Un grupo de estudiantes y vecinos del arroyo El Cedazo sembraron ayer árboles en uno de los costados del lecho del arroyo y en una área verde de una unidad habitacional aledaña. Fueron 95 árboles por los que fueron al vivero municipal, la actividad la coordinó Mario Saúl Pérez Chávez, vecino del lugar y miembro de la asociación Zoyatal.
Iniciaron su actividad desde las nueve de la mañana, en total fueron aproximadamente 30 personas de las cuales la mitad eran estudiantes del Conalep que están haciendo sus servicios social en este espacio y los demás fueron vecinos de la unidades habitacionales que se sumaron a este proyecto de limpiar y reforestar esta área para convertirla en un pulmón vivo de la ciudad.
Las especies vegetales que Mario eligió para la siembra fueron pirul, fresno, eucalipto, falso mezquite, álamo y pirul brasileño. Normalmente esta reforestación que hacen en el arroyo la tienen pensada con un año de anticipación generalmente lo planean así, para saber cuáles tienen que sustituir los que se murieron por incendio o por robo, ahora con la idea de ocupar una nueva manzana de una unidad habitacional más que se sumó a la actividad de reforestación.
“Ese nuevo espacio es muy grande, en el que caben alrededor de 50 árboles y en el arroyo caben otros 30, con esto vamos a tener un buen espacio de área verde”.
Algunas de las especies son más resistentes que otras hacia el clima de la ciudad como los pirules, las casuarinas y los eucaliptos y otros no tanto, como los fresnos y las jacarandas. De acuerdo a este nivel de resistencia al medio fue que decidieron donde sembrar cada uno de los árboles.
“Los que son más fuertes podemos sembrarlos en áreas donde no podemos estar cien por ciento al pendiente de ellos y los que requieren de mayor cantidad de agua y cuidados los vamos a sembrar cerca de las unidades habitacionales o en lugares accesibles para cuidarlos, cuidándoles de los incendios forestales y de las hormigas”.
“Tenemos una variedad de árboles que esperamos se vea bonita, luzca y que resista con cuidados las situaciones de nuestro estado”.
Los cuidados normales que requieren los árboles recién plantados son un poda antes de sembrarlos, un riego, con el tiempo deben deshierbarse sobre todo las que están cerca del arroyo, regarlos en tiempos de seca y cuidarlos de las hormigas arrieras.
De la última plantación que fue la del año pasado, les fue muy mal sólo sobrevivieron el 50 por ciento a causa de los principales factores de riesgo que fueron los incendios, porque la gentes sigue haciendo quemas de manera intencional y la falta de agua en los tiempos de secas.
Hablando de incendios hace aproximadamente quince días hubo una zona que incendiaron en la que se dañaron alrededor de 10 árboles, de los cuales habrá algunos que podrán salvarse, pero otros irremediablemente morirán.
“Normalmente le prenden con todo propósito, no son accidentales, por alguna razón tiene la idea de que el fuego limpia, le llaman basura a la hierba y es un mal entendido junto con esa idea de que si quemas brota más rápido lo verde”.
Por su parte, Rosa María Luna Vega, es parte del grupo de la nueva unidad habitacional que se sumó a la plantación, son un grupo de seis vecinos con sus respectivas familias que por idea de los niños buscaron la forma de reforestar el área para al mismo tiempo rehabilitar una cancha de futbol que los niños tenían empastada, pero que la nevada estropeó.
En la unidad hay ocho edificios de 16 viviendas, pero sólo hay 10 ó 12 casas ocupadas en cada uno, aunque no todos están dispuestos a colaborar, por esperar que otro haga o que el gobierno haga algo.
Raúl Escoti, es uno de los niños que tuvieron la iniciativa de reforestar el área, “a nosotros nos gusta jugar con pasto porque cuando llueve no podemos jugar y enfrente los vecinos nos corrían porque les dábamos balonazos a su casa y entonces queremos aquí el campo”.