A poco más de treinta días para que se realice la elección para diputados federales en toda la República Mexicana, el Partido Revolucionario Institucional no sólo mantiene la preferencia del electorado, sino que mantiene su porcentaje de aprobación, a pesar de la infructuosa campaña de desprestigio que desde hace unos meses mantiene el PANgobierno.
Las más recientes encuestas del Grupo Reforma y el Diario Milenio, publicadas el 29 de mayo y el 01 de junio respectivamente, sitúan al PRI en el primer lugar rumbo a la elección federal del próximo mes, manteniendo el 37 y 36 por ciento de la preferencia electoral, respectivamente (mismos niveles desde septiembre pasado), ante el 31 por ciento de Acción Nacional. Asimismo, en la misma encuesta, el PRI obtendría el 41 por ciento de los votos probables, siete puntos porcentuales más que su inmediato competidor.
Lo interesante de esto no son los números fríos de las encuestas, sino el análisis del magro resultado de una campaña gubernamental para desacreditar al PRI y a sus candidatos. Hoy nos damos cuenta que la estrategia electorera del PANgobierno no ha tenido un efecto significativo, mostrando una enorme torpeza política. Acción Nacional no ha sabido aprovechar los niveles de aceptación que mantiene entre la población el presidente Felipe Calderón, abriendo cada vez más la brecha entre el mandatario y su partido.
El manejo de la crisis de la influenza y el caso Michoacán, lejos de haber repercutido favorablemente para el PAN, provocan que el elector haga una puntual diferencia al evaluar el desempeño del Presidente y el del dirigente panista.
Mientras Germán Martínez y su partido de derecha insistan en el enrarecimiento del ambiente político electoral, mediante difamaciones, mentiras, descalificaciones y verdades a medias, el nivel de una campaña electoral propositiva, constructiva y de ideas es una utopía en este proceso. Esta sensación es la que esta permeando en la sociedad, la cual identifica que Acción Nacional carece de propuestas, iniciativas y es intolerante al dialogo y al intercambio de ideas, reflejando su carácter frívolo en la satisfacción de su interés particular.
Para corroborar lo anterior, la misma encuesta del Grupo Reforma nos indica que a pregunta de si está de acuerdo en que en esta campaña ha habido más ataques que propuestas, el 67 por ciento de la población contestó estar de acuerdo con esta afirmación, situación penosa e irresponsablemente inducida por el PANgobierno que, mediante sus estrategias de desprestigio a la oposición, busca ganar las elecciones infundando el temor entre la población. Si bien, dicha estrategia de temor le resultó en la elección federal del año 2006, Acción Nacional debe comprender que los escenarios han cambiado y el electorado se ha vuelto más crítico y reacio a aceptar campañas sucias.
A un mes de que el electorado salga a las urnas, la sociedad está deseosa de escuchar propuestas y definir ideologías, desea cuestionar los principios de cada uno de los candidatos y evaluar a consciencia a quien brindar su confianza a través del voto.
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