Aunque en realidad se requiere de muy poco para echar a andar una unidad de cuidados paliativos, 6 millones de pesos “presupuesto que fue asignado para ese fin- no sería suficiente, ni lo único necesario para mantenerla, pues además del reabastecimiento constante de medicamentos, se requeriría de cierto número de profesionales en diversas áreas para brindar la atención adecuada.
Víctor Hugo Ruíz Ponce, especialista en medicina paliativa y director de la fundación Intervive, señaló que, basándose en una encuesta española, se podría estimar que Aguascalientes tuviera 70 casos de enfermos terminales, de cualquier edad.
Explicó que, dado que el 90 por ciento de los pacientes se atenderían en sus hogares, el otro 10 por ciento requeriría atención en un hospital “que no fuera para curar, sino para morir”, en cuanto que le garantizara las condiciones para terminar su vida con toda dignidad y con el menor dolor posible.
En ese sentido, una unidad de cuidados paliativos tendría que contar con un inmueble donde se instalaran las oficinas administrativas, algunos consultorios, una farmacia y una pequeña clínica para estadías ambulatorias y para los pacientes que no tienen familiares y deseen morir en ese lugar.
En esta área se ofrecerían tratamiento, terapias, asesorías y se extenderían los certificados; primero se establecería contacto, se realizarían las valoraciones médicas que permitieran determinar qué tratamiento se debe seguir, no con la finalidad de curarlo, sino de aliviar su malestar, ya que una persona en esas condiciones puede manifestar entre 14 y 16 síntomas, aunque estos no estén relacionados con la enfermedad que padece.
Otro gasto se destinaría a surtir la farmacia, que tendría que contar con materiales de curación, sangre (para controlar anemias), analgésicos, sedantes y otras sustancias, como la morfina, que es muy necesaria en estos casos y cuyo control dificulta la labor de los médicos.
En cuanto al personal, independientemente del administrativo, un paciente debe tener a su disposición un equipo compuesto por un algólogo, una enfermera, una psicóloga y/o tanatóloga y una trabajadora social, aunque no todos actúa en el mismo momento o incluso con el paciente, pues los cuidados paliativos se extienden a la familia de la persona desahuciada.
El costo de la consulta con cada uno de los especialistas es de entre 300 y 500 pesos, variando según los resultados del estudio socioeconómico que se realice a cada familia.
Con el presupuesto estimado y tomando en cuenta todo lo anterior, lo ideal sería tener cinco equipos que cubrirían el 60 por ciento de la demanda en Aguascalientes, pero a la vez necesitarían unidades móviles para trasladarse a atender a cada persona.
Ruíz Ponce consideró que ese panorama es posible, siempre que las instituciones y los especialistas en esa clase de cuidado trabajen unidos para lograr una capacitación acorde a las necesidades de los aguascalentenses, insistiendo en la opción de la subrogación de pacientes y el apoyo de la sociedad.