¡Vamos a ganar! (VI) - LJA Aguascalientes
22/11/2024

Terminó el controvertido sexenio de Carlos Salinas de Gortari, el evento de Lomas Taurinas, con la muerte del candidato Luis Donaldo Colosio, modificó la ruta previamente marcada para la trascendencia sexenal.

Antes de esta situación, inédita en la historia posterior a la revolución, la denominada clase política priista  de Aguascalientes buscaba el nexo de Otto y Oscar López Velarde para avanzar en el futuro, pues el senador López gozaba de la simpatía y confianza del malogrado candidato gracias al cual fue postulado senador en fórmula con Fernando Palomino, empujado a su vez por el gobernador.

En el ejercicio de los equilibrios Héctor Hugo Olivares iría en la lista de plurinominales para San Lázaro desde donde contestaría brillantemente uno de los informes de  Zedillo.

Como recordaremos después del magnicidio, Salinas buscaba la modificación de la constitución a efecto de habilitar a Pedro Aspe como sustituto de  Colosio, Fernando Ortiz Arana buscó su oportunidad como líder del Congreso, Echeverría empujaba a un hombre de la “Revolución” y el grupo Atlacomulco arropó a Zedillo (el desdeñado en primera opción).

 Como mandatario, Granados trató de marcar su estilo a la forma Salinas… primero exhibió a quienes en su proceso sucesorio la jugaron con el “Gato” Olivares, a un alcalde de Rincón lo mostró como corrupto, al de Cosío lo obligó a renunciar y al de San José lo sometió a proceso con pena privativa de la libertad, el “Gato” Ortiz se tuvo que ir a México al SNTE.

Previo a la designación de 1992 en la entidad, Salinas visitó Aguascalientes acompañado de su vocero, los periodistas  agraviados por el trabajo de comunicación social y su titular hicieron causa con Olivares elaborando columnas sumamente agresivas  contra el ex secretario particular de Reyes Heroles. La puja por la sucesión de Barberena que finalmente Otto consiguió, dejó fuertes resentimientos pues jamás  han olvidado las estatuas de sal, las más de cien mil firmas que apoyaban a uno y descobijaban al otro.

El ajuste de cuentas para que Granados pudiese gobernar no contemplaba el rumbo tan inesperado que tomó el país en 1994. El destierro con cartas credenciales de embajador al Vaticano del Profesor Enrique sólo era un compás de espera pues pronto los mismos actores se verían las caras. Las grandes marchas del SNTE, el paro generalizado del transporte público,  así como las leves indisciplinas de viejos líderes le fueron endosadas al “Gato” Olivares.

El grupo Atlacomulco  influyó a lo largo del periodo de  Ernesto Zedillo, el profesor Olivares supo acomodar sus oficios una vez regresando de la misión diplomática para precisamente en la coyuntura empezar a bordar la posibilidad de H2O.

En el congreso local 1995-1998 los diputados tricolores cerraron filas con Otto, apostaban por Gómez o Palomino.


Al fin la rueda de la fortuna manipulada por el presidente apuntó para Olivares quien tan pronto fue informado preparó su retorno “triunfal”, solicitando una entrevista con el primer priista de la entidad, a quien invitó a bolearse los zapatos y pasear por la exedra para que las oportunas fotos dieran cuenta de ello a través de todos los medios.

En el PAN la inercia fortalecía el espíritu de combate, Felipe Calderón acudió al estado para personalmente tomar el pulso, se entrevistó con quienes dirigíamos la institución, pidiéndonos referencias de Felipe González y de Rafael Medina así como exploraba la posibilidad de empujar al alcalde a quién desde entonces perseguía el asunto de ser no nacido en Aguascalientes pero sí avecindado desde 30 años antes.

Felipe se entrevistó, encuesta en mano, con Benjamín a quien le pidió prudencia, Felipe González le mostró su grupo “Macabeos” y Don Rafa dijo que él apoyaba a quien eligiera el partido.

“Quema tus naves” pidió el presidente del PAN a Felipe González en relación a su “Grupo”, ¿por qué  no la juegas mejor tú, Mosco?  -le preguntó Calderón a Alfredo-, ¿cómo la ven ustedes? -nos cuestionó a quienes estábamos presentes-. Reyes Velázquez manifestó que no estaba en condiciones de jugarla y nosotros lo respaldamos sugiriendo hablar con Felipe y Benjamín a efecto de tener una elección  que no confrontara a la militancia.

La presión en Acción Nacional era más pasión por la alcaldía donde participamos siete precandidatos, en la ronda final llegamos Luis Armando Reynoso y yo. El resultado favoreció a Luis por cuatro votos en una asamblea que duró 14 horas. Al día siguiente nos reunimos todos a desayunar para evitar divisiones y que la elección del próximo domingo no tuviera complicaciones.

 En el  PRI,  según cuentan ellos mismos,  Héctor Hugo pidió la inmediata remoción del presidente del partido para proponer, en consenso con Granados, a Miguel Romo Medina, le pidió Olivares sanear financieramente la institución, así como conseguir vía donativos o como fuera recursos para la campaña. Granados le pidió la candidatura  a la alcaldía y algunas diputaciones. Otto cumplió con lo de los apoyos y la presidencia, Olivares sugirió elección abierta para las alcaldías… En el caso de Aguascalientes, Olivares ya había pactado con Granados la posibilidad de que su secretario de Desarrollo, Armando Romero fuera su fórmula una vez pasado el ejercicio interno en el que además participaron Roberto Díaz, “La voz de la nueva Aguascalientes” Alfredo González, Roberto Díaz  y los que hoy andan con Lorena Martínez, convencieron a Jesús Álvarez.  Para el caso de las diputaciones irían en consenso dejando a los de la nueva generación en franca desventaja. En el PAN los candidatos se escogieron en elecciones internas.

Al fin Granados dejó la casa limpia, entregó lo requerido, “garganta profunda” informaba a él y a nosotros lo que era pertinente que ambas partes supieran.

Los expedientes de “La Laguna” llegaron así como la información de un abogado de San Luis que venía con la intención de fastidiar a nuestro candidato por un supuesto adeudo.

El presidente del PAN Dr. Luis González, regañó a Felipe González por entrevistarse con Ricardo Monreal sin avisarle. Felipe fue muy buen candidato, conjuntó intereses internos del PAN y de algunos resentidos del PRI.

Tiempo después el Dr. Luis González me envió, en mi calidad de coordinador de la campaña, al Distrito Federal  para ver asuntos relacionados con el cierre de campaña y a preguntar si había inconveniente en que nuestro candidato se reuniera allá con el gobernador pues lo quería ver… faltaba una semana para la elección.


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