Más allá de la pérdida de valor del dinero hay una devaluación del ser humano y sus capacidades ante la voracidad de la economía, las crisis y la propia devaluación del poder adquisitivo. Fue por eso que, en un afán de revertir estos efectos y proponer alternativas, José Luis Gutiérrez Lozano y la asociación AHORA promovieron el uso del trueque en el pasado Festival del medio ambiente y alimentos.
El trueque es una salida natural a la economía, un mecanismo inherente en las relaciones comerciales del país como una tradición; sin embargo, se han vivido tantos años en los que les han hecho creer a las personas que dependen del dinero para salir adelante, que ahora cuesta mucho trabajo romper esa dependencia y regresarle la credibilidad al intercambio como una forma efectiva de comerciar.
Durante el festival, los expositores realizaron un ejercicio para comprobar que al organizarse en una red de productores y consumidores que no tienen que esperar que haya un flujo de efectivo para poder comercializar, sino más bien deben tener disposición hacia el intercambio porque finalmente todos los que producen son en algún momento consumidores, de acuerdo a sus necesidades e intereses.
Con esto se le regresa el valor no solamente a quien produce, sino al producto en sí mismo donde va el sentir, la dedicación y el afán del productor; eso es lo que viven el 98 por ciento de las empresas que son entre micro y pequeñas y por eso este tipo de ejercicios son importantes para que ellos se den cuenta que no es necesario estar insertos en grandes mercados sino más bien promover el consumo próximo.
Después del ejercicio realizado durante el festival acordaron, practicarlo en otros espacios en donde incluso pudiera ser una vez por semana, para demostrarle a los pequeños productores que esta posibilidad les traerá capacidades de mayores ventas.
De manera paralela están ofreciendo para la apertura de una franquicia de las “compartiendas”, en donde se cuenta con productos locales como miel y sus derivados, mermeladas, productos de aseo personal, alimentos y granos.
El beneficio del trueque y, en particular en el caso de las compartiendas, es que las personas pueden comerciar con poco o nada de dinero y se vuelve una posibilidad para aquellos productores que no encuentran cabida en la economía colapsada, donde no hay capacidad para generar empleo debido a la crisis y tampoco existe la posibilidad de integrarse al mercado de la compra venta.
En Aguascalientes existen ya tres tiendas que obedecen al principio de las compartiendas y durante el festival recibieron solicitudes de personas interesadas en abrir una franquicia que no tiene costo alguno, más que proporcionar un local en el que se pongan a la venta los productos. La red va creciendo para de alguna manera disminuir los efectos negativos de las franquicias transnacionales que se llevan todas las ganancias fuera del estado.