Según cifras del INEGI, en un corte del año 2006, el más reciente publicado por esta dependencia, el estado de Aguascalientes tiene el primer lugar en cifras de suicidio en mujeres por cada 100 mil habitantes.
Según este informe, la tasa de « muertes por lesiones autoinflingidas» en el 2006, año del más reciente estudio, en la entidad se registraron 2.89 suicuidios por cada 100 mil habitantes, seguido de Campeche con 2.64 muertes de mujeres por esta causa. Más abajo, el estado de Tabasco tuvo 2.61 suicidios de mujeres por cada 100 mil habitantes. Los estados con más baja tasa fueron Guerrero, con 0.79 muertes por cada 100 mil; el Estado de México, con 0.74 y el que menos suicidios femeninos tuvo fue el de Tamaulipas con 0.66 por cada 100 mil habitantes. El año del estudio, en la entidad se registraron 11 suicidios femeninos, según datos proporcionados por la Procuraduría general de justicia del estado (PGJE) obtenidos utilizando la ley de transparencia estatal.
El año 2007, la cifra disminuyó en una, registrándose 10 suicidos de mujeres y el 2008 cerró también con la cifra a la baja, con 8 suicidios, según la respuesta de la PGJE.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los suicidios representan cerca de la mitad de muertes violentas y se registran casi un millón de decesos por esta causa anualmente alrededor del globo. Asimismo el organismo internacional proyecta que para el 2020 las muertes podrían incrementarse hasta el millón y medio por año.
Desde el 2003 los niveles de muertes por suicidio en Aguascalientes contabilizaron 68 casos, los tres años anteriores el promedio fue de 43 suicidios anuales. De 2004 a 2006 se registraron en promedio 60 casos; en 2007 se registraron 52 casos y 48 en el 2008.
La cifra disminuyó los últimos dos años, en lo que va del 2009 suma 22 decesos;según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el porcentaje de muertes por suicidio con respecto al total de muertes violentas en un periodo de cinco años es de 12.3 por ciento, ubicando a nuestro estado entre las diez entidades federativas con mayor índice de suicidios. Respecto a las estadísticas de suicidios en Aguascalientes desglosadas por municipios, en el de la capital del estado se registran casi la totalidad de los eventos, mientras que en los del interior ocurren apenas uno o dos casos, a excepción del año 2008, que en el municipio de Jesús María se presentaron seis decesos por esta causa. En contraste, resalta el caso del municipio de San José de Gracia que desde el 2006, según el reporte del departamento de vigilancia epidemiológica de las adicciones, no ha presentado suicidios.
Los datos estadísticos destacan que es mucho mayor el promedio de hombres que mueren por suicidio. La Secretaría de Salud (SS) señala en un estudio realizado en 2006, que la tasa de mortalidad por suicidio es 5 veces mayor en hombres que en mujeres; en esta misma investigación resalta que en Aguascalientes se observa la tasa más alta de muertes en mujeres por esta causa, seguido de Campeche y de Tabasco.
Según la OMS, la muerte de hombres por suicidio suele ser más frecuente que en mujeres a nivel mundial, sin embargo refiere que los intentos de suicidio pueden ser hasta 40 veces más frecuentes que los suicidios consumados, siendo mayor los intentos por parte de las mujeres.
Para el caso de Aguascalientes esta generalidad también se cumple, en los últimos tres años un promedio de 43 hombres han cometido suicidio, contra un promedio de 9 mujeres en el mismo periodo. El rango de edad con mayor incidencia en la población hidrocálida que comete suicidio es de 20 a los 45 años de edad. Los datos proporcionados por el INEGI indican que el método más utilizado para quitarse la vida, en Aguascalientes y nivel nacional, es el ahorcamiento.
En relación a las causas de este problema social en Aguascalientes, Héctor Grijalva Tamayo, director del Centro de Salud Mental Agua Clara, en entrevista con la Jornada Aguascalientes, comentó que actualmente se tiene más información al respecto, sin embargo señala que aun hay muchos vacíos que tienen que ser llenados con investigación psicosocial, que ni siquiera a nivel nacional se realiza.
Para el caso de nuestro estado refiere que debido al aumento de suicidios que se registraron en el año 2000, surgió la necesidad de saber por qué estaba ocurriendo este fenómeno, además de tratar oportunamente a aquellas personas con tendencias o ideación suicida y que ayudara a personas con trastornos emocionales; así nació el Agua Clara.
Fue entonces cuando comenzó a haber un poco de luz sobre las causas: “Nos dimos cuenta que el suicidio era un problema, pero por número no era el más importante, lo más importante era la violencia intrafamiliar y derivado de la violencia intrafamiliar, la violencia en la pareja, la violencia en la familia, venían depresión y el suicidio como un síntoma grave de esa depresión añadido a otros comportamientos como las adiciones y violencia social. “
Manifestó que producto del trabajo de casi diez años, Agua Clara ha podido realizar un perfil del suicida hidrocálido: es hombre de entre 25 y 40 años, en edad productiva, católico, casado o con vida de pareja, empleado, con estudios de secundaria, que comete el suicidio bajo la influencia de alguna droga y por lo general lo hace por medio del ahorcamiento.
Las causas principalmente son conflictos de pareja y de violencia intrafamiliar, “no es verdad que la gente se suicida porque no tiene empleo, dinero o por los conflictos del país”, apuntó que es posible que los problemas económicos puedan ser un factor, pero no es el más importante ni el más frecuente.
El especialista indicó que hay muchos mitos alrededor del suicidio, generados por la falta de conocimiento de este fenómeno. Dijo que la gente tiende a pensar influenciado por las películas, películas o algunos otros medios de comunicación, que las mujeres prefieren utilizar métodos menos violentos y los hombres se matan con pistolas, que todos dejan notas póstumas o que el índice sube en la temporada de invierno.
Explicó que es común que se recurra al ahorcamiento porque es accesible, “no se disparan porque no es fácil tener un arma”. Asimismo, expresó que no hay datos suficientes para decir que los suicidios son más frecuentes en invierno, “este rumor viene de estudios que se han hecho en países europeos, que no necesariamente se aplican a México”. Las notas póstumas dijo, tampoco son tan recurrentes como se piensa. Sobre este tema expuso que cuando se encuentran este tipo de documentos son de gran valor, por su escasez y porque revelan mucho del comportamiento del suicida y las causas que lo generan. Refiere que por las cartas que se dejan a familiares, en apariencia suelen ser pacíficos, se disculpan por provocarse la muerte, se despiden, pero por el contrario, el suicida pretende dejar una marca permanente a quien se la dedica, “para que no te olvides de mí y quedes eternamente ligado a mi persona”. Grijalva Tamayo mencionó que el proceso terapéutico en un pre-suicida puede durar varios meses, pero advirtió que con constancia y el seguimiento adecuado es efectivo; por lo general, el problema se limita a una depresión que no necesita medicamentos y sólo en muy pocos casos es por trastornos psiquiátricos. Destacó que el apoyo de la familia es vital en el proceso, “se hacen terapias de grupo, donde el enfermo se desahoga y en un ambiente contralado por un psicólogo, saca sus resentimientos o frustraciones hacia sus familiares” a fin de hablarlos y resolverlos.