El rezago educativo en Aguascalientes debiera quitarle el sueño a las autoridades de gobierno independientemente de que el estado no sea de los que en general tienen mayores niveles de rezago o marginación, comentó Bonifacio Barba, académico de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y especialista en cuestiones educativas.
Independientemente de los indicadores que el Consejo Nacional de Evaluación de la política de desarrollo social (CONEVAL) tomó en consideración para asegurar que Aguascalientes no está dentro de los estados con mayor marginación o rezago, la situación en el estado no es buena.
Es alarmante el nivel de rezago educativo que tiene el estado cuando el estudio de CONEVAL señala que el 41 por ciento de la población mayor de 15 años de edad tiene incompleta su educación básica.
“Es una situación grave, aunque Aguascalientes esté mejor que otros estados, la situación de la educación debería quitarle el sueño a todo el mundo”.
La comparación de alguna manera le sirve al estado porque obviamente hay estados menos favorecidos que Aguascalientes, pero este es un buen momento para cuestionarle al gobierno del estado los préstamos para el Necaxa y para hacer películas, como la de Diego Luna que han tomado en consideración por encima de las educación.“No se vale que se gasten en otras cosas, si no van a invertir en educación”.
Algunos otros factores que influyen en el rezago educativo es la falta de actividad gubernamental para el fomento a la educación, influye también la motivación que las mismas personas tengan para continuar sus estudios porque muchas veces no lo ven como algo indispensable más bien la consideran inútil; en este sentido el mismo sistema educativo tiene que ver la forma de hacer atractiva la oferta y plantearla como un elemento útil para el desarrollo.
Cuando las personas no tienen la educación básica carecen de elementos para acceder a un mayor nivel de desarrollo y bienestar, la escolaridad da también a los estados y al país un nivel de competitividad social que a su vez se va ligando con otros ámbitos.
Además del desarrollo personal y comunitario, la educación influye en la cultura política, es ahí donde se sabe qué tanto conocen, participan las personas y exigen, “surge la pregunta si no tienen educación participarán política y electoralmente”.
De acuerdo a los últimos datos, el registro del abstencionismo es también grave, teniendo además en consideración que muchas veces si los candidatos ganan con poca participación no se sienten comprometidos a cumplir, aunque ellos debieran cumplir con sus compromisos independientemente de la cantidad de gente que vote.
Para Bonifacio Barba, la situación actual de la educación no presenta muchas alternativas el gobierno debe encargarse de sus responsabilidades y hacer que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), deje de involucrarse con la estructuración de planes y programas y que sólo se limite a una relación laboral.
“Cuando se recupere el poder público sobre el servicio educativo, entonces otras variables serán las que les preocupen al sistema y no la falta de una estructura sólida”.