Se comienza a observar una fisura. Lo que se veía venir hace algunas semanas sin tenerse la certeza de por qué, empieza a aclararse. El globo de prueba que les mandó Arturo González a Luis Armando Reynoso y Martín Orozco, advirtiendo que si no se ponían de acuerdo podría entrar un tercero en discordia (Carlos García Villanueva) para la gubernatura, cuando se sabía alto y claro que González con todas sus canicas (que no son pocas, es más, que son mayoría en el CDE del PAN) “jugaría” con Reynoso para elegir candidato a la gubernatura, fue más bien una advertencia para el titular del Ejecutivo.
Resulta que la gente de González que estaba colocada en el gobierno estatal (que esa fue parte del pacto o condición para que el líder panista apoyara a Reynoso) está siendo despedida del gobierno del estado sin saberse qué razones tuvo Reynoso para tomar la decisión.
Los dos burócratas que fueron despedidos y que calaron hondo en los ánimos tanto de González como del coordinador de la bancada del PAN en el Congreso, Jesús Martínez, son César Pérez Uribe, ex diputado local, que era director del Parque Rodolfo Landeros y Francisco Ortiz, también ex diputado local. Además de que se han sumado varios burócratas identificados con González a las largas filas del desempleo bajo el argumento del “apretón de cinturón” del gobierno estatal.
Esa pudo ser una de las razones por las que Martínez y González decidieron no apoyar al “gallo” de Reynoso, Gerardo Díaz de León, para ser consejero del Instituto Estatal Electoral, decidiéndose, como ya se sabe, que fuera una posición para Jaime Gallo, del grupo de Felipe González y/o Martín Orozco y la otra para el grupo de González y Martínez.
Otra vez, los panistas no respetan su propia palabra y a menos de seis meses de elegirse candidatos empiezan a darse las traiciones poniendo la elección interna en el aire.
Sigue siendo lastimoso cómo las camarillas que controlan a los partidos en el estado y en general en el país, golpean con cada decisión a la democracia nacional, tan enclenque, tan flaquita y desnutrida y con una seria tendencia a extinguirse.
Y hablando de elecciones y de Jesús Martínez y de instituciones ciudadanizadas enclenques y de decisiones cupulares, extrañó a algunos diputados y a otros candidatos a la Comisión Estatal de Derechos Humanos la postura que tomó el diputado al referirse al ex gobernador Miguel Ángel Barberena Vega y a su cachorro, Martín, en su colaboración semanal en este diario.
La lectura a los calificativos de Martínez es una: que los panistas piensan que Barberena sí tiene o estaría en vías de tener votos suficientes como para pelearle a Omar Williams la posición de Ombudsman local, sí, con todo y sus ocho millones de pesos de presupuesto y con todo y sus plazas para colocar burócratas dentro de la Comisión, que al final es el cálculo aritmético que se sobrepone a otros cálculos, como trayectoria, currículum, calidad moral, conocimiento del tema…
Aquí, Barberena podría ponerse en la posición ideal para cualquier grillo nacional: la de la víctima. Incluso, podría pelear para que Martínez se abstenga de votar en el seno de la comisión de derechos humanos del Congreso, alegando con el texto en la mano, que Martínez tiene algo personal contra él, lo que le impide ser imparcial al momento de tomar una decisión. Es decir, podría pedir, legalmente, que Martínez se abstenga de participar en la selección de ombudsman.
Las paradojas. Siguiendo con la sucesión en la CEDH, de la que el nuevo titular o el reelecto tendrá que estar tomando posesión el 1 de enero de 2010.
Poca gente de Aguascalientes se acuerda que la candidata de la mayoría de las ONG’s, Marcela Martínez Roaro y el candidato del palacio mayor, Enrique Pimentel, fueron miembros del PRD, y que, si la memoria no nos traiciona, ambos fueron candidatos a algo por ese partido en la década pasada.
Pero no sólo fueron miembros del PRD, sino que también fueron miembros de la comisión de garantías y vigilancia de dicho partido en Aguascalientes. Ambos “aspirinos” tienen bajo su conciencia la nada honrosa carga de haber apoyado para inhabilitar de sus derechos como perredista a Fernando Alférez Barbosa. La razón: unas declaraciones que hizo Alférez a dos diarios locales en contra del grupo antagónico al que representa: “los chuchos”. O sea, Martínez Roaro y Pimentel, que pretenden defender los derechos humanos, ayudaron a inhabilitar a un perredista por ejercer su derecho a la libertad de expresión. Paradojas.
Independientemente de los pleitos entre camarillas. Ayer nos llegó a esta redacción una carta en la que se lee que Esteban Moctezuma, presidente de ejecutivo de Fundación Azteca (de Televisión Azteca) le avisó al alcalde de Aguascalientes, Gabriel Arellano que ganó el “Jumil de oro”, pero dejemos que el propio Moctezuma explique de qué se trata:
“Estimado Sr. Gabriel Arellano Espinosa, Presidente Municipal de Aguascalientes,
Le envío un cordial saludo.
Como sabe, el pasado 31 de mayo, Fundación Azteca de Grupo Salinas,
hizo un llamado a toda la sociedad, para llevar al cabo la
convocatoria “Limpiemos Nuestro México”, una campaña de acciones
concretas, para sensibilizar sobre el problema de la basura y sus
soluciones.
Como parte de nuestros esfuerzos, realizamos tres concursos:
“Recicla 2009”, “Ciudades más limpias de México”, en la cual su
municipio participó y “Líderes Ambientales de la Comunidad”.
Me da mucho gusto compartirle que Aguascalientes, Ags,
ha sido seleccionada Ganadora del Jumil de Oro por su esfuerzo y
compromiso por ser una de las “Ciudades más Limpias de México”.
Por tal motivo, espero contar con su presencia, el próximo lunes 26
de octubre, a las 10:30am, en el Hotel Royal, ubicado en Periférico
Sur # 4363, Col. Jardines de la Montaña, Del. Tlalpan, México, DF ,
08400, para celebrar juntos en un evento especial y para que reciba
un reconocimiento personal del Sr. Ricardo B. Salinas Pliego,
Presidente de Grupo Salinas
Felicidades.
Agradezco su valiosa participación.
Esteban Moctezuma, Presidente Ejecutivo de Fundación Azteca”.
P.D. No en vano los regidores decidieron darle su respaldo a Roberto Tavares, quien al final de cuentas es quien trabaja en la Secretaría de Servicios Públicos municipales, quien buscó el premio, y que a pesar de las fobias que despierta por su relación casi de hermanos con Lorena Martínez, demuestra que se puede anteponer el trabajo a las aspiraciones personales, independientemente de la poca relevancia que tenga la presea.