Seguramente usted se enteró de que la Secretaría de Desarrollo Económico del gobierno estatal festejó esta semana, de forma desmedida, la cifra sobre empleo que difundió el IMSS al cierre de septiembre. “Récord”, la denominaron.
Para que usted tenga idea, esa cifra “récord” es de 181,706 trabajadores asegurados ante el Seguro Social. Prácticamente el mismo nivel que en septiembre de 2006, hace tres años, cuando el IMSS registraba 181,668 empleos permanentes. Aunque ese dato se le olvidó a SEDEC: que llevamos tres años sin un solo nuevo empleo en Aguascalientes (o para ser más precisos, se han perdido la misma cantidad de los pocos que se han generado).
Teniendo en cuenta que cada año al menos 10 mil aguascalentenses
demandarían una fuente de trabajo, tan sólo de los últimos tres años,
el déficit, que esto sí es un récord de los últimos 30 años, es de 30
mil empleos.
Usted puede pensar que esta situación se debe “a la crisis que vino
de fuera”, o al entorno nacional. Para empezar, en esta columna ya
hemos explicado que la crisis que vive México no “viene de afuera”, y
que cerraremos este año con el peor desempeño económico en América
Latina y con uno de los cinco peores en el mundo. Pero de entre ese
panorama pesimista para el país, Aguascalientes está aún peor.
Ni siquiera a nivel nacional el desempeño ha sido tan caótico. Hace
tres años (también en septiembre de 2006), México registraba a 12
millones 182 mil 508 trabajadores en el IMSS. Al cierre de septiembre
de 2009, esta cifra era de 12 millones 303 mil 132 empleos permanentes.
Lo de nuestro país no es para nada presumible, pero cuando menos sí hay
hoy un 1% más de empleos que tres años atrás (Aunque se hubieran
necesitado, cuando menos, 20 veces más).
En el caso del Distrito Federal, que comúnmente se analiza con
pesimismo por las televisoras, de acuerdo a las cifras oficiales, cerró
septiembre del 2009 con 2 millones 206,744 asegurados permanentes en el
IMSS, mientras hace tres años registraba 2 millones 173,559. En tres
años, un nada impresionante crecimiento del 1.5% que, pese a todo, es
superior al de la media nacional.
Pero, siguiendo con el análisis, si la crisis del empleo en
Aguascalientes no es global ni nacional, la única posible explicación,
para encontrar culpables, sería que fuera un tema regional.
Por ello, debemos voltear a nuestros vecinos. En el caso de
Zacatecas, dicha entidad cerró septiembre del 2009 con 107,569 empleos
registrados en el IMSS, un 11.8% más que hace tres años, cuando se
registraban 96,229.
También tenemos el ejemplo de San Luis Potosí que tenía 237,336
empleos permanentes en septiembre del 2006. Para el mismo mes del 2009,
la cifra era de 240,672. Eso quiere decir que San Luis ha tenido un
crecimiento en el empleo de 1.4% en tres años, cifra cercana a la del
DF y a la media nacional.
Incluso Jalisco, que en el último año ha perdido más de 21 mil
empleos, cerró septiembre con 1 millón 079,520 asegurados permanentes
en el IMSS, más que hace tres años, cuando registraba 1 millón 038,086.
Otro de nuestros vecinos, Guanajuato, tenía 512,927 empleos
permanentes hace tres años y ahora cuenta con 528,253. Un crecimiento
de 3% desde el 2006.
Finalmente, cabe aclarar que resultaría miope responsabilizar a los
gobiernos estatales de la situación del empleo, y más aún a las
dependencias encargadas de desarrollo económico en las entidades antes
mencionadas. Simplemente, se trata de dimensionar lo que nuestras
autoridades festejan, y a lo que les gusta llamar “récord”, al tiempo
que Aguascalientes vive la etapa de menor desarrollo que recuerde su
historia contemporánea.
Lo que vivimos, se asemeja a tener un ebrio conductor que pisa con
todas sus fuerzas el freno de un automóvil deportivo, alucinado porque
cree que está acelerando, e incapaz de voltear a sus lados para darse
cuenta de que el resto de los coches lo rebasan.