Los padres de familia que sobreprotegen a sus hijos y no les enseñan los límites también los están maltratando, ya que están educando a futuros hombres y mujeres que serán incapaces de respetar reglas porque no las conocieron en casa, señaló el jefe del Departamento de Psicología, René Fajardo Rodríguez.
Destacó que hoy en día algunos padres se confunden y creen que deben permitir que el niño haga lo que desea, y por este motivo los menores crecen sin límites y piensan que la vida es así, que pueden hacer lo que quieran.
Comentó que en el arte de educar a los hijos, los extremos son peligrosos, tan dañino puede resultar restringir al niño y no dejarle hacer nada por su iniciativa, como también el hecho de que el infante haga todo lo que se le antoje, como si él fuera el que manda en la relación padre-hijo.
El titular del área añadió que desafortunadamente algunas mamás y papás “modernos” quieren desistir a su responsabilidad de ser padres para convertirse en “amigos” de sus hijos, y “eso es uno de los errores más graves, pues a los niños hay que escucharlos, darles atención, fomentar la confianza y tener comunicación con ellos, pero no limitarse a ser sus amigos, amigos tendrá muchos, pero en su vida sólo tendrá una madre y un padre”.
En este sentido mencionó que no se debe renunciar al papel de ser padre y madre para tener mayor acercamiento con los hijos, la confianza y la comunicación con ellos se gana con actitudes, tiempo de calidad, amor y comprensión.
Añadió que el ser amigo de los hijos debe tomarse en un sentido figurado, pero no real, los amigos cambian, los padres no.
Asimismo mencionó que la sobreprotección a los niños se ha convertido en un fenómeno de esta época, en los hogares de esta generación se tergiversan las reglas y costumbres en el hogar.
Cuando los niños están acostumbrados a no tener límites deciden las actividades y hábitos que se tienen en la casa, despojando a los padres de la rectoría en el hogar, pues son ellos quienes finalmente deciden el horario para hacer tareas, los programas que ven de televisión, lo que quieren comer, la hora a la que se duermen, y también qué hacen el fin de semana, o el lugar para vacacionar.
El psicólogo resaltó que las generaciones de padres dieron un giro, anteriormente los abuelos eran más rígidos con los hijos, y hoy se dan casos en que los niños son quienes organizan la agenda de sus progenitores, y además, hay casos en que les pegan a sus padres.
Añadió que hay tutores que “tratan a los niños como si fueran príncipes, y sin tener los recursos necesarios, se endeudan hasta cumplirles el gusto o capricho”, situación que en lugar de ser positiva para el infante, tiene el efecto contrario, ya que el menor le pierde el valor a las cosas y piensa que todo se lo merece, aún cuando su conducta no es buena.
Finalmente destacó que para no caer en estos errores lo mejor es poner límites, y si la situación ya se salió de las manos, los padres deben buscar atención especializada.