Quienes han platicado con él recientemente han sido testigos de una seguridad pasmosa en que será el candidato del PRI a la gubernatura. Y aunque el escenario local siga siendo el mismo que en los últimos meses, ahora se le ve mucho más confiado en que logrará su objetivo.
P.D. Las intenciones de tener una cúpula empresarial a modo parecen haberse agotado este fin de semana. Al menos, por lo que resta del actual sexenio.
Carlos Lozano de la Torre está que no cree en nadie. La demostración de “músculo” que dio la semana pasada, al aparecer en los principales noticieros de Televisa y TV Azteca, recibiendo un premio irrelevante de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), es sólo una “probadita” del respaldo que el senador PRIcolor está por recibir.
Lo más importante del respaldo televisivo, comentan sus allegados, es que es la “confirmación” de que Enrique Peña Nieto no lo va a “vetar” en la carrera por el 2010.
¿Cuál es el grupo que está logrando esos respaldos para Lozano? Una nueva corriente de gobernadores y exgobernadores del PRI, ligada y encabezada por hombres de dinero, y con injerencia en: Tamaulipas, Nuevo León, Zacatecas, Coahuila, Veracruz, Querétaro y Aguascalientes. Eugenio Hernández, Enrique Martínez y Martínez, Humberto Moreira, José Aguirre Campos, Rodrigo Medina, Natividad González Parás, José Calzada Rovirosa y hasta Luis Armando Reynoso forman parte de ella.
Pero el estratega principal de Lozano, su “back-up”, el gran padrino, no es otro que Manlio Fabio Beltrones, líder del PRI en el senado, y conocido como el “vice-presidente de México” por el poder de negociación que ha manttenido en el calderonismo. Manlio sólo le responde a alguien, en términos jerárquicos, y ese alguien también se llama Carlos, pero a diferencia de Lozano, es orejón, calvo y despachó en Los Pinos.
La apuesta del “Lozanismo” es muy sencilla: el próximo año se renovarán 10 gubernaturas. 7 de ellas, actualmente en manos del PRI: Chihuahua, Durango, Veracruz, Sinaloa, Oaxaca, Puebla y Tamaulipas. En todas ellas, los gobernadores tienen un peso específico importante, y han apuntalado bien a sus respectivos “gallos” para sucederlos. En todo caso, el CEN del PRI implementará una “operación” parecida a la de este año en Nuevo León, en la que se repartirán candidaturas a diputaciones y alcaldías para los grupos marginados.
Pero hay 3 elecciones a gobernador en las que el PRI no gobierna: Zacatecas, Aguascalientes y Tlaxcala (con grandes posibilidades de competencia en las dos últimas). En ellas, no será el gobernador en turno quien decida, sino los grupos internos. Por el tamaño de los estados, se descarta que Enrique Peña Nieto pudiera “forzar” las cosas a favor de algún candidato afín, pues, dicen, preferiría mantener un control generalizado de los grupos. Por ello, los grandes actores en el respaldo del pastel se llaman Beatriz Paredes y Manlio Fabio Beltrones.
En ese sentido, el ofrecimiento que Beltrones le tiene preparado a Beatriz, dicen los “lozanistas”, no lo podrá resistir: Tlaxcala, completo, incluyendo alcaldías y mayoría en el congreso, sería para el grupo de Paredes. En Aguascalientes, Beatriz se quedaría con la alcaldía de la capital, que es casi una “vice-gubernatura”, y sería para Lorena Martínez. Y en Zacatecas, podrían repartirse de forma equitativa, aunque el mismo grupo que respalda a Lozano para Aguascalientes, trabaja por el empresario José Aguirre en el vecino estado.
Así, Beatriz, sin despeinarse, se quedaría con la mayor parte del pastel en juego, a juicio de los “lozanistas”.
No obstante, dos preguntas quedan pendientes en este tema. ¿Por qué siguen sin tomar en cuenta la postura del principal activo que hoy por hoy, para bien o para mal, tiene el PRI en el estado (Gabriel Arellano)?
Y la otra: si Lozano trae la venia de Peña Nieto y Manlio Fabio (es decir, de Carlos Salinas), ¿Por qué un “salinista” como Otto Granados le tupe al senador cada que puede? Por lo pronto, de lo que no queda duda, es que Lozano trae canicas, y de las grandes, para jugarla.
Pero no sólo la gubernatura genera expectativas. Las encuestas siguen floreciendo, y en este caso, llegan a La Purísima datos de la última que levantó el PRI para medir las preferencias por la alcaldía capitalina.
En ella hay varias sorpresas; la primera de ellas es que el mejor posicionado hasta el momento es el actual secretario del ayuntamiento, Adrian Ventura Dávila, aunque con un porcentaje bajo porque según nos cuentan fueron varios los aparecidos en las preferencias, pero la más alta fue de apenas un 9 por ciento.
Luego del secretario del ayuntamiento, quien por cierto ni ha levantado el dedo hasta el momento, está el ya destapado por algún escaño, el diputado local, Fernando Palomino, acompañándolo su homologo, Israel Tagosam Salazar Himamura, quienes tendrían una preferencia cercana al 6% en lo que a intención de voto se refiere.
En el último lugar, cuentan que a pesar de las despensas y la cercanía que tiene con el presidente municipal, Gabriel Arellano, el secretario de desarrollo social, Juan Manuel Gómez Morales, quien tiene mucho trabajo por hacer si le interesa el puesto, a pesar de ser uno de los favoritos de GAE. Juan Manuel estaría en el 4% de la intención de voto.
