ste domingo 5 de julio se nos acaba la fiesta, al fin van a ser las elecciones, tras el tiempo de campañas (siempre demasiado), idealmente todo se resolverá en el momento en que el ciudadano deposite su voto en la urna, vendrá el conteo, la declaración de los vencedores, la pataleta de los vencidos, la confirmación de las encuestas. ¿Después?, los legisladores sentados en su curul, levantando la mano, durmiendo ante la pantalla de su flamante equipo electrónico, comploteando en los pasillos, evadiendo a los reporteros que los acechan, acechando a la prensa que rehúye sus grises declaraciones.
Los diputados federales regresarán de vez en cuando a las entidades que representan, algunos de ellos a colgar mantas en las que anuncien su “Informe de trabajo” en algún salón donde se esforzarán en leer lo que alguien les escribió, un discurso que describa su actuación como brillante, audaz, un texto que a nadie le importará y por eso no ha de evitar que se le vean las costuras, las imbricadas machincuepas discursivas para evitar la confesión de que ser diputado es bien bonito porque te dan para arreglarte los dientes, pagan viáticos, gastos de representación… Pero eso será después.
Este domingo es el fin de la fiesta. Así que póngase cómodo y déjese consentir, porque va a pasar un buen rato para que vuelva a ser el centro de todas las atenciones, no más mítines relámpago ni mandiles ni tortilleros, tampoco bolsa para el mandado o gorras o playeras, no más fotos de cuerpo entero y tamaño natural de Hernández Vallín diciendo “saaaaabe”, ni defensas del terruño por parte de Jaime Randolph acusando a los fuereños de la inseguridad, adiós al show de los juanitos, lopezcampas y moscoreyes, nada de que le vuelven a organizar un debate entre dirigentes partidistas para que se entere de qué va el asunto, ni foros donde expliquen que si voto nulo, blanco, por Cantinflas o razonado, prepárese para decirle adiós a las cadenas de correos sin argumentos pero enjundiosos, no más artículos sesudos o jocosos sobre las elecciones, los videos de Germán Martínez cambiarán de tono, bajará el raiting en You Tube de las imágenes donde aparecen Cuadra y Luis Armando Reynoso con jocosos fondos musicales… Todo eso que hacían para usted, para nosotros los electores. Así que no más apapachos, a partir del lunes de vuelta a la condición de ciudadanos, solos ante las responsabilidades y derechos de siempre, ya nadie nos va a chiquear. Se acabó pues.
Este domingo los que salgan a votar, como quien está en fiesta, van a tener la oportunidad de elegir con quién bailan la pieza apretadita de los próximos años, algunos se quedarán en blanco, otros se animarán con la más fea, los más harán pareja con la de siempre. Los que no salgan a votar, bueno, no lo saben, porque están en la fiesta pero no se quieren dar cuenta.
Este domingo se acaba la fiesta, durante este tiempo se nos ha hecho creer que somos los agasajados, con tanto lisonjeo durante las campañas uno llega a creer que el enorme pastel y las viandas nos están dedicadas. El día siguiente, será como todo final de festejo, alguien tendrá que limpiar los destrozos del inevitable borracho, recoger los vasos rotos. Entonces tendremos, una vez más, la oportunidad de reconocer que la democracia no es sólo el voto. Ante el esfuerzo que implica limpiar la casa será posible recordar que por delante quedan muchos días y más opciones para ser ciudadano y no un elector chiqueadote.
Este domingo salga y vote (o no, es su derecho y responsabilidad), después tiene la oportunidad de pensar si quiere seguir haciendo así las fiestas, si le basta con un poco de atención y regalitos, si basta con un poco de labia para que la hagan sentir la consentida del profesor o más bonita que ninguna. n
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