Actualmente, el país basa su recaudación en dos impuestos: el Impuesto Sobre la Renta (ISR) y el Impuesto al Valor Agregado (IVA), y aunque ambos gravámenes son adecuados, ante la situación económica actual lo que procedería es disminuir la tasa (porcentaje) del último y al mismo tiempo ampliar los productos que lo provoquen, consideró el director del Centro de Investigación y Desarrollo Empresarial (CIDE), Alberto Aldape Barrios.
Sin embargo, dijo, la aplicación del IVA a alimentos y medicinas no se dará este año porque las condiciones económicas en que se encuentra la mayoría de las familias no les permite pagarlo. Si el año entrante disminuyera la población en situación de pobreza extrema, en cambio, será una medida adecuada porque “quienes tienen, a la hora de que consuman van a contribuir para que se den subsidios a los que menos tienen”.
El analista económico expresó que “la creación de nuevos impuestos en un momento de recesión económica es hablar en el vacío porque nadie los va a pagar” y es así que las legislaturas federal y locales deben mejorar la ley para que los impuestos se apliquen en justa medida a quienes ganan más o ganan menos.
Además de la legislación vigente, Aldape Barrios atribuyó las dificultades para recaudar a que en el país no existen mecanismos eficientes, la gente no sabe cómo ni dónde pagar y además hay “regímenes especiales” o “deducciones ciegas” que generan agujeros en las arcas públicas.
Al respecto, concluyó, debe mejorarse el sistema automatizado y la transparencia en la información sobre los trámites y los recursos, para generar confianza entre los contribuyentes.