"Hubo una vez un hombre con lengua de madera…" fue un verso de un poema con el que terminó su conferencia Benjamín Valdivia, escritor aguascalentense que actualmente radica en Guanajuato. Entre sus conclusiones habló de que los libros en estos días conviven en buenos términos con la tecnología y habrá que ver dentro de de unos años no se sabe cómo van a existir y co-existir.
Es por esta existencia vigente que la Feria del Libro como esta edición número 41 en Aguascalientes continúa con esa vitalidad porque siguen siendo puertas, huecos, vacíos sostenidos que se abren donde lo mismo cabe una sola persona que varias, se abre un horizonte amplio hacia un fin de universos paralelos. Es por eso que siempre es bueno encontrarse con vacíos donde penetrar. Cervantes murió pero no su lengua que sigue hablando porque tiene letras dijo Benjamín Valdivia.
Al hablar de la lectura forzosamente Valdivia citó a Borges cuando decía que los libros estaban a la espera de un lector que estuviera a su altura y ahí están esperando a los pocos felices de los que hablaba Shakespeare para llevarlos hacia el mundo paralelo de un adolescente que asiste a una escuela de magia y tiene que enfrentar una serie de problemas o la historia de los hombres atropellados y muertos que son observados por un grupo de gente que son siempre los mismos.
Dice un proverbio que todas las personas deben antes de morirse tener un hijo, sembrar un árbol y escribir un libro, esos tres elementos tienen relación entre sí, con la muerte del árbol se puede hacer el papel para escribir los libros, un libro para un escritor es como un hijo o aquellos que ya se han encontrado en su vida con la lectura desean que sus hijos también lean.
En ese recuento de complicidades e historias de libros, Valdivia llegó a la conclusión de que se leen las letras, también las imágenes, los más jóvenes saben más leer imágenes que letras y todavía no sabemos a dónde llevará esto, lo que sí sucede hasta ahora es que el libro convive en santa paz con la más alta y adelantada tecnología, para el poeta y docente, las imágenes son deformación de las letras.
Criticó algunas de las nuevas tecnologías como el celular, aunque no las tildó de negativas o malas, sólo dijo que en muchas situaciones las máquinas parecieran suplantar la existencia de las personas porque cuando alguien sostiene una plática con alguien, de pronto suena su teléfono y se abstrae para sólo hablar con quien se supone está del otro lado del teléfono, se sustraen.
A muchos jóvenes, las máquinas les captan la atención y la realidad es que no les interesa la lectura, no tendría porque, sin embargo eso no significa dejar de lado la promoción porque por cada lector que surja de un grupo de diez o veinte jóvenes es a través de ese ejercicio de donde van a salir los nuevos lectores.
La pantalla de la computadora pareciera en muchos sentidos el sustituto de la página impresa, pero no del libro; esa afirmación es resultado de una encuesta que Benjamín Valdivia hizo previamente entre conocidos suyos, académicos, profesores, estudiantes que usan constantemente este aparato para obtener información pero no para leer en la pantalla.