La construcción de los dispositivos sociales actuales está pensada con mucha prisa, con urgencia, además de la cultura ligera que busca resultados inmediatos anula la capacidad de reflexión y permite sólo la de reacción, ambiente que favorece en gran medida el desarrollo de la violencia, en cambio si las personas se toman un tiempo para la reflexión existe la posibilidad de tomar conciencia, comentó la investigadora Elvia Taracena.
Una persona que analiza cuál es la postura de su familia ante la violencia, cómo la ha vivido a nivel personal, qué herencias sociales, culturales, simbólicas tiene en torno a este fenómeno, es alguien que se da la oportunidad de profundizar sobre el tema, desde la vida y las experiencias particulares de cada uno.
Son relatos de vida que se van construyendo con las vivencias y los
recuerdos de cada quien, hay una parte del ejercicio que es totalmente
objetiva que se estructura incluso de una manera cronológica, y otra
que va directamente a lo vivido por la persona. Este ejercicio ayuda a
las personas a reflexionar también qué de la información que tienen
quieren trasmitirle a sus hijos y a su vez como se van construyendo
alrededor suyo lo social.
Cuando una persona se da la oportunidad de hacer esta lectura de la
información recopila cuáles son sus antecedentes, qué vive ahora y de
qué manera puede transformar algunas cosas; todo cambio implica una
toma de conciencia, solamente así se puede luchar contra las ideologías
establecidas, los mensajes erróneos de los medios de comunicación y la
cantidad de información que las personas reciben a través de diferentes
medios.
Estos ejercicios los ha desarrollado Taracena a partir de un trabajo
realizado con un grupo de investigadores en la Universidad 7, en París,
relacionado con la sociología clínica, en un laboratorio de cambio
social. Ellos trabajaron en buscar teorías que articulen lo síquico y
lo social para ver en qué puntos ambas perspectivas se unen y fuera de
eso como cada individuo resuelve ante su propia realidad.
“Hay muchas situaciones donde el individuo le da su propio matiz a
lo que vive y eso es algo que se ve muy claramente en México, al vivir
tantos cambios sociales es muy perceptible quienes cambian, quienes no,
quienes se adaptan a la nueva realidad y quienes se quedan atrás a
partir de ahí”.
Con estas teorías se desarrollaron una serie de herramientas que
sirven para investigación a partir de relatos de vida que tienen una
relación directa con la trayectoria de cada persona y fue ese el
ejercicio que realizó con un grupo de hombres y mujeres en
Aguascalientes para lograr que ellos plasmaran en papel lo que ha sido
su familia y cómo proyectan su vida a partir de ella.
A nivel teórico este ejercicio se fundamenta en tres corrientes, una
de ellas es el existencialismo del filósofo Sartré en el que se plantea
que la persona no puede cambiar su historia pero puede cambiar la
relación que tiene con ella, “cuando tú eres consciente de las
determinaciones sociales y personales que tienes puedes ver tu historia
desde otras perspectivas”.
La otra corriente es el sicoanálisis de la que se toman los procesos
síquicos de cada persona, el imaginario, cómo cada quien se cuenta su
propia historia, cómo se la imagina y finalmente el aspecto social
donde el cuestionamiento es a qué perteneces tú socialmente, cuáles son
las herencias personales, simbólicas, culturales, económicas y como a
partir de esas herencias cada persona construye una trayectoria.
Esto permite a las personas tener en claro que sí hay factores
externos e internos que las determinan pero que hay ciertos aspectos de
su realidad que ellos pueden cambiar y eso es visible al analizar el
presente de dos personas con antecedentes similares que no responden de
la misma manera ante los hechos. “No es lo mismo si tú naces siendo
obrero o siendo político o intelectual, no quiere decir que tu historia
esté determinada, pero sí influye”.
Aún con este medio tan violento en sí mismo es posible crear estos
espacios de reflexión, sin embargo debiera existir una sinergia con lo
que enseñan las escuelas porque mientras no haya una ley o una
presencia fuerte de parte de la escuela o la televisión, ante los actos
de violencia y las agresiones de los niños y los jóvenes, ellos
seguirán creyendo que “está bien” mimetizar lo que ven en la
televisión o en los videojuegos. Sin embargo, para eso es necesario
también ser congruentes, pues un padre no le puede al hijo que no
lastime a su hermano físicamente cuando él si le pega.