espués de alcanzar casi la cúspide del poder para llegar a ser gobierno en el 2006, hoy en 2009 vemos una caída que difícilmente pueda recuperarse en los próximos tres años para poder competir por la presidencia y otros espacios legislativos, se ve muy lejano, aún cuando puedan elegir un ciudadano que pueda llegar a tener la imagen para poder recuperar lo perdido, toda vez que se encuentra secuestrada por un grupo que en nada va ayudar a recuperar el terreno perdido, las izquierdas en realidad están divididas, como todo poder político que llega a corromperlas: luchas internas, cotos de poder, alianzas en lo oscurito con el gobierno en turno para preservar el status y sobre todo las tribus urbanas incrustadas y que llegan a los extremos del oscurantismo ideológico sin proponer posturas verdaderamente con fundamentación científica en la lucha de clases, materialismo histórico, dialéctico y conocimiento del Estado como fundamentación histórica, buscan el poder por el poder como cualquier otro partido de corte centro-derecha y que sólo les interesa servirse con la cuchara grande sin beneficiar a la clase a la cual representan según sus discursos, a los más necesitados, a los pobres de este país.
La realidad actual de los partidos de izquierda se plantea totalmente distinta en sólo tres años después, en realidad lo que necesita este país es una izquierda fuerte ideológicamente hablando (olvidémonos de un partido), consolidada y actuante por que se viven y actúan varias y diferentes ópticas de ver la realidad nacional, en el tiempo presente vemos una izquierda dividida, enfrentada y enjuiciada y en medio de variadas y serias acusaciones con poco talento para dilapidar un enorme potencial social y político que los llevó a ocupar la segunda fuerza nacional electoral del país y que de poco ha servido lograr acuerdos nacionales que permitan hacer realidad algunas propuestas en su plataforma electoral.
Primero la división interna de quienes integran las diferentes tribus encabezadas por lo que actualmente tomaron las riendas del PRD y otras corrientes hacia afuera con el apoyo de sus aliados del gobierno calderonista, como los que propiciaron en su proceso interno lleno de irregularidades para apoderarse a toda costa de la dirigencia nacional en contra de alguien quien si pudo hacer más en la unidad interna y externa como Alejandro Encinas.
Segundo, el desmesurado activismo de quien encabezó a la izquierda para poder llegar en un momento histórico a donde llegó y que posiblemente ya no se pueda presentar otra oportunidad en un corto y mediano plazo.
Tercero, los escándalos de corrupción y tráfico de influencias en los que se vieron involucrados varios connotados representantes de la izquierda (aquí no hablo de partidos) como Bejarano, Rosario Robles, Carlos Imaz entre otros.
Y como se mencionó anteriormente, el proceso interno para el cambio o renovación de poder envuelto en graves irregularidades como: fraude, robo de urnas y luchas internas las cuales motivaron la imposición con apoyo de las instancias del Estado de derecha, de Jesús Ortega y sus chuchos por parte del Tribunal del Poder Judicial de la Federación, dejando profundamente dividida a esta organización política, que a toda costa la ultraderecha trata de desaparecer o mínimo de restarle presencia que es lo que estamos viviendo en el presente proceso electoral.
Es una lástima que quien realmente tenía en sus manos lograr paso a paso la consolidación de una izquierda con credibilidad ahora no se pueda confiar en alguien que no ha podido poner primero orden en su casa y mucho menos dar muestra de honestidad, transparencia y logro de consensos, que son atributos que la sociedad exige a alguien que aspira a gobernar.
La división interna que más que enriquecer a la izquierda por su diversidad, la empobrece por su disfuncionalidad, hoy en día difícilmente podemos tener un mínimo inventario de las fuerzas sociales de la izquierda nacional. Las viejas y muchas veces mezquinas disputas y purgas en el interior de las organizaciones de izquierda a nivel nacional, la cooptación de algunas de sus fracciones e individuos por los grupos de poder económico y político, las traiciones a sus ideales izquierdistas y libertarios surgidos del siglo XX, el surgimiento de nuevas demandas políticas y sociales con sus consecuentes y originales formas de lucha, la llegada al poder político en estados, municipios y espacios legislativos de sectores de izquierda y la propia redefinición del sistema de dominio mundial, son algunos elementos que han hecho de la izquierda un ente vasto, multiforme y algunas veces con rumbos y acciones opuestos a la transformación social.
En México no existe un frente amplio que organice la vida política y social de los numerosos grupos y organizaciones de izquierda, solo y eso es riesgoso admitirlo, ciertas coyunturas han podido dar coherencia política elemental a todo ese variado conglomerado político, más como respuestas o resistencias hacia acciones del poder que como objetivos programáticos o estratégicos, la llegada al poder de algunos sectores de la izquierda partidista la han circunscrito a una política electoral antes que a una social y democrática.
Los tiempos políticos se vuelven inciertos para un país como el nuestro, con un aparato de estado que no ha sabido resolver la problemática económica, ya que no tienen la mínima idea de cómo hacerlo y han conseguido crear una división social a los extremos, los pocos que tienen mucho y los muchos que no tienen nada o casi nada, volvemos a los tiempos del Porfiriato, con una sociedad inmersa en la desigualdad social y económica, la izquierda verdadera sería la opción de buscar un equilibrio entre los factores de la producción, la justicia social, la mejor distribución del ingreso y tratar de buscar un equilibrio político con fuerzas progresistas en beneficio de una sociedad en su conjunto como la nuestra, lamentablemente se ha dejado en bandeja de plata a las corrientes que han hecho de este país lo que actualmente estamos recogiendo de la mala cosecha durante muchas décadas a causa de la sequia de justicia social que tanta falta le hace a un país como el nuestro, hay que volver al origen para replantear lo que haga falta, dar un paso atrás para dar dos adelante y ojala surja una nueva oportunidad para bien del país.