Promoción internacional y desarrollo - LJA Aguascalientes
09/04/2025

Estoy convencido de las posibilidades de México para construir su desarrollo. El desarrollo requiere de objetivos y proyectos precisos, decisión férrea de ejecución y desde luego la acción. 

Desde luego el desarrollo es labor conjunta de todos los mexicanos, pero se requiere de guía, de orientación pública y de liderazgo. Por ello, la figura presidencial debe marcar el rumbo, instruir la acción gubernativa, impulsar la acción y valorar resultados. 

Coincido con los planteamientos estadistas del presidente Calderón sobre las posibilidades de México. Por ello comparto la posición presidencial expresada hace unos días cuando fustigó en una reunión del tema de seguridad, a los que viven de poner en mal el nombre de México. Considero de manera muy convencida que debe difundirse una imagen positiva del país en el mundo y sobre todo en Europa, dadas las posibilidades de una mejor recepción de la imagen de México en el Viejo Mundo. 

Esta posición, inquietud e interés presidencial debe fructificar. La fuerza de un planteamiento presidencial como éste, no puede desaprovecharse. 

Se debe hablar con objetividad sobre el país y esto implica, necesariamente, dar a conocer nuestra cultura, la vida diaria de nuestra gente, nuestras costumbres que forman nuestra actuación cotidiana. 

Hemos insistido en que México es mucho más que la belleza de sus playas, que lo impresionante de unas pirámides y que los espectáculos del folclore; la difusión del país debe ir mucho más allá de los atractivos turísticos; la difusión de México no puede quedarse en la acción del “poster”, hay que ir llevar el México real hacia los pueblos del exterior. Se debe ir más allá de presentar a México sólo como el país del tequila, según me expresaba hace unos días el senador Felipe González. Hay que fomentar la solidez del proyecto de desarrollo –económico, social, cultural, educativo, deportivo-, a través de la difusión del México real, “con objetividad” dijo el presidente Calderón. 

La objetividad que el presidente impulsa, precisa de dar a conocer a nuestro México de todos los días, la realidad social que impera día a día en nuestro medio cultural, educativo, económico y de toda índole, difundiendo nuestra imagen, hablando de lo que somos, presentándonos como somos, ante los diversos entornos sociales de los países extranjeros. 

Predomina en el exterior la imagen turística y folclórica de México. Una imagen que si bien es de bellezas naturales, de atractivos históricos y de cultura indígena y genera turismo, no favorece una atracción integral que profundizara las relaciones tendientes al desarrollo. 

Es también necesario contrarrestar la imagen desfavorable que difunden los que viven de las noticias alarmantes. La influenza, la magnificación de acontecimientos de inseguridad y el funcionamiento de las instituciones de gobierno, especialmente de justicia (la negativa e injustificada campaña francesa en el asunto Cassez y la reciente resolución del caso Acteal) no deben ni pueden ser la imagen que prevalezca de México en el extranjero. Esto es muy dañino para el país y sobre todo si no se compensa con la presentación de lo valioso que tiene la sociedad de nuestro México en su vida diaria. Hay que penetrar en los diversos círculos, entornos y ámbitos sociales de los países del exterior, presentando el México real y a partir del conocimiento que se ofrezca de nuestra realidad social, promover el entendimiento y el intercambio, la interrelación con los pueblos del exterior. 


Teniéndose una más objetiva de la realidad mexicana en los diversos círculos de los pueblos extranjeros, las posibilidades de México crecerán de manera insospechada. No me cabe duda. Así, los campos de la educación, la cultura, el turismo, la economía en sus diversos aspectos generales –inversiones, compras, empleo, intercambio- la tecnología, la producción agrícola, el deporte y muchos más ámbitos de nuestra vida nacional se verían beneficiados de manera indiscutible. El gobierno federal, los estados y los municipios, así como las múltiples instituciones y organizaciones sociales de nuestro país, en coordinación, en armonía y con visión y objetivos precisos pueden avanzar en la construcción de una mejor imagen de México y de los mexicanos en el mundo. 

El incremento del desarrollo de los diversos ámbitos de nuestra vida nacional vendrá como consecuencia. 

Nos vemos la semana que entra si dios nos da vida y otros no nos la han quitado.

lic.guillermo.macias@gmail.com


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