El secretario del trabajo del Distrito Federal, Benito Mirón Lince descartó que se aproxime un repunte en el empleo en el país, toda vez que además de no generarse el millón de empleos necesarios cada año, al cierre del presente se perderán otros 700 mil, a los que se suman los 2 millones 400 mil desempleados actuales.
Atribuyó lo anterior al modelo económico actual, en el que el gobierno prioriza el apoyo a las grandes empresas y a las exportadoras, así como al recorte de 50 mil millones de pesos en el gasto público anunciado el jueves, que impactará en los recursos destinados a programas sociales.
Mirón Lince explicó que las políticas públicas adoptadas por el gobierno federal están orientadas a cuestiones macroeconómicas, como el control de la inflación y la estabilidad de la moneda nacional, además de que los recursos para programas sociales en materia de trabajo, como los paros técnicos o “primer empleo” se destinan a al apoyo de la gran empresa.
Dijo que déficit fiscal, uno de los argumentos que ofrecidos para justificar el recorte al gasto público, no es malo cuando se invierte “hacia abajo”, en el mercado interno, pues las micro y pequeñas empresas, que generan el 90 por ciento de los empleos en el país, han quedado al margen de la legislación y el presupuesto.
A su juicio, es claro que el modelo económico en el país no está funcionando, pues se sufre la peor crisis de desempleo en los últimos 13 años; sin embargo, descartó que esto se deba a falta de capacidad de los funcionarios, pues “así pongas un mago en la secretaría de hacienda, en la secretaría de economía, no la va a hacer. El problema de desempleo no lo va a resolver”, porque lo que se requiere es una reforma fiscal.
El secretario urgió a la sustitución del actual por un modelo económico que desarrolle el mercado interno, “que suelte un poco el gasto público… que distribuya riqueza y que apoye al sector social de la economía”, pues recordó que la Constitución estipula “que en el desarrollo económico del país y de los estados deben participar tres sectores: social, público y privado”, insistiendo en que el primero de ellos está abandonado.
Consideró como opción apostarle a las empresas cooperativas en las que, contrario a las capitalistas, lo primordial no es el lucro, sino la persona y la conservación del trabajo, en aras de lo cual sacrifican en cierta medida la utilidad.
Finalmente, reforzó su propuesta con el ejemplo de las empresas Pascual Boing y Cooperativa Cruz Azul, que bajo este modelo y pese a la crisis, no han recurrido a despidos ni han tenido bajas en el personal en lo que va del año.