A los panistas locales, ligados más al lado del gobernador y a la propia dirigencia del partido, se les nota confiados de poder sacar adelante la elección del 2010.
En un primer momento, reconocen, sí había desconfianza de que Reynoso Femat pudiera apoyar a un candidato que no fuera de Acción Nacional. Al parecer esas nubes ya empiezan a disiparse luego de las pequeñas, pero al final, muestras de apoyo de Calderón hacia el góber. El argumento es que, ante tanta pérdida por parte del PAN, al “Milhouse de Los Pinos” le urge ya no perder más posiciones y Aguascalientes es una de las pocas gubernaturas que el PAN podría conservar el año entrante. Y siendo gobierno panista, Reynoso podría recibir apoyos desde Palacio Nacional para tratar de detener la caída libre que lleva el estado desde mediados del 2007 y que de pasada le ayuden a subir un poco los bonos que se han ido perdiendo.
Y para eso, para mantener el estado panista, nada más eficaz que la nómina gubernamental (no una elección de estado, que quede claro). Como se demostró en la elección de este año, hasta que no haya otra sacudida que obligue a los partidos a replantear las formas de hacer política en este país, los políticos que detenten el presupuesto tendrán una ventaja considerable contra los que simplemente aspiren a competir.
Por eso, los panistas cercanos a la “nomenklatura” o que son parte de esa “nomenklatura”, no están preocupados por la elección del año entrante. Sea quien sea el candidato, aunque no tenga un “perfil griego” o “ganador”, están confiados con que la estructura, entiéndase por ésta: movilización, utilización de programas sociales, dádivas y prebendas, les bastará para mantenerse al menos otros seis años en el poder.
No les preocupa tampoco ni la inconformidad de la burocracia del gobierno estatal por el “descontón” que les dieron a los salarios, ni la afiliación forzosa al PAN, ni las inconformidades por la compra obligatoria de plateas en el estadio Victoria, ni boletos para conciertos. El argumento es simple: la burocracia sabe que es mejor tener empleo, platea y boletos a que, si llega el PRI, volver a estar en la cola a ver si les toca “algo”. Entre la burocracia, aseguran, ya está bien entendido que la única forma de mantenerse como están es apoyando a su partido…
Y dicho en boca de algunos “aspirinos” priistas, la cuestión de la estructura sí va a ser determinante en una elección cerrada como la que se vaticina habrá el año entrante y que ven que su partido, a pesar de tener la nada despreciable nómina del gobierno municipal, por falta de pericia de quienes manejan los programas sociales, no tiene tan bien aceitada la maquinaria como los panistas. Eso les preocupa.
Sin embargo, el PAN no está tan “amalgamado” en su interior como parece que está. Hay algo de nerviosismo por que los amarres aún no se han dado completamente para cerrar, de una vez, la elección interna, de la que dicen cabezas de los grupos, la tienen ya casi completa Arturo González en conjunto con el gobernador del estado (en un 80 por ciento, dicen que tienen controlado el padrón). Sin embargo, dentro de estos dos grandes bloques ya hay divisiones, muestra de éstas son las que tienen varios “aspirinos” a la alcaldía de la capital.
José Luis Novales Arellano, que dicen que dice que le aspira a la grande pero que al final podría conformarse hasta con una diputación local; Fernando Herrera, principal operador del gobernador del estado, tanto a lo interno como al exterior del partido y Claudio González, que, como contralor del estado, tiene a su favor el control de documentos que no dudará ni un momento en utilizar para lograr su objetivo, podrían disputarse la bendición de Reynoso, aunque, se aprecia, Herrera podría tener ventaja por su capital político o “colmillo” para movilizar gente, no sólo al interior de su partido.
Además de Florentino Reyes, que según dicen, ya le aprendió a su jefe a tener varias cartas sobre la mesa a las que puede apostarle, o varias veladoras prendidas, siempre apoyado por personalidades importantes del clero nacional y Ventura Vilchis, que, aseguran, tiene un pie fuera del gabinete por presunta “infidelidad” al proyecto.
Al parecer esta es la fisura que puede abrir el boquete para que el otro grupo se cuele por las posiciones. El de Martín Orozco que le está apostando más a un rompimiento entre los arturistas y luisarmandistas y a estos otros pequeños grupos para empezar a sumar adeptos, que a que lo dejen llegar a competir sin meterle los pies.
P.D. Hubo Premio de consolación para el pendenciero de Germán Martínez. El chivo expiatiorio de la derrota panista de este año, a partir de la semana entrante, estará despachando como secretario general de gobierno en el estado de Sonora. ¡Agárrense sonorenses!