Como hasta hace unos años sólo se viera en las películas de ciencia ficción, este ingeniero egresado de la Universidad Panamericana campus Bonaterra está trabajando, como parte de la maestría que cursa en el Instituto de Tecnología de Tokio, en el mejoramiento de un sistema de seguridad basado en los datos biométricos de una persona para proteger los documentos o proyectos comerciales de las grandes empresas que se encuentran en Japón.
En entrevista con La Jornada Aguascalientes -realizada a través de Skype, para no 25perder el toque futurista-, Felipe Gómez Caballero explicó de qué se trata y habló un poco de las diferencias entre ese país oriental y México.
Gómez Caballero comentó que el sistema de diálogo en el que trabaja no es una tecnología nueva en Japón; por el contrario, grandes compañías y bancos la utilizan para restringir el acceso a ciertas áreas y permitirlo sólo a unos cuantos, mediante mecanismos de reconocimiento de voz, iris ocular y huellas dactilares.
“Pero el proyecto no empezó tal como lo estoy llevando a cabo en este momento; el proyecto empezó como un simple apoyo a lo que era el reconocimiento de voz, que es en lo que se especializa el laboratorio en el que estoy trabajando”, indica, detallando que para este trabajo se cuenta con una cámara de tercera dimensión (3D) “que en lugar de darte una imagen a colores, te da la información de distancia de los objetos” que están frente a ella.
Con esto, aseguró, el sistema mejora, pues además de pedir las huellas dactilares o el iris –que es muy difícil de conseguir- solicita a la persona que intente acceder al área protegida que realice ciertos movimientos y le pide más información mediante el sistema de diálogo, elevando la seguridad que protege ese espacio.
“Lo que estamos probando es cómo este comportamiento natural del ser humano, junto con sus patrones de voz, nos ayudan a reconocer que es la persona que dice ser (…) Queremos hacerlo más robusto, para que haya menos falsos positivos, como sucede con las otras tecnologías biométricas”, explica.
Gómez Caballero está realizando este trabajo “en equipo de uno” y por el momento se encuentra en la parte del reconocimiento de los patrones de movimiento a través de la cámara, lo que le ha tomado seis meses por ser una tecnología nueva, pues hay poca información al respecto, por lo que “tenemos que desarrollar mucho para esta nueva cámara”, pues debe generar información precisa.
En seguida, se enfocará a las cuestiones de reconocimiento de voz y las demás tecnologías, esperando que en un año, cuando obtenga el grado de maestría en inteligencia artificial, quede listo el prototipo, pues afirma que es imposible terminar un dispositivo comercial precisamente por lo nuevo de la tecnología que implica.
En ese sentido, dijo, busca que su trabajo genere este prototipo que dé pie a otra investigación –admitió que le encantaría continuar con un doctorado – y señaló que allá en Japón, “cuando tú tienes una investigación, lo primero que te dicen es: en dónde la voy a usar (…) y qué tiene de útil”.
En proyectos académicos, como este sistema de diálogo, platicó, “el único costo que yo he visto, porque nosotros como alumnos no vemos esa parte (…) es la adquisición de la cámara 3D, que fueron 10 mil dólares (…) En el laboratorio nos dan todo para que podamos continuar con la investigación sin preocuparnos por el dinero; realmente nos ponen todo para estar con una buena investigación”.
Por otro lado, en Japón muchas empresas tienen áreas de investigación y desarrollo, que curiosamente son en las que utilizan este tipo de dispositivos, para evitar el espionaje industrial, y que cuando se interesan en algún proyecto pueden apoyar su financiamiento, como sucede también con Estados Unidos.
Aunque la mayoría de los proyectos están orientados a las necesidades niponas, depende del propio investigador y de sus asesores que se abran a horizontes más amplios. Este proyecto, por ejemplo, trabaja con tecnología que allá se utiliza desde hace tiempo en telefonía, o sea que en México y el resto del mundo se puede aplicar de manera similar.
El estudiante aseguró, sin dudar, que su intención es regresar a nuestro país “porque hasta cierto punto creo que en México no hay este tipo de investigación y si la hay es muy poca”, de modo que uno de sus objetivos es regresar como docente a la UP, donde ya fue maestro un tiempo, pues considera que así puede regresar un poco del apoyo que ha recibido de esta casa de estudios, al tiempo que contribuiría al impulso de este tipo de investigación en Aguascalientes.
Antes de “desconectarse” al finalizar la entrevista, el aguascalentense mandó el mensaje: “Ojalá hayan disfrutado el grito y desde acá, ¡viva México!”.