Una de las principales modificaciones que tuvieron que hacer las aceleradoras de empresas ante el panorama de crisis fue recortar los tiempos en los que una empresa mexicana ofrece sus productos o servicios en el extranjero, a decir de Jorge Zavala, director general de la Aceleradora Tecnológica México Sillicon Valley, del programa Techba, con oficinas en seis diferentes lugares del mundo, Estados Unidos, Canadá y Europa.
La urgencia por conquistar mercados es una de las características más sobresalientes de esta crisis económica y que ha propiciado los mayores cambios en los procesos comunes de la aceleradora, recortar el tiempo de 4 a 6 meses a uno o dos para cerrar un negocio y ofrecer un producto o servicio es el reto a vencer de los productores mexicanos para hacerse un espacio en el mercado global.
Innovar siempre tiene sus riegos y cada empresario decide si está preparado para tomarlos, aún cuando muchas veces no se sabe a ciencia cierta lo que está adelante, pero hasta ahora los indicadores les han demostrado que van por un camino adecuado.
Son 200 empresas las que actualmente están trabajando con los servicios de la aceleradora y, en particular, Jorge Zavala coordina los proyectos de 41 dedicadas a la computación, servicios, cuestiones médicas y alimentos
Con una gran satisfacción, reconoció que la actual crisis económica efectivamente los afectó, pero de manera positiva, pues las condiciones del mercado los obligaron a realizar sus procesos y generar sus productos de manera distinta.
A través de la aplicación de nuevos procesos de producción, el nombre de México ha figurado dentro del mercado global como un proveedor de insumos para el mercado internacional y con productos de muy buena calidad, de acuerdo a la experiencia que ellos han tenido en estos meses.
Por sólo dar un ejemplo, mencionó el caso de una empresa aguascalentense que fabrica bebidas a partir de la leche y que afortunadamente ha tenido muy buena respuesta en su proceso de validación en el mercado internacional y al parecer se ha colocado con grandes posibilidades de venta en Estados Unidos.
Para Jorge, una de las grandes fortalezas de las empresas mexicanas es el talento humano que, enriquecido a través de la experiencia y la eficiencia en la realización de sus procesos, logra llevar sus productos al mercado mundial y con estos resultados transformaron su visión para integrarse no sólo a la venta en el mercado internacional, sino también a la integración de equipos multinacionales.
Anualmente, los integrantes de la aceleradora visitan en septiembre alrededor de 30 ciudades para tener un contacto directo con empresas que ya tengan un producto o servicio en el mercado, con un contacto con el mercado internacional o con posibilidades de abrirlo.
Se da, en primera instancia, un proceso de filtro para elegir a las empresas que entran en un proceso de pre-aceleración; se abren oficinas en el extranjero para que ellos vayan en la búsqueda de sus clientes y coloquen su producto, para realizar este procedimiento. La Secretaría de Economía (SE) cubre una parte de los gastos y la empresa pone entre el 10 y el 15 por ciento del costo.
Mientras los trabajadores se preocupan por la autorización y aplicación del outsourcing, los empresarios lo ven como la panacea de la nueva forma de hacer negocios que llegó para quedarse pues, según Jorge Zavala, esta nueva modalidad no pretende dejar desamparados a los empleados, sino convertirlos en una especie de accionistas.
Ante este tipo de preocupaciones, el promotor de la aceleradora agregó también que ante cualquier situación de cambio siempre existen riesgos, pero hay algunas formas o procesos que no pueden conservarse porque la empresa debe buscar la forma de mantenerse, aunque eso implique algunos riesgos. Lo importante, al final, es pensar cómo esos riesgos pueden convertirse en oportunidades.
En la agitación de esta nueva dinámica del mercado, la innovación es un ingrediente indispensable para atraer al comprador, que está siempre en la búsqueda de algo diferente con calidad. En algunos casos, estos cambios se dan en la forma de trabajar o en la creación de nuevos productos, pero también hay cambios más radicales que, aderezados con el ingenio propio de los mexicanos, logra convertir ideas en negocios.