“Si hay quienes no están de acuerdo con que se quite un programa de inglés habría que defender con el mismo ahínco la conservación del agua” y es que dijo Manuel Flores Silva pareciera que el hombre ha olvidado que es parte de los seres que viven en la tierra y que como tal pertenecen a una cadena donde el agua como recurso natural no renovable ha sido sobreexplotado y no se puede esperar que se preserve a costa de la inconsciencia humana.
Esta reflexión sobre la conservación del agua fue parte del III Encuentro de Bioética realizado en la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) en donde se trajeron a discusión temas relacionados también con la ecología y el cuidado del medio ambiente en un momento donde la situación natural se sobrevivencia se ha vuelto crítica incluso para los seres humanos.
Aunque el problema del agua puede abordarse desde múltiples perspectivas, la visión en este caso estuvo complementado por datos técnicos de la situación a nivel mundial, nacional y en Aguascalientes, pero se centró sobre todo en los valores que le hacen falta a las personas para reconocerse como parte de un todo que es el planeta y donde la destrucción de la naturaleza se analiza desde la óptica de la ética porque está de por medio la misma conservación del hombre como especie.
Los axiomas sobre los que sustentó la conservación del agua para esta investigación fueron la existencia de una humanidad y no de cualquier tipo, sino una humanidad creadora. A través de este ejercicio se busca hacer reflexionar, lograr que se enuncien los fundamentos que dan origen a la responsabilidad y además proponer alternativas que parezcan viables al problema de la disminución de este líquido vital.
Proporcionó datos importantes del país como la distribución del agua que pareciera que es contraria a la distribución de la población, la actividad industrial y la producción de alimentos, lo cual provoca severos problemas para la zona norte donde se realiza un buen número de las actividades económicas y el agua escasea, mientras que en el sur abunda.
El agua en las ciudades tiene tres grandes usos principales que son, el industrial, la agricultura y el mantenimiento de las ciudades, Aguascalientes cuenta con cinco acuíferos, tiene 963 pozos de agua potable, el 74 por ciento del líquido tiene un uso agrícola, el 20 por ciento es para uso de la mancha urbana, un dos por ciento es para uso industrial, un uno por ciento para servicios y un tres por ciento más para otros.
Manuel Flores aseguró que entre las razones para el déficit del agua están que en realidad el registro oficial de las extracciones no es real pues se saca más agua de la que se paga, se desperdicia mucho líquido en los procesos de riego porque las técnicas no son las adecuadas para optimizar y sin alentar a que aumente de costo el servicio de agua que ahora se presta para toda la población, la realidad es que lo que se paga por el agua no representa su valor real.
Todas las personas son responsables del desgaste del agua, es tal el nivel de contaminación que ahora no se sabe si los alimentos ingeridos están limpios porque finalmente en alguna parte de su proceso hacen uso del agua y es impreciso hablar de las condiciones reales.
Las consecuencias de vivir a expensas de un país tan consumista como es Estados Unidos han convertido también a México en un lugar donde se ha permitido abusar de la naturaleza en un lugar donde los políticos se ufanan del buen funcionamiento de la democracia. “Nos hace falta decidirnos a cambiar, estamos saqueando al planeta y esto tiene un límite”.
Fue muy claro también al asegurar que no se trata sólo de grandes acciones, sino desde las más sencillas como es cerrar la llave de la casa cuando no se utiliza, regar las plantas de la casa sólo con el agua necesaria y en un momento donde no se evapore fácilmente, reutilizar al máximo el agua que se gasta y difundir entre los vecinos, conocidos y amigos la cultura de la conservación.