El pasado viernes se llevó a cabo en Aguascalientes el “Encuentro de Legisladores por el Fomento Cooperativo y la Economía Social y Solidaria”. Participaron legisladores locales de 4 entidades de la República convocados por el diputado local de Aguascalientes Jaime Gallo Camacho en coordinación con el Secretario de Trabajo y Fomento al Empleo del gobierno del DF, Benito Mirón Lince. Pudo haber sido un acto protocolario más de no haberse emitido un importante documento, propuesto por la Comisión de Fomento Cooperativo y Economía Social y Solidaria del Congreso de Aguascalientes, que fue aprobado por unanimidad de los asistentes. El diputado Gallo, presidente de dicha Comisión propuso el documento, al que se dio el nombre de Declaración de Aguascalientes. En ésta se insta a todos los congresos locales del país a crear comisiones de fomento cooperativo y promoción de la economía social y solidaria como estrategia para modificar el marco jurídico que permita sustituir al actual modelo económico que no ha sido capaz de ofrecer equidad y cohesión social en México.
Al aprobarse la Declaración, se añadieron dos puntos de acuerdo. El primero, celebrar una reunión de seguimiento en Michoacán con la participación de más estados de la República el próximo mes de septiembre. El segundo, tendiente a establecer un importante enlace estratégico y programático con a la sociedad civil, consiste en presentar el documento en el marco de la tradicional Feria Nacional de Productores y Consumidores Lucha Rivera que se llevará a cabo el sábado 1º y domingo 2 de agosto de 2009. En su 10ª edición anual, la feria reúne en Dolores Hidalgo, Gto., a prácticamente todas las comunidades y organizaciones civiles, campesinas, académicas y sociales del país comprometidas con un proyecto económico alternativo conocido como Economía Social y Solidaria.
En el encuentro de legisladores, se concluyó que no habrá repunte en el empleo si no se impulsa la economía social. Y es que el actual modelo económico prevaleciente, como quien este escribe afirmó en el encuentro, no ofrece viabilidad social ni garantía de supervivencia económica para la gran mayoría de la población en el corto y mediano plazo. Por esta razón, en México, más que de falta de empleo y oportunidades, ya se habla de hambre e incremento de descontento social. Éste, en el ambiente del centenario y bicentenario de nuestras revoluciones, puede derivar en brotes de violencia que bien pudieran estar siendo ya reprimidos por la creciente militarización justificada oficialmente por el combate a la delincuencia.
Mucho insisten las autoridades federales de que la crisis ha tocado fondo, pero las cifras duras no ofrecen respaldo a sus declaraciones. Si bien la cifra de la desocupación abierta parece haberse estabilizado a nivel nacional en cerca del 6% de la población económicamente activa (PEA), las cifras del subempleo y de la “Tasa de condiciones críticas de ocupación” (TCCO) continúan en aumento. Un dato preocupante es el hecho de que aún teniendo ocupación, los ingresos percibidos no alcanzan para satisfacer las necesidades de una enorme cantidad de personas.
El “Salario Mínimo” ha dejado de ser un referente básico de percepciones. Su poder adquisitivo se ha reducido a tal grado que para adquirir el mínimo necesario para la supervivencia de la población promedio, se requieren al menos 3 “Salarios Mínimos” ($160 diarios, en promedio). Actualmente 7 de cada 10 personas ocupadas -un total de 30.7 millones de personas-, perciben 3 “Salarios Mínimos” o menos. Guardando la proporción que supone que de cada persona ocupada dependen 2.4 personas, podemos estimar que 73 millones de mexicanos viven con menos del mínimo necesario. Sumando los 5.4 millones de la población desocupada y sus dependientes económicos, resulta que más de 78 millones de personas viven actualmente en apretura económica.
Ningún gobierno sensato puede pasar por alto estas cifras y mucho menos aferrarse a un modelo económico que a todas luces ya no sirve cuando el 73% de la población del país está sufriendo por carencias económicas y, además, una elevada proporción de la población sufre por la inseguridad pública.
El cambio de modelo económico no sólo es deseable, sino urgente. La Declaración de Aguascalientes es de enorme relevancia en este momento. La Feria de Dolores Hidalgo ofrece opciones. Con mesas y talleres de trabajo, mesas de negocios, intercambio de experiencias y actividades recreativas, se difundirán los esquemas propios de la Economía Social y Solidaria con los cuales se pretende sustituir al actual sistema económico capitalista depredador. Estos esquemas abarcan: agroecología y ecotecnias biointensivas, medicina natural, redes de comercio justo, trueque y multitrueque, articulación comercial e información de mercados con alta tecnología, uso de moneda complementaria, banca ética, producción-consumo responsable y sustentable, viviendas ecológicas, entre otros. Otra economía es posible, y no debemos esperar al estallido social para reaccionar. n
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