Después de siete años, la gente aún recuerda aquel montaje de El diablo enamorado que se adueñó de lo que hoy lleva por nombre el jardín de los Palacios; eran egresados de la quinta generación del centro cultural Los Arquitos. Ahora el grupo de teatro Sueño Azul retoma la historia de este ritual de amor elevado al cielo y el único actor original que se conserva es Armando Martínez, precisamente quien representa al diablo.
A decir de Paola Martínez, directora del grupo, esta es una adaptación dirigida por Israel Garay, que decidieron hacer por considerar a El diablo enamorado como un rito al amor, una convocación a las fuerzas supremas y al amor universal que une al hombre y pone a girar el universo, es una invocación a la divinidad; obras como éstas no mueren en un sólo montaje y no pertenecen a un grupo de personas sino al dominio popular.
La constante de este montaje es la esencia de la historia, el diablo está buscando una novia nueva y los demás personajes están en búsqueda de la mujer adecuada para él, en este proceso se involucra al público y eso hace que las personas se apropien de la historia y de los personajes.
“La dramaturgia va sobre los mismos esquemas, pero no tienen los mismos personajes y la dinámica es totalmente diferente”.
Como en otros de los montajes del grupo Sueño Azul, la música del montaje es en vivo y en este caso está a cargo del grupo de percusiones africanas Jikalaman en la que participan ocho jóvenes que vienen de diferentes lugares de la república pero radican en Aguascalientes; hay también panderos, una marimba y una bailarina de danza africana.
La temporada de funciones será durante todo el mes de julio, las presentaciones de los sábados son en el jardín de los palacios y las de los domingos son en la exploplaza frente al reloj del hotel Fiesta Americana a las siete y media de la tarde, a excepción de este domingo próximo que la puesta en escena estará en la ciudad de Villa Hidalgo.
La gente que ahora ha visto la obra recuerda la puesta en escena de aquella ocasión y cuando viven esta obra se dan cuenta de que efectivamente son dos versiones totalmente diferentes entre sí, eso es satisfactorio para los actores pues eso era precisamente lo que intentaban, retomar la historia pero hacerlo con su propia versión.
Al ver la reacción del público, Paola, siente que el grupo ha cumplido su objetivo con la obra, en los momentos en que los personajes interactúan con e público, aún hay algunas novias que se resisten y otras que dispuestas se casarían con ese hombre de rojo.