Datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) señalan que el 9 por ciento del total de la población usuaria, estimada en más de 520 mil personas, es mayor de 65 años y se proyecta que en 15 años se incremente a un 17.8 por ciento por el envejecimiento natural de la población, la reducción del índice de natalidad, aumento de la esperanza de vida y la migración.
Actualmente la población de adulos mayores representa alrededor de un 40 por ciento en los gastos de salud en México, ya que este sector de la población es más vulnerable a enfermedades de carácter infeccioso –gastrointestinales, respiratorias y urinarias-, así como enfermedades crónico degenerativas y demenciales, como lo señaló Carmen Imelda Orozco González, especialista en geriatría del IMSS.
Las enfermedades crónico degenerativas son las que prevalecen de
manera importante en los ancianos, destacando que durante los 30 años
previos, el estilo de vida influye de manera positiva o negativa para
desarrollar diabetes mellitus, presión elevada o hipertensión, infarto
al miocardio, enfermedad cerebral vascular y las enfermedades
pulmonares crónicas.
De acuerdo a datos generado en el 2006 por la Encuesta Nacional de
Salud y Nutrición (Ensanut), “la prevalencia de diabetes mellitus por
diagnóstico médico previo en adultos mayores de 20 años en México se ha
incrementado de 4.6 por ciento en 1993, a 5.8 por ciento en 2000; a 7
por ciento en 2006”. En cuanto a la de hipertensión arterial señala
que de 10.1 por ciento registrado en 1993, en 2000 se alcanzo el 12.5
por ciento y 15.4 por ciento en 2006. “El impacto que estas
enfermedades tienen, no sólo en la mortalidad sino en la morbilidad y
calidad de vida, representa una enorme carga tanto para el individuo y
su familia como para el sistema de salud y la sociedad en general”,
expresa el reporte.
En este sentido Orozco González apuntó que, debido a que México está
retrasado en “la transición epidemiológica”, tiene que enfrentar la
doble carga económica en materia de salud, generada por las
enfermedades crónico degenerativas y la no erradicación de enfermedades
infectocontagiosas, sobre todo en lugares donde existe pobreza y
marginación “existen lugares en el país que no tienen el acceso rápido
a la calidad de medicina adecuada”.
La especialista precisó que el tratamiento de los padecimientos del
adulto mayor son difíciles de manejar, ya que los cuadros clínicos son
diferentes a personas jóvenes, además de que las causas de las
enfermedades en los pacientes ancianos son multifactoriales pues tienen
que ver la condición física, psicológica, menta y social de enfermo.
“El papel del geriatra es organizar el manejo del paciente anciano,
en coordinación con las otras especialidades, tratando de privilegiar
la calidad de vida en todos los aspectos de forma integral, no puedes
ver nada más un pedacito”.
A pesar de que la población adulta crece constantemente, no es así
el número de especialistas en geriatría; Orozco González comentó que
son pocos los médicos que se interesan por esta rama de medicina, lo
que en su opinión se debe, quizá, a la falta de importancia que se le
ha dado al asunto de la inversión de la pirámide poblacional. Apuntó
que en Aguascalientes apenas existen cinco geriatras en todo el estado
y en el país poco más de 400.
En este contexto en el que la población de ancianos se multiplicará,
la especialista refirió como fundamental comenzar los cuidados de la
salud previo a envejecer mediante acciones tan sencillas como comer
balanceadamente, hacer ejercicio de manera regular, eliminar o
disminuir el tabaco y el alcohol además de permanecer mentalmente
activos y priorizar el contacto social.
Destacó que este aspecto es de importancia para conservar en medida
de lo posible la autonomía, además alejarse de la depresión, otra
enfermedad muy común en los ancianos, pero desconocida como tal, ya que
se considera que el estado de aislamiento o tristeza en el anciano es
normal por la edad.
“Muchos tienen depresión e incluso pueden tener enfermedades
demenciales, como el Alzheimer; por ignorancia se considera que el
paciente al que se le olvidan las cosas está bien porque está viejito o
está triste, porque es normal la tristeza”.
Enfatizó que en estos casos no basta con decir a los ancianos
“échale ganas, tú puedes”, sino que es necesario tratar estos
padecimientos de manera integral, con la ayuda de medicamentos
prescritos por un especialista. Indicó que la importancia de atender
estas enfermedades radica en evitar el deterioro de las capacidades
cognitivas, que pueden traducirse en mayor dependencia y un desgaste en
la dinámica familiar incluso el colapso del cuidador.
Orozco González manifestó que ante el envejecimiento hay que tomar
también medidas preventivas en infraestructura del hogar o accesorios
que eviten accidentes como las caídas, -piso antiderrapante,
barandales, bastones, andaderas-, ya que estos eventos son muy comunes
y representan un grave problema para los adultos mayores, pueden
derivar en una cirugía de cadera que a pesar ser practicada
correctamente, se tienen el 50 por ciento de posibilidades de presentar
consecuencias fatales o disminución de la calidad de vida, además de
ser un procedimiento costo si no se cuenta con seguridad social.
Agregó que se debe también atender los déficits sensoriales, “las
personas que no escuchan bien ponerse su auxiliar auditivo, las
personas que no ven bien someterse a una cirugía de cataratas si es el
caso, o utilizar lentes, tratar de evitar los accidentes en el hogar,
utilizar bastón o andadera de forma adecuada, tener alarma en la casa
de ser necesario”.
Apuntó que aplicando estas medidas, además de mantener contacto
social, son factores importantes para que de acuerdo con las
posibilidades del anciano, realice el mayor numero de actividades de la
vida cotidiana por sí mismo “es muy importante, no hacerlos
dependientes, hacerlos adultos chiquitos”.