La publicación de La educación artística, un modelo alternativo para la enseñanza de José Ángel Mejía Fuentes fue considerado muy pertinente en un momento en que Aguascalientes se encuentra en proceso de crecimiento y consolidación de proyectos educativos de trascendencia como son la Universidad de las Artes, el Centro Cultural Universitario de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y sus propias iniciativas de apertura de licenciaturas relacionadas con el arte.
Para abrir el diálogo, presentar el texto y compartir sus impresiones acerca de la educación artística estuvieron Andrés Reyes Rodríguez, Alfonso Pérez Romo y Víctor Manuel González Esparza como moderador, además del propio autor del libro que compartió con los asistentes que en buena medida lo que lo llevó a hacer un libro de esta naturaleza es todo ese bagaje que ha podido reunir a través de 26 años de trabajo en el Instituto Cultural de Aguascalientes, que lo ha llevado a diferentes espacios.
El libro que por su presencia según comentó Andrés Reyes, a primera
vista pareciera un folleto de lectura fácil, pero conforme el lector se
adentra en sus páginas se da cuenta que es más bien complejo, profundo,
aborda dos temas muy vastos; lo educativo y lo artístico, está dividido
en tres partes, la primera de ellas enfocada a responder preguntas
sobre qué es la educación, la pedagogía, qué es la educación artística,
las diferentes disciplinas artísticas y la importancia de los talleres.
La segunda parte va dirigida a los docentes a manera de manual o al
menos de referencia del qué y del cómo debe manejarse la educación
artística, cuáles son sus riquezas, sus alcances y finalmente la
tercera parte el autor cuenta dos de sus experiencias de formación
artística como una forma también de aportar una guía.
Leer un libro como éste, pone en juego en la persona que lo aborda
un mundo de ideas propias de la realidad y en algunos casos del cómo y
quiénes son los involucrados en el proceso educativo y principalmente
del artístico que como comentó Mejía Fuentes, el arte es la expresión
de las inquietudes y necesidades humanas.
Reyes Rodríguez en su turno de presentación del libro comenzó
diciendo que es un texto que convoca a reflexionar sobre la educación
artística desde una perspectiva crítica, desafiante y provocativa pues
expone con una mirada muy minuciosa aspectos sobre la educación
artística que es también un territorio de pasiones humanas
insustituibles, además de la utilidad que tiene por sí misma tanto en
el desarrollo de la sensibilidad como de otras habilidades de los
aprendices.
El arte facilita aprendizajes de otros saberes, pero es también es
necesario, una clase política que convierta esta utopía en una
oportunidad de acceso a los ciudadanos. Para Reyes Rodríguez no es una
locura soñar con un sistema educativo donde la educación artística no
sea sólo para matar el tiempo o por obligación, sino más bien como un
bienestar para formar otro tipo de gente, el arte es gusto, diversión,
una mentira que nos acerca a la verdad.
Para Pérez Romo, la educación artística debiera ser parte no sólo de
un sistema especial ofrecido tanto de la Universidad y del mismo
Instituto de cultura sino dentro de la formación educativa desde el
sistema básico pues a través de este aprendizaje los niños pueden
desarrollar no sólo la parte del cerebro lógico sino también el otro
hemisferio que le brinda a los niños la capacidad para tener una
capacidad lectora y de comprensión matemática más amplia, además de
acercarlos al arte.
El libro resultó para Pérez Romo un análisis sustentado en diversos
textos de bibliografía externa, así como las mismas experiencias del
autor en medio del ámbito cultural, convirtiéndolo en un detonador para
los proyectos que están ahora en proceso.