El PRD tiene que analizar y reflexionar con frialdad sus resultados, no caer en la tentación de la catarsis visceral, donde el principal argumento sea “la mea culpa” o “la cacería de brujas” y creer que todo tienen que ser mediato –resultados y tareas- por la necesidad electoral. Se tienen que discutir a fondo desde una visión integral y profunda, desde la causa y efecto, viendo pasando por el presente y mirando el futuro. Si bien la reflexión se tendrá que dar en los órganos del partido, es necesario salir a airar nuestros puntos de vista y que los amigos de la izquierda y del partido, nos critiquen y digan qué fue -para ellos- lo que se ha hecho mal o se ha dejado de hacer, si bien para algunos resultan las fallas evidentes y para nosotros es necesario subrayarlas y repasarlas, ya que fueron factor importante para que se impusiera el pragmatismo en esta elección.
Sin duda un grave error fue enfrascarnos en una esquizofrenia interna, donde dos visiones encontradas, estaban constantemente tropezando entre ellas, y que muchos trataron de prolongar el conflicto post-electoral de la elección interna al ajuste de cuentas en la campaña constitucional.
Se perdió en el contraste ideológico, nuestras propuestas fueron ambiguas y poco concretas para el elector, nos perdimos en aclarar que no estábamos divididos cuando el pueblo necesitaba mensajes que transmitieran que podríamos solucionar sus problemas económicos, de seguridad, de oportunidades.
En la estrategia electoral poco se pudo hacer frente a las maquinarias corporativas; querer dar la batalla y ponerse al “tú por tú” en la organización de las estructuras promotoras, cuando el PRI y el PAN las aceitan con las dádivas de los programas asistenciales y el Panal con el corporativismo sindical, sólo desembocó en intentar imitar una práctica que no podríamos sostener.
Nos equivocamos en no tener memoria de nuestros errores pasados, pero también en no querer ver nuestras virtudes históricas. El PRD ha sido electoralmente exitoso cuando se une en torno a proyectos, que están por encima de personas o grupos –por importantes que estos sean-, proyectos surgidos y pensados para el pueblo mexicano o en su caso para una región. El PRD ha sido exitoso en la vida política del país cuando ha incidido en los grandes temas de la nación sin un interés sectario, ¿ejemplos? La reforma electoral del 94 y la ciudadanización de los órganos electorales, la instauración de las figuras de Ombusman, la batalla por la no privatización de PEMEX, entre muchas otras.
En nuestro estado la estabilidad interna, no fue suficiente para revertir la tendencia nacional, por mayor esfuerzo en las campañas no encontramos la ruta para vincularnos con las necesidades del ciudadano; el corazón y el ímpetu en trabajo, las victorias en los debates no fueron suficientes para vencer las estructuras clientelares. El porcentaje obtenido es crudo y frio y no podemos esquivar.
Hay millones de personas en el país y miles en nuestro estado, que están buscando una opción distinta, una opción social de izquierda capaz de entender los retos que exigen los problemas actuales, capaz de dar soluciones de fondo y no coyunturales, pero esos ciudadanos no van a creer en un partido sectario y en constante conflicto, que siempre pone por delante la inmediatez de lo interno por encima del fondo de los problemas del pueblo.
Sin duda nuestro partido se tienen que refundar y reorganizar, dejando atrás los desfasamientos programáticos, los dogmas caudillistas y caciquiles, donde se devuelva la institucionalidad interna y se formalice una nueva forma de convivencia de los grupos, corrientes y liderazgos que son una realidad; esto no sólo es una batalla local, gran parte depende de las reforma nacional al partido, pero el PRD de Aguascalientes tiene la obligación de buscar la vinculación ciudadana en nuestro estado que en veinte años sólo por coyunturas se ha dado.