Hace 40 años, el 29 de octubre de 1969, Leonard Kleinrock junto al estudiante de programación, Charley Kline, envió el primer mensaje de una computadora a otra. Eran las 10:30 de la mañana cuando el servidor SDS Sigma 7 de la UCLA logró conectarse con el servidor SRI SDS 940, en el centro de investigaciones de la Universidad de Stanford, del otro lado de la pantalla Douglas Engelbart (inventor del mouse y desarrollador del hipertexto) recibió las letras “l” y “o”, después se cayó el sistema. Una hora después, apareció en la pantalla “login”, la primera la palabra que intercambió un equipo con otro, ARPANET estaba funcionando. A partir de ese momento, el desarrollo de internet ha sido acelerado.
A inicios de la década de los 70, Ray Tomlinson envió el primer correo electrónico, de hecho, fue de él la idea de emplear el símbolo @ para separar el nombre del usuario del servidor desde el que se enviaba el mensaje. En 1989 se crea la World Wide Web, comenzamos a trabajar con hipertextos, en los 90 surgen los navegadores, la aparición de uno desplaza a otro en el gusto del cibernauta, primero Mosaic, luego Netscape, Explorer, Firefox, Chrome… En el 97 se establece el primer protocolo de conexión inalámbrica; un año después aparece Google y desbanca a buscadores como Altavista. Los programas, servicios, aplicaciones que surgen del 2000 a la fecha, hacen de internet lo que hoy conocemos: el paso de la Web 1.0 donde todo era estático, a la movilidad, interconexión y velocidad de intercambio de la Web 2.0, hoy es difícil pensar en internet sin las redes sociales, los blogs, los wikis; al realizar este recuento, no deja de sorprender que algunas de las herramientas todavía no cuenten con cinco años, por ejemplo, YouTube fue creado apenas en el 2005, Facebook en el 2004.
El rumbo de internet es prácticamente impredecible, la respuesta del profesor Kleinrock a la pregunta ¿qué es lo que más le ha sorprendido del desarrollo de internet?, es reveladora: “No había previsto el lado comunitario de internet y su impacto en cada aspecto de nuestra sociedad. Más específicamente, mi visión original era que la red tendría un propósito de interacción computador a computador, además de una interacción entre persona y computador, pero resulta que el uso dominante es la interacción de persona a persona. Este uso dominante se manifestó primero en el rápido y extensivo crecimiento del tráfico de e-mail tan pronto como estuvo disponible en 1972, y desde entonces ha sido seguido por una larga secuencia de aplicaciones sorprendentes y explosivas, como YouTube, Facebook y Twitter”
Lo evidente: internet no sólo es necesaria, en la construcción de ciudadanía, es indispensable, irremplazable. Un ejemplo clarísimo es la campaña #internetnecesario a través de Twitter (servicio que permite enviar mensajes de hasta 140 caracteres y que son remitidos en forma inmediata a quienes así lo han solicitado), este servicio de microblogging cumple en octubre apenas tres años y hoy está en el centro de la discusión por la aprobación del paquete fiscal, en la página http://www.internetnecesario.org/ aparece la siguiente declaración: “El objetivo principal es que cualquier usuario de internet pueda seguir la discusión pública que se está dando en redes sociales entorno al impuesto especial del 3% a los servicios ofrecidos por las redes de telecomunicación en México. La plataforma cuenta con otras dos funciones que permiten que las expresiones sobre el tema no sólo sean gritos al aire sino que se traduzcan en presión a los integrantes del Congreso de la Unión. La primera es que todos los días a las 12 de la noche, se enviarán a todos los correos de las y los senadores y diputados un archivo con todos los tuits que digan #internetnecesario. La segunda herramienta es una petición que, hemos retomado de otras páginas de Internet, que puede ser firmada por quienes coincidan con los argumentos de rechazo al impuesto de 3% a telecomunicaciones. Esta petición y las firmas también serán enviadas a los correos electrónicos de los integrantes del Congreso de la Unión”.
Al mencionar que #internetnecesario ha sido uno de los movimientos más interesantes y que está en el centro de la discusión, me refiero al aspecto de ciudadanía y participación, es la puesta en marcha de una conciencia colectiva que emplea la tecnología para ejercer su responsabilidad y exigir sus derechos. Para cuando estas líneas sean publicadas, ya debió ser aprobado por los legisladores el paquete fiscal, es casi seguro que el impuesto de 3 por ciento a telecomunicaciones no pasará.
Por supuesto que el rechazo a ese impuesto puede considerarse una victoria de #internetnecesario, sin embargo, será necesario sopesar los alcances de este triunfo, en México, de acuerdo a datos de la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), únicamente “existen 22.7 millones de internautas en las zonas urbanas (mayores de seis años), 4.9 millones en las zonas rurales y 11.3 millones de computadoras con acceso a Internet”, es decir, sigue siendo un porcentaje mínimo quienes contamos con esta herramienta; además se lidia con la ignorante ruindad de los legisladores que no acaban de entender cómo afectan la productividad de las empresas, de la educación, de la libertad de expresión, pues sólo se preocupan por los costos políticos de sus actos.
En la celebración de los 40 años de internet, en México algunos cibernautas han logrado escapar al cliché que los caracteriza como gozosos solitarios que pasan su tiempo frente a una pantalla jugando, muestran que tecnología y ejercicio ciudadano van de la mano, que es posible educar a los legisladores. Crece la esperanza en la desaparición de la mezquindad como guía en esos legisladores que, como ha señalado La Purísima Grilla, duermen tranquilos cobijados en su ignorancia.
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