Amiguismo y manipulación por parte del sindicato del Hospital Miguel Hidalgo es lo que provocó el rechazo de las más de 70 bases federales que se habían ofrecido a dicha institución, denunciaron ayer los trabajadores eventuales y suplentes ante administrativos del Instituto de Salud del Estado (ISEA).
El grupo compuesto por alrededor de 20 enfermeras, camilleros y vigilantes se quejó también de que el director del HH, Gerónimo Aguayo Leytte siempre los ha manejado con engaños, ofreciéndoles una versión de la situación muy diferente a la expuesta por el ISEA.
Los empleados señalaron que, durante los 4 a 9 años que tienen laborando en el Hospital Hidalgo (HH), han sido víctimas de injusticias, malas condiciones de trabajo y violación de sus derechos por supuestos compromisos del sindicato y manipulación a la dirección.
Acusaron al director, Gerónimo Aguayo Leytte, de actuar bajo la manipulación del líder sindical del HH, Jorge Ortega Alba, quien ha expresado reiterada y abiertamente la lucha que mantiene en contra de que haya trabajadores federalizados en ese centro médico, lo mismo que la jefatura de enfermería y otras áreas del hospital.
Afirmaron que ya ha sucedido en ocasiones anteriores que se otorgan bases “por dedazo”, debido a compromisos adquiridos por el sindicato del hospital, al cual no tienen derecho de estar afiliados por sus condiciones laborales.
Explicaron que para poder acceder a la basificación, se les piden ciertos requisitos, entre los que se encuentran, los conocimientos, el nivel de preparación y la antigüedad, y que en varias ocasiones se vio que las obtenían personas con menos años que ellos al servicio del nosocomio.
Al ser de su conocimiento que el HH ya rechazó las bases federales, solicitaron a los administrativos de ISEA, Gustavo Martínez y Salvador García, su reubicación en otro hospital del Estado; sin embargo ese movimiento resulta imposible, dado que todos ellos pertenecen a la nómina del Hidalgo, que desde hace dos años es descentralizado del Instituto.
Los funcionarios comentaron que según la ley del ISSSTE, hay un plazo de 5 años para regularizar la situación del personal del sector salud y, al ser éste el segundo, todavía tienen oportunidad de conseguir las plazas el año entrante.
Aclararon que al ser el hospital un organismo descentralizado, el ISEA no tiene obligación alguna para con los trabajadores, aunque la intención del director, Ventura Vilchis Huerta, era que el convenio firmado con la Secretaría de Salud (SSA) beneficiara a todos los miembros del sector en el Estado. Pero, ante el rechazo de las bases por parte del hospital, el instituto no puede obligarlo a tomarlas.
Los afectados externaron que Aguayo les había dicho que las condiciones para tomar las bases habían cambiado, cosa que no desmintieron los miembros del ISEA, pero aclararon que el director del centro médico ya tenía conocimiento de ello desde que iniciaron con el análisis de los expedientes para determinar cuántas bases corresponderían a este hospital.
Les aseguraron que en el mencionado convenio ya se preveía que el HH continuaría aportando la suma que invierte actualmente en los sueldos de estos trabajadores, mientras la federación daría el resto para completar el sueldo que les correspondería como plantilla de base, por lo que este beneficio no hubiera le significado un gasto extra.
Ante esto, enfermeros, camilleros y vigilantes denunciaron que el director les había garantizado a varios de ellos, personalmente, que contarían con base federal, por lo que no era necesario que convocaran la estatal, porque incluso podrían perder ambas.
Sobre las condiciones de trabajo, se quejaron de que, a pesar de realizar el mismo trabajo que los trabajadores de base, las prestaciones y el trato que recibían no era el mismo y citaron el ejemplo de una de las enfermeras que se contagió por tratar a los pacientes con influenza, quien por ser suplente no tuvo derecho a la cuota de riesgo y todavía le rebajaron la parte correspondiente a los días que faltó por su convalecencia.
Desde las 10 de la mañana, los trabajadores esperaron al director del ISEA, quien debido a un evento no previsto en agenda, los atendió casi dos horas después.