Desde que nació como empresa mercantil de libros, en el 2006, la editorial Azafrán y Cinabrio dirigida por el poeta aguascalentense Benjamín Valdivia ha tenido una relación muy cercana con el Instituto Cultural de Aguascalientes (ICA) en lo que se refiere a la co-edición de libros y la organización de convocatorias de premios nacionales e internacionales.
A propósito de la edición número 41 de la Feria del Libro del ICA estuvo nuevamente en la ciudad Benjamín Valdivia para presentar los trabajos editoriales que ha realizado en conjunto precisamente con el instituto. El poeta recordó que fue a finales del 2004 cuando oficialmente la editorial comienza sus actividades con el libro Diez colores nuevos de Otto- Raúl González y de ahí en adelante se fue consolidando como lo que ahora es una industria cultural creativa.
Las co-ediciones que a la fecha tienen la editorial y el Instituto son tres y una en curso relacionadas con el premio Desiderio Macías Silva; están otras dos más y una pendiente del premio Macedonio Palomino y fuera de estas colecciones han publicado otras ediciones más. Sin embargo, no es el ICA el único beneficiado del esfuerzo creativo de Valdivia, sino también la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) con quienes ha realizado colaboraciones.
Editaron en conjunto una edición de poesía reunida de Macedonio Palomino, autor aguascalentense del Siglo XIX del que se rescataron sus manuscritos y con el afán de hacer crecer el premio Desiderio Macías Silva en su versión universitaria, Valdivia le había propuesto a la Universidad desde años anteriores que hicieran la convocatoria internacional y fue en este año que se decidieron a hacerlo. Este premio tiene dos secciones, una abierta organizada por el Instituto Cultural donde han participado autores de 19 ó 20 países distintos y una universitaria a cargo de la UAA que en esta ocasión tiene ya participación de jóvenes de once países, entre España, Colombia, Venezuela, Chile.
En estos casi cinco años de existencia de la editorial, la realidad es que como empresa cultural creativa le ha ido muy bien, no tiene pérdidas, ha encontrado su lugar adecuado tanto en la producción como en el aspecto mercantil y eso le ha permitido mantenerse en buen nivel, Valdivia la definió como una empresa con buena salud laboral.
Siempre serán bienvenidas otras empresas culturales que sirvan para desmitificar la falsa idea que todavía tienen las sociedades de que la cultura es una pérdida, que es un gasto y no una inversión, cuando en realidad está comprobado que las industrias culturales son totalmente rentables, dijo Valdivia basta con saber que la mujer más rica de Inglaterra es una escritora.
El secreto del éxito está en la organización de las finanzas, el problema es que los artistas no son organizados, son más bien desordenados y es por eso que difícilmente pueden sacar adelante una empresa para la que se necesita reunir la creatividad y la organización para que todo funcione bien.
Aún con la crisis existe la posibilidad de generar empresas de este tipo porque cuando se habla de crisis es en términos generales, seguramente en estos mismos momentos hay alguien que está viviendo una buena temporada en sus ventas, son oportunidades para que la creatividad encuentre su lugar.