Las alergias por el consumo de ciertos alimentos son menos frecuentes de lo que comúnmente se cree, señaló María Guadalupe Sánchez Coronel, durante su participación en el Segundo Seminario de Actualización y Nutrición que se llevó a cabo los días 1 y 2 de septiembre en el Auditorio Dr. Pedro de Alba de Ciudad Universitaria.
“Alergias alimentarias” fue el título de la conferencia dictada por la alergóloga Sánchez Coronel ante los alumnos de la licenciatura de Nutrición.
De acuerdo con datos presentados por la especialista, las alergias alimentarias sólo afectan del 6 a 8 por ciento de la población de niños menores de 4 años y tan sólo en un 4 por ciento a adultos y niños mayores de 4 años.
Las alergias como enfermedad sistémica, se pueden manifestar en cualquier órgano, en la piel: urticaria, dermatitis atópica; incluso en el aparato respiratorio, provocando dificultades para respirar. Los alimentos mayormente asociados a la alergia alimentaria son: en niños lactantes y pre-escolares: leche de vaca, huevo, cacahuate y soya; en infantes en edad escolar: leche de vaca, huevo, cacahuate, soya, nueces y trigo; en adultos pescados mariscos, cacahuates y nuez.
Durante la charla la especialista explicó que frecuentemente se asocia el término de alergia, cuando se ingiere determinado alimento y causa una serie de síntomas, “me comí unos mariscos y me hicieron daño, por eso soy alérgica a los mariscos, sin embargo, no es así”, indicó que las reacciones a ciertos alimentos generalmente se deben a reacciones fisiológicas a causa de toxinas, sustancias farmacológicas, contaminantes químicos, microbios bacterias, trastornos del metabolismo o defectos estructurales del sistema digestivo –como las hernias y ulceras-, a estos eventos se les denomina reacciones adversas a los alimentos.
Expresó que las verdaderas alergias con aquellas reacciones que tienen que ver con el sistema inmunológico, es decir son la consecuencia de una respuesta inmunitaria anormal después de la ingestión de un componente o aditivo alimentario, mediada por inmunoglobulina –células inmunes-.
El diagnóstico de la alergia se hace a través de exploración física del paciente, pruebas cutáneas de alergología y sanguíneas. Detectado el alimento que causa la reacción alérgica se pide al paciente que exente de su dieta ese producto; los síntomas se controlan con medicamentos. Destacó que la educación del paciente con alergia para detectar que alimentos le pueden causa una reacción cruzada es importante para mejorar su calidad de vida y evitarle las reacciones propias de la alergia.