El periodista mexicano, Carlos Fernández-Vega, criticó el rumbo económico que ha tomado el país durante los gobiernos panistas, asegurando que el país se encuentra en una disyuntiva en la que las dos únicas alternativas eran un cambio de rumbo radical, «o el caos».
Al dictar una conferencia en la Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID), Campus Aguascalientes, el analista político y económico de La Jornada, hizo énfasis en que los ciudadanos deben de medir los resultados de los gobiernos «más allá de izquierdas y derechas», advirtiendo que la clase política mexicana ha defraudado la confianza de los mexicanos, «incluyendo al PRI, PAN y PRD», puesto que los partidos de oposición han demostrado los mismos vicios, cuando han tenido oportunidad de ser gobierno en las entidades de la república mexicana.
El autor de la columna México SA privilegió la problemática económica, en la que se ha visto envuelto el Estado Mexicano, durante su participación, lamentando la permisividad que existe en el país hacia la pobreza, la desigualdad y el desempleo, que se da, a juicio de Fernández-Vega, por la simbiosis y complicidad entre los poderes fácticos privados del país y el poder público.
En defensa del periodismo honesto
Asimismo, quien fuera presidente del consejo de administración de La Jornada, condenó que esa triste realidad económica que padece el pueblo de México se dé ante el silencio de muchos de los medios de comunicación, haciendo hincapié en el grave rezago que existe, especialmente, en las entidades federativas, en relación al ejercicio de la libertad de expresión, sin dejar de mencionar que también en el gobierno federal persisten incongruencias, como el hecho de que la comunicación social se le deje «a un ex baterista de Timbiriche», que quiere arreglar las cosas «a baquetazos», denunciando un boicot publicitario por parte del gobierno de Calderón contra La Jornada.
Sobre este tema, subrayó que es lamentable que existan cotos de poder en las oficinas de gobierno de los estados de tal magnitud, que se atreven a pedir la cabeza de periodistas que ejercen libremente su oficio, que señalan las deficiencias y corruptelas en dependencias o secretarías gubernamentales.
El tres veces ganador del premio nacional de periodismo señaló que los métodos de represión se han ido refinando sobre todo en la capital del país, sin dejar de ser deprimentes, donde los actores políticos insisten en trasgredir la libertad de prensa e imponer agenda en los medios, a través de incentivos económicos para las los directores y jefes de las redacciones. Sin embargo en los estados persiste una forma más primitiva de coerción, en la que se trata de manipular a los reporteros por medio de regalos o sobornos ínfimos, prostituyendo la profesión por nada “no venderse por lentejas duras”, recomendó a reporteros y estudiantes presentes en la UNID.
Explicó que sin duda los medios son un negocio, pero el tema económico no debe ser el eje central de una empresa de comunicación, su obligación es denunciar, señalar los desaciertos e incongruencias de los gobernantes, que afectan y trascienden en la vida del pueblo al que representan. Ejemplificó con el caso del periódico español El País que después de tener ideales muy claros de corte social, los intereses monetarios de sus propietarios y la autocomplacencia de los reporteros superaron los ideales y lo convirtieron en un diario cerrado.
Fernández-Vega platicó su experiencia de más de 20 años como periodista en La Jornada y recordó sus inicios en ese diario, al que llegó casi desde que éste se abrió en la década de los 80s.
Partió de su experiencia en la creación de un nuevo medio que irrumpió en la vida nacional en la década de los ochenta y que marcó pauta para el desarrollo de una prensa libre, que hablara de los problemas de la sociedad sin tapujos.
Señaló que durante el primer año del periódico, el gobierno no se preocupó por el diario pues se pensaba que pronto moriría. Fue hasta el segundo aniversario que la gente se enganchó con el estilo del periódico, sobre todo por la coyuntura que se dio a raíz del terremoto de 1985, por la cobertura amplia que se dio del suceso. Nació así uno de los puntos más importantes de La Jornada, sus fieles lectores, personas que exigen contenidos de calidad y sobre todo fuera de la línea gubernamental, periodismo de denuncia que cuestionaba las acciones de políticos.
Sara Mérigo Lambarri, rectora de la UNID manifestó su agrado por la visita de Carlos Fernández y la importancia de que jóvenes tengan contacto con una personalidad del periodismo nacional que abrieron brecha y fueron factor de cambio en los medios del país, dando la oportunidad de conocer visiones diferentes. Destacó como el aporte más grande de la visita para los estudiantes como la invitación a la reflexión y a sortear las dificultades como oportunidades de desarrollo que en el futuro se traducirán en beneficios para el país y la sociedad.