A menudo pensamos que ser maestro es algo carente de valor. En medio de todas las dificultades actuales, ¿qué tanto podemos hacer con la propia formación recibida, más técnica e ideológica que científica? qué podemos hacer con los alumnos en las condiciones actuales nada propicias para el aprendizaje? ¿de dónde podemos sacar fuerza para la tarea encomendada en un medio que no sólo ignora, sino que desprecia la educación y la labor del maestro? ¿qué podemos hacer si el mismo campo educativo está minado por los intereses de mercenarios ajenos a la educación ¿qué es lo que puede darnos la ‘simple didáctica’?
Comenio intenta proporcionar una especie de introducción a la filosofía de uso universal, cuyo centro es la pansofía. Lo anterior le lleva al problema de cómo explicar la necesidad de fundar la enseñanza y la especulación filosófica general. Hace tres siglos, en su Didáctica Magna, pretende proporcionar una ciencia a priori de la educación, opuesta a los ensayos empíricos a posteriori de sus predecesores, sin embargo cuando habla de la enseñanza de la ciencia, de la verdad y la certeza, y en numerosos ejemplos y pasajes invoca la sensación. A pesar de esto, él está más allá de un sensualismo empírico pues en él existe, una propuesta original basada en una síntesis teórica y una síntesis entre el hombre y la naturaleza.
Su metafísica se inserta entre la escolástica de inspiración aristotélica y el mecanicismo del siglo XVII. La filosofía de Bacon, no en el empirismo, sino en la vuelta a la naturaleza y a la instauratio magna. El lenguaje aristotélico es evidente pero tiende a sustituir la jerarquía inmóvil de la forma por las nociones de superación y emergencia y la armonía entre los diversos reinos, una resonancia neoplatónica. Por todo lo dicho, distintas dificultades de comprensión de Comenio y las líneas directrices de la obra de Comenio se iluminan de manera inesperada: para Comenio, la educación del niño no se reduce a la formación de la escuela y la familia, es un proceso que afecta a toda la vida de la persona y sus múltiples adaptaciones sociales: concibe a la sociedad en su totalidad sub especie educación. (Propone una mirada educativa de la naturaleza y la sociedad) y explica su filosofía de educador en un siglo en que la educación se basaba en técnicas sin teoría o en observaciones generales, sin que se intentara constituir una ciencia pedagógica o didáctica.
La idea central es sin duda la de la naturaleza formadora, que, al reflejarse en el espíritu humano gracias al paralelismo entre el hombre y la naturaleza, origina, por el mismo orden de las cosas, el proceso educativo. Ese orden constituye el verdadero principio de la enseñanza, pero es un orden activo y el educador sólo podrá desempeñar su tarea si se convierte en instrumento de poder de la naturaleza. Por consiguiente, la educación se une al proceso formador que anima a todos los seres y que no es sino uno de los aspectos de ese vasto desarrollo. Por esta razón, dicho proceso no se limita a la acción de la escuela y de la familia, sino que es solidario de toda la vida social: la sociedad humana es una sociedad de educación, idea que sólo encontrara su expresión positiva durante el siglo XIX, pero que Comenio entrevió desde la perspectiva de esta filosofía de ahí la ambición desconcertante de la idea “pansófica”: “enseñar todo a todos y desde todos los puntos de vista”. Así como la unión fundamental del ideal educativo y el ideal de organización internacional.
Vislumbramos entonces cómo el Comenio metafísico y el mismo Comenio que se enfrenta con las mil dificultades prácticas consigue la unidad interior y encuentran en ella la construcción de una filosofía basada en la educación: el genio de Comenio reside en haber comprendido que la educación es uno de los aspectos de los mecanismos formadores de la naturaleza, con lo que integró el proceso educativo en un sistema en que dicho proceso constituye el eje fundamental. Quizá no apreciará suficientemente el paralelismo de la razón y la operación, a fin de insistir en el carácter de actividad propia del conocimiento, no tiene nada de sensualista, si bien la sensación forma el conocimiento por cuanto constituye como una señalización que activa a la vez la espontaneidad del espíritu y su correspondencia con la espontaneidad formadora de las cosas; restablece la armonía entre el orden activo de las cosas, que enseña, y la espontaneidad del sujeto que percibe.
Teoría pedagógica de Comenio. Se supone que actualmente nos explicamos las interacciones del niño con el adulto y de éste con la naturaleza desde una perspectiva científica y no filosófica. Hemos sustituido la especulación por un conjunto de ciencias particulares. En función de esta transformación central hemos de trasladar a nuestro medio las ideas de Comenio. Transposición válida ya que muchas ideas se han propuesto históricamente, primero a nivel reflexivo y después se han sometido a un control riguroso a nivel científico. Comenio no es innatista: no piensa que la evolución mental es una simple maduración de estructuras formadas previamente; tampoco es un empirista: el espíritu no es un receptáculo que van llenando poco a poco los conocimientos obtenidos de la sensación. Sobrepasa estos dos planteamientos insuficientes. Con estas reservas, Comenio es uno de los precursores de la idea genética en psicología del desarrollo y el fundador de una didáctica progresiva diferenciada en función de los niveles de ese desarrollo. Su doctrina de la actividad que pone en correspondencia el orden formador de las cosas con el orden formador inherente a las acciones del sujeto, representan a la vez, según Comenio, la ley del desarrollo y el proceso educativo propiamente dicho..
Sus experiencias como educador constituyeron el punto de partida de su reflexión pedagógica. Esta se integró en una concepción del mundo en que la educación procede de la acción formadora de la naturaleza, y sus ideas sociales e internacionales terminaron por unirse a una doctrina general de la armonía y la superación (cfr. Piaget 1957.) Comenio se convierte en apóstol de la colaboración internacional en el terreno de la educación. Perseguido permanentemente y desterrado. Las luchas fratricidas le causan enormes trastornos y mil dificultades a su trabajo de teólogo y maestro de enseñanza de idiomas y organizador de escuelas. Pese a ello, vive su vida motivado, interesado por los mismos objetivos del alumno, por la adquisición e integración del conocimiento a partir de la práctica.
Bibliografía:
Piaget J. Artículo: Comenio. Revista de la UNESCO. 1957.