El lenguaje y las imágenes que incluyen en periódicos dedicados a la cobertura de nota roja es ofensivo, violenta los derechos humanos y vuelve todavía más vulnerable a quienes se encuentran en una situación ya de por sí desagradable. De manera muy específica existe una tendencia muy marcada al descredito de las personas homosexuales y enfermos de VIH SIDA, comentó Julián Elizalde Peña, coordinador del Colectivo Sergay.
Esta situación fue evidenciada en días pasados en una nota publicada por La Jornada donde se citaba el caso específico de un medio en Aguascalientes, al que incluso por parte de un grupo de organizaciones locales se había emitido ya un carta el 20 de agosto del 2007 donde los activistas manifestaban directamente al medio de comunicación su preocupación porque fuera utilizado en las notas lenguaje ofensivo y denigrante ya que esto provoca deterioro en la identidad del afectado, así como en la comunidad en general.
Aunque el Colectivo Sergay trabaja de manera muy específica con
personas de la diversidad sexual, Elizalde Peña dijo que es notorio
como en la información publicada por estos medios se utiliza este
lenguaje para referirse a cualquier persona, sea hombre, mujer,
homosexual o transgénero.
Cuestionó el hecho de que las corporaciones policiacas les permitan
a los reporteros gráficos entran hasta los lugares donde se encuentran
las personas fallecidas o los detenidos, muchas de las veces en
condiciones desagradables, aún así son imágenes que se publican sin
ninguna consideración por la persona, ni su familia, ni la comunidad en
general a la que también se le causa un daño, aunque en este último
caso las personas que consumen este material son corresponsables.
Desafortunadamente aunque hay personas que sí se han visto afectadas
por este tipo de publicaciones no se han presentado denuncias en la
Consejo Nacional para Prevenir y Erradicar la Discriminación
(CONAPRED), organismo del que no hay representación en el estado, pero
a través de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) se
pueden presentar denuncias.
“México ha firmado acuerdos internacionales para combatir esta
situación desde los medios de comunicación y sin embargo ahí están los
tratados, sin embargo como la gente no los conoce y los mismos jueces y
ministeriales no los conocen no se hace nada al respecto”
Hay precedente de que en México se han impuesto ya sanciones a
medios que manejan este lenguaje, pero para eso es necesario que exista
un antecedente de una denuncia.
Existen diversas razones por las que las personas no ponen una
denuncia al verse afectados, muchas veces la familia prefiere que no
haya más escándalo aunque la situación ya sea de por sí pública, otra
de las razones es que los procedimientos se vuelven muy largos o la
CEDH no les da seguimiento y entonces las personas prefieren no verse
envueltas en procesos que nunca se ven concluidos.
Elizalde Peña dijo que no se pueden minimizar los efectos que causa
un medio de esta naturaleza porque en realidad fomenta actitudes
negativas en la población, de discriminación, desinformación, creencias
de desprecio, en aquella carta de réplica apuntaban incluso las
organizaciones que era necesario que la información este sustentada en
bases científicas y no en perjuicios e ideologías personales.
El colectivo tiene contacto con organizaciones en el extranjero, por
ejemplo en Londres donde está prohibida este tipo de literatura para la
ciudadanía sustentada en argumentos y estudios de especialistas en
diferentes áreas sociales que han determinado los daños que provoca a
las personas leer y ver este tipo de información e imágenes.