¡…Otra vez la izquierda! - LJA Aguascalientes
23/11/2024

Y  tuvieron razón los frenteamplistas uruguayos el pasado domingo al gritar una y otra vez bajo el cielo azul de sus pueblos que ya son mayoría. Y sacaron sus banderas a la calle para festejar el triunfo de sus candidatos e hicieron entre todas ellas una inmensa bandera, la más grande, la más significativa, la que contiene trozos de muchas banderas que simbolizaron muchas luchas. Como la larga historia del Frente donde todos y todas pusieron su parte: viejas banderas del 71, banderas que resistieron la dictadura bien guardadas, banderas con poco color y mucha memoria, banderas de cuando empezaron a cambiar el país con la primera victoria, banderas que llegaron de todos los rincones para gritarle al mundo que el triunfo en primera ronda del exguerrillero tupamaro José Mujica  y del exsecretario de economía Danilo Astori como aspirantes a la presidencia y vicepresidencia respectivamente, será refrendado el próximo 29 de noviembre y dará continuidad al primer gobierno socialista en la historia de Uruguay que con Tabaré Vázquez desbancó el bipartidismo de los blancos y los colorados que controlaron ese país desde 1828. En dicho proceso electoral se incluyeron dos plebiscitos: uno para anular la «Ley de Caducidad» que obstaculiza el enjuiciamiento de los casos de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura militar (1973-1985) y otro para permitir a los emigrados y nacionales que viven en el exterior ejercer el sufragio por correspondencia a partir de los comicios de 2014. Lamentablemente los votos no alcanzaron para derogar la Ley de Caducidad de 1986, que otorgó impunidad a los militares de la dictadura uruguaya, al obtener el 47% de los sufragios, porcentaje insuficiente para aprobar la nulidad del instrumento jurídico. Tampoco pasó la reforma constitucional para la implementación del voto epistolar, que hubiera permitido a los ciudadanos de esa nación ejercer su derecho a participar en elecciones, plebiscitos o referéndum, desde cualquier país. Ambas propuestas exigían el 50% más uno de los votos para su aprobación. No obstante, con el triunfo de José Alberto Mujica Giordano postulado por el Frente Amplio (coalición de izquierdas uruguayas) se consolida el segundo gobierno progresista de esa república oriental  que según la ONU cuenta con el nivel de alfabetización más alto y posee de acuerdo a Transparencia Internacional el menor índice de percepción de la corrupción de América Latina. Uruguay comenzó a ser conocido internacionalmente como «la Suiza de América». Fue la segunda nación del mundo en establecer por ley un sistema educativo gratuito, obligatorio y laico (1877) y una de las primeras en establecer por ley el derecho al divorcio (1917) y  después de Ecuador (1924) elevó a rango constitucional el sufragio femenino (1927). 

 

José «Pepe» Mujica: ex ministro y senador, tiene 74 años y pasó doce encarcelado por su participación en la lucha armada en los años 60 con el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, mote despreciativo que en la época colonial en el Río de la Plata endilgaban a los partidarios de la independencia y cuyo origen tiene que ver con la sublevación indígena que había ocurrido en el Virreinato del Perú en 1780, encabezada por el jefe indio José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II reprimida con inusitada dureza por los españoles.  

Al retornar la democracia en Uruguay, Mujica fue liberado junto a otros presos políticos y años después creó el Movimiento de Participación Popular (MPP), que congregó a ex “tupamaros” y a militantes de otras agrupaciones de izquierda. En 1995 Mujica asumió como diputado y en las dos legislaturas siguientes fue elegido senador. En marzo de 2005 fue designado ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, cargo que desempeñó por tres años, para luego volver a ocupar su banca en el Senado y  de ahí apostarle a ganar la presidencia de Uruguay  con las  “armas de la  política”  Su triunfo en primera vuelta no se reduce a ganar por ganar o de ganar para que no gane la Derecha. Se trata de asegurar el curso y la profundización de las reformas implementadas por el gobierno de Tabaré Vázquez, con nuevos objetivos y desafíos para el Uruguay del futuro, para la construcción progresiva de un Uruguay integrado, más próspero y consolidar el proyecto de Izquierda que América Latina necesita. Eso es lo que está en juego, dos proyectos: uno el de izquierda, solidario, igualitario y equitativo; el otro el de Derecha, individualista y conservador. Poco a poco la izquierda está conquistando el presente. 


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