El gobierno del estado predica con el ejemplo que al menos, el senador Rubén Camarillo Ortega no quiere asumir, de conducirse en la austeridad y eficiencia, para revertir los efectos de las complicaciones económicas actuales.
Así lo estableció el director general de Información, del gobierno del estado, Luis Fernando Ramírez Díaz, al referir que sin perder el protagonismo y valiéndose de una falsa sensibilidad, Rubén Camarillo se unge ahora como redentor de las crisis financieras y gestor de recursos económicos para Aguascalientes, condiciones que en su gestión como legislador federal le son desconocidas.
Es reprochable que Camarillo Ortega a estas alturas y sin un compromiso real, ofrezca trabajar por enfrentar los efectos de las complicaciones económicas, y demuestre su ignorancia sobre el trabajo que emprenden los aguascalentenses con el gobierno, para salir adelante de esta situación.
Ahora pide reconsiderar las medidas del Acuerdo Estatal para la Protección del Empleo, cuando él nunca ha tenido una iniciativa a favor de los aguascalentenses. Ha sido un año de que las autoridades y los ciudadanos han unido esfuerzos, han actuado con responsabilidad y solidaridad, y en todo este tiempo, el senador Rubén Camarillo sólo se ha notado por lastimar al estado que dice representar y provocar la incertidumbre con sus comentarios mal intencionados y sin fundamento.
El director general de Información señaló que es necesario recordarle al ahora senador de la República, que en las oportunidades que ha tenido de trabajar por mejorar las condiciones económicas de Aguascalientes, primero como secretario de Desarrollo Económico y ahora como senador de la República, ha carecido de la capacidad y el sustento moral para responder a los desafíos que se le han presentado.
Cabe hacer mención que al mismo tiempo que daba a conocer a la opinión pública sus supuestas buenas intenciones, apenas era recibida su carta de propuesta, con fecha del 1 de septiembre, en las oficinas del titular del poder ejecutivo, lo que comprueba una vez más su afán de protagonismo desmedido.