n Detalles de la comida de los arcángeles n Guardan diputados con celo las cuentas “públicas” - LJA Aguascalientes
23/11/2024

Una gran expectación causó, entre la clase política, la famosa “comida de los arcángeles” en la que los hermanos Gabriel y Rafael Arellano celebrarían sus respectivos cumpleaños, este jueves 24 de septiembre, en el rancho familiar ubicado en Ojuelos, Jalisco.


Pues bien, el evento fue digno de la expectativa, por la magna asistencia y el ambiente con el que se desarrolló, eminentemente taurino, ya que acompañaron a los Arellano los matadores Arturo Macías “El Cejas” y Fabián Barba, quienes, por cierto, estuvieron muy finos tanto en sus respectivas faenas como a la hora de matar.


Entre los asistentes, destacó, sin lugar a dudas, la presencia del
obispo José María de la Torre Martín, con quien el alcalde capitalino
ha construido una relación cercana. También fue notoria la presencia de
Javier Guizar Macías, ex dirigente del PRI en Jalisco, y uno de los
hombres de Enrique Peña Nieto en el vecino estado, así como la
asistencia del alcalde de Tepic, Roberto Sandoval Castañeda.


Tal vez la presencia más fuerte que tuvo Gabriel fue la de los
empresarios, encabezados por: el presidente del Consejo Coordinador
Empresarial, Felipe González Ramírez; Salvador Esqueda Esqueda, líder
de la Cámara de Comercio; Baltazar Ruiz Escobar, de la ACOCEN; Mauricio
Pradillo Dold, de la Federación Turística de Aguascalientes; Elías
Quezada Vázquez, de la Sociedad de Arquitectos Valuadores y Miguel
Ángel Godínez Antillón, de la Cámara de la Construcción.


También se vio a: Rafael Medina de Lara, dirigente de la Canacintra;
Manuel Cadena Cruz, líder de la Coparmex; Manuel Torres Escalante, del
Colegio de Ingenieros, quien, por cierto, acompañó casi todo el tiempo
a Armando Roque Cruz, quien presuntamente sería el candidato “oficial”
para disputarle a Felipe González Ramírez la presidencia de la cúpula
empresarial en el estado. Con ellos, fue notorio, también se paseó el
otrora “empresario consentido de palacio” Juan Bernardo Manríquez.


Además, una presencia relevante fue la de Teodoro Olivares Ventura,
para confirmar que éste, más allá de su amistad íntima con Carlos
Lozano de la Torre, es priísta de hueso colorado. No menos relevante
fue ver a Alfredo González, líder de la Federación de Trabajadores de
Aguascalientes, quien tuvo que dejar a un lado las arduas jornadas de
golf para acompañar a su amigo Gabriel Arellano. 


Entre los funcionarios municipales, destacaron varios miembros cercanos
del “gabrielismo”: Juan Manuel Gómez, secretario de Desarrollo Social;
Jesús Ríos Alba, coordinador de delegados y próximo dirigente del PRI
municipal; Alberto Gómez Velasco, coordinador de comunicación social;
Gustavo Granados Corzo, director de desarrollo económico y organizador
del ambiente taurino; y el síndico Eloy Reyna. Otro que no despegó del
alcalde fue José Robles, el diputado local que más se esfuerza por
aparecer públicamente junto a Gabriel Arellano. Además, completaron la
presencia del “granadismo” el jefe de prensa del congreso, Mario
Granados Roldán, y su “tocayo” Mario Guevara Palomino, quien adelantó
que buscará ser candidato de la alianza PRI-PVEM por el distrito 16.


De palacio mayor realmente fueron pocos los asistentes, destacando
Armando Jiménez San Vicente, titular de desarrollo económico y
Florentino Reyes Berlié, secretario de Gestión e Innovación.


Un incidente chusco se protagonizó cuando el “presidente legítimo”
(a.k.a “Juanito” abogado) de los abogados, Salvador Farías, se acercó a
saludar al ex dirigente, Miguel Ángel Breceda (quien por cierto estuvo
en compañía de Juan Carlos Arredondo). Farías dijo a Breceda (con quien
ha tenido un pleito encarnizado): “Hace mucho que no llegas a dormir a
casa”, provocando la risa de los presentes. Breceda, incómodo, le
contestó: “No te preocupes Chava, tienes mi apoyo como candidato… para
reina de la feria”, provocando que Farías apretara el paso de salida.



P.D. De ese tamaño es su miedo. En el Congreso del Estado compraron
varios kilos de hojas de papel, pero no bond ni de otro tipo, papel
seguridad, similar al papel con el que se imprimen billetes, actas de
nacimiento, de defunción y en general papel oficial.


La explicación es que los diputados, sobre todo el presidente de la
comisión de vigilancia, Alberto Solís Farías no quieren que le pase lo
que hace un año: que ante la falta de trabajo de la comisión, algunos
ciudadanos comprometidos con la rendición de cuentas consiguieron la
información y la pasaron a algunos medios de comunicación, lo que a
Solís Farías molestó a tal grado que salió a decir que las
observaciones, tan detalladas como salieron publicadas, eran falsas,
que alguien, a su juicio, se había tomado la molestia de investigar
cuentas, pagos (con números de cheques y todo), nombres de personas que
no habían pagado créditos, etcétera, para falsear la información.


Es decir, que las cuentas públicas, si es que algún día salen y no
solamente de saliva, como lo han hecho en los más recientes días,
estarán impresas en ese papel y Solís Farías y el resto, sólo tomarán
como verdaderas las que estén impresas así.


Todo esto se podría evitar si la Contaduría Mayor de Hacienda hubiera
trabajado respetando los tiempos de entrega de las revisiones, si los
partidos políticos en vez de privilegiar las cuotas hubieran contratado
contadores y abogados para revisar las cuentas (hay arquitectos,
veterinarios e ingenieros civiles haciendo el trabajo de contadores) y
si no hubieran observaciones que “rasurar” por órdenes de los distintos
niveles de gobierno.


Así que además de los 800 días de retraso (de entrega de cuentas) que
llevan los diputados, ahora hay que contrastar si esas observaciones
que salgan tienen sello de garantía del papel seguridad.


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