierno del estado, rendido el día primero de diciembre. Por primera vez aparecían las mismas en La Jornada Aguascalientes, recién parida. Ahí dábamos cuenta que el gobernador declaró que se enterraba el tradicional rito y declaraba que no habría informe paralelo. Lo que no aclaró es que se instituía un nuevo rito para seguir disfrutando el día del gobernador.
Ahora los actores principales de la nueva puesta en escena no son
los legisladores, los invitados especiales de otros estados, los
presidentes municipales, las cúpulas empresariales o sindicales que
esperaban ansiosos el fin del informe para salir a buscar los
micrófonos y las cámaras para emitir su opinión acerca del informe. Ya
estaban prestos para derramar toda la miel posible sobre el realismo y
la visión de estado del gobernador. Formaditos todos para el besamanos.
Que los vea el “gober” que sí atendieron la invitación.
Y como diría Fernando Sánchez Dragó en alguno de sus apasionados
debates televisivos en tve, “no tienen ni la más repajonera idea de lo
que se estuvo hablando”.
La intención era que el ritual, que tenía patente Priísta,
desapareciera. No habría más mantas con leyendas que agradecían
cualquier cosa, por increíble que pareciera, al gobernante. No habría
discursos largos y somnolientos con cifras imposibles de verificar en
el momento, muchas de ellas falsas. No habría más interrupciones por
aplausos de sus acarreados cada que terminara una frase con la palabra
nación, bienestar, revolución, responsabilidad, futuro, liderazgo,
honestidad, justicia, transparencia, realidad, etc., etc., etc.
No, ya no hay acarreados que llenaban camiones y más camiones para
trasladarlos al sitio donde aparecería fugazmente el mandatario y les
dirigiera un saludo con el brazo en alto; ¿saludo de mano?…¡¡fuchi!!.
De cualquier manera la recompensa estaba garantizada con senda torta y
refresco y a regresarse como pudieran a sus comunidades o colonias.
No, esos no son los actores de la nueva forma de hacer presencia en
un informe. Ahora es la alta burocracia estatal que tienen sus minutos
de exhibición mística durante la celebración religiosa previa al
mensaje político en el congreso del estado. En las peticiones, las
ofrendas y la comunión desempeñan su papel asignado con anterioridad.
Es la legitimación del quehacer público, no con las leyes del hombre
sino con la verdad revelada. El principio histórico y precepto
constitucional del estado laico, se ha ido al carajo.
Otros nuevos actores de esa nueva forma de comunicación
gobierno-pueblo, son los hacedores de imagen, Goebbelianos por cierto,
que han encargado de hacer creer a los gobernantes que es más
importante construir una buena aceptación a base de spots que de
acciones. Hace días que estamos siendo bombardeados impúdica y
groseramente con spots televisivos y radiofónicos sobre las maravillas
de la gestión del gobernador. Rubricados todos ellos con el estribillo
de “cinco años contigo” nos dicen que Aguascalientes es el primer lugar
en todo lo imaginable; en educación, en seguridad, en creación de
empleos, en exportaciones, en salud, en ahorro de agua y que aparte,
acotados los mensajes electrónicos, será Aguascalientes el primero en
la república en salir de la crisis. En fin casi el paraíso.
Lo más curioso del caso es que exactamente el mismo discurso lo han
pronunciado en los estados vecinos y lejanos, no importando el partido
al que pertenezcan los gobernadores. La mercadotecnia tiene una visión
más global que el aldeanismo local.
En un correo recibido donde se citan frases atribuidas a Napoleón
Bonaparte, destacan dos: la primera de ellas reza “nada puede ir bien
en un sistema político en el que las palabras contradicen los hechos”.
Los hechos locales han estado en contradicción permanente con los
discursos. Se dice que ha terminado el día del gobernador y éste a su
vez habla de austeridad en el gasto público. No pudo sustraerse al baño
de pueblo cuando invita a festejar con los Cadetes de Linares y la
Sonora Dinamita, que seguramente no vinieron en plan altruista. Por
supuesto que se repartió el lonche a todos los asistentes (como estamos
en otra época, le llamo lonche y no torta, que es un término muy vulgar
y priista).
La otra frase de Napoleón dice: “la realidad tiene limites, la estupidez no”. Sin comentarios.
Ahora, hay que esperar la glosa del informe por parte del congreso
del estado que, de paso, nos tiene ya sin ningún interés lo que haga o
digan sus miembros, salvo dos o tres de ellos. Después de su actuación
en referencia a la ratificación del titular de la comisión estatal de
derechos humanos donde nuevamente desoyeron la voz de la sociedad.
Siguen construyendo tentáculos de poder, visto el futuro electoral del
año próximo. O de la cómoda ratificación de los magistrados electorales
o la designación planchada de dos consejeros electorales. Pobre, muy
pobre su quehacer. O la forma tan ortodoxa en que evitaron el juicio
político al presidente municipal.
Y todavía algunos de ellos quieren ser candidatos a presidente
municipal. Más todavía, otro lanza en espacios periodísticos mensajes
navideños anticipados como predicador frustrado, invitando,
hipócritamente, a una reconciliación. Mejor que no pida licencia. Como
legislador tampoco ha sido útil, pero no gastaría en campaña. Que le
pregunte a las organizaciones civiles si le dan su apoyo como
candidato.
El consuelo que queda a la población es el que sólo falta un año.
Estamos construyendo ciudadanía hace un año (mañana para volver a
ser exactos) diciendo las cosas de manera diferente. Mis impresiones
las compartiré en otra entrega, dado el espacio. Por lo pronto, LARGA
VIDA A LA JORNADA AGUSCALIENTES.
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