El director del Centro de Desarrollo Empresarial (CIDE), Alberto Aldape Barrios previó dificultades en el funcionamiento del programa de renovación vehicular o “chatarrización”, propuesto por el gobierno de Felipe Calderón hace unos días y consideró que sería mejor eliminar, cuando menos de manera temporal, el Impuesto Sobre Automóviles Nuevos (ISAN) y disminuir el Impuesto al Valor Agregado (IVA), pues de otro modo el programa resultaría más un riesgo que un beneficio, especialmente para las agencias.
“Dinero por tu carcacha”, como se denominó a este programa, contempla el otorgamiento de 15 mil pesos, aplicables a la compra de un carro nuevo, a cambio de los automotores que tengan una antigüedad mayor a los 10 años.
En primer lugar, Aldape Barrios Reflexionó que “si hay personas que traen vehículos de más de 10 años, es porque su capacidad económica no alcanza para renovarlo”, además de que, el alza en productos de primera necesidad, como los alimentos y la falta de empleos, entre otras cosas, son indicadores de que la situación económica actual no ofrece las condiciones propicias para adquirir vehículos nuevos.
Al incentivar la venta automóviles nuevos mediante la eliminación y disminución de esos impuestos, sumadas a los esquemas que las vendedoras de autos ya tienen, previó, se comenzarán a estimular la venta de coches nuevos.
Bajo esta lógica, la chatarrización representaría más un riesgo que un beneficio, sobre todo para las agencias, pues además de aceptar los 15 mil pesos como enganche, tendría que otorgar un crédito a estas personas, a las que habría que hacerles un estudio socioeconómico que determinara si tienen la capacidad económica para pagarles.
Aunado a lo anterior, dijo, las reglas de operación, publicadas el pasado martes en el diario oficial, son muchas y complicadas; entre otras medidas, “involucran a las agencias para estar dando información a la secretaría de economía porque son recursos fiscales y están sujetos a unas reglas”, lo que elevará los costos de operación, generando un gasto a estas empresas cada vez que otorgue un crédito.
Por otro lado, evaluó que un sistema de transporte público más eficiente sería más benéfico para los poseedores de autos chatarra, pues con ellos satisfacen su necesidad de trasladarse rápidamente.
Cabe recordar que otro de los inconvenientes más señalados en este programa ha sido el de que muchas veces los vehículos, aunque cumplan el requisito de antigüedad, tienen un valor mayor al apoyo que se otorgaría a su dueño a cambio de ellos.
El especialista descartó que las empresas armadoras pudieran verse beneficiadas con este programa, pues sus clientes son empresas del extranjero, concluyendo que si aprovechan la “reingeniería” que esas compañías están realizando, el beneficio se dará independientemente de que el programa de chatarrización funcione.